8M: machismo in crescendo
No siendo la única, el machismo y su variante violenta es la más grave lacra que afecta hoy a las mujeres. El machismo se manifiesta en prácticas ideológicas arraigadas en la cultura del patriarcado que afectan a todos los ámbitos de la sociedad capaces de influir en la formación de las personas, desde el laboral hasta el religioso, pasando por el educativo, el familiar, el político, el mediático, el administrativo o el penal. Una mazmorra que ha llevado siglos construir para purgar la condena de ser mujeres y para solaz de los hombres.
Los roles sociales asignados a la mujer, asimétricos respecto a los del hombre, son el lastre del que el feminismo trata de desprenderse a lo largo de la historia en durísima pugna con quienes quieren mantener y ampliar el statu quo de la desigualdad. Cada paso adelante en el tortuoso camino de la igualdad ha costado años de encarnizada lucha que han dejado tras de sí un criminal reguero de sangre, maltrato y vejaciones. Cada salto atrás apenas cuesta dos chasquidos con los dedos y más sangre, más maltrato, más vejaciones.
El Partido Popular, con Vox y sin Vox, vuelve a rescatar lenguajes y modos propios de la sección femenina, en plena era digital, con cursos ofertados a mujeres en Tomelloso o en Huelva que les señalan su lugar en la sociedad: limpiar, coser y guisar. El PP, con y sin Vox, se opone a medidas para igualar el empleo femenino al masculino en salario y condiciones. El PP, con y sin Vox, descapitaliza y elimina herramientas para combatir la desigualdad porque no cree en la igualdad de las personas, ni en la diversidad cultural, afectiva y racial.
La férrea batalla entre el PP y Vox por el voto machista supone un trágico aumento de los casos de violencia machista (56 asesinadas en 2023), de las violaciones grupales y de las agresiones sexuales. Preocupa el machismo juvenil que revela el “Barómetro Juventud y Género 2023. Avance de resultados: Violencia de Género” elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, chiringuito comunista de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) presidido por la reina Sofía, vicepresidido por el camarada J. I. Goirigolzarri (CaixaBank) y con peligrosas células en sus filas como A. Botín (banco Santander), A. Brufau (Repsol), J. Creuheras (Atresmedia), A. Garamendi (CEOE), F. García (Iberdrola), B. Prado (Mediaset) y otros conocidos agitadores sociales.
El Barómetro muestra que un 87% de chicos y chicas jóvenes reconocen alguna situación de violencia de hombres contra mujeres en su entorno cercano, que un 23,2% de chicos y un 13,2% de chicas cree que la violencia de género “no existe o es un invento ideológico” o que los porcentajes de jóvenes que adoptan posturas derrotistas, negacionistas, minimizadoras o banalizadoras de la violencia de género se han incrementado. Opiniones como que la violencia de género “aunque está mal, siempre ha existido, es inevitable” (30,1%), “es algo habitual en el seno de una pareja” (16,7%) o “si es de poca intensidad, no es un problema” (16,5%) llegan a triplicarse respecto a años anteriores entre los hombres, pero han aumentado más entre las mujeres.
La relación de estas cifras con la ideología de Vox y del PP es evidente y tampoco quedan al margen la Iglesia Católica y gran parte de los medios de comunicación. Muestras de esta relación ideológica: el 46,5% cree que es igual de problemática la violencia de las mujeres hacia los hombres, el 44,2% que los hombres están desprotegidos ante las denuncias falsas y el 37,3% que se ha perdido la presunción de inocencia para los hombres, afirmaciones que forman parte del argumentario machista de las derechas a pesar del desmentido de instancias policiales y judiciales.
Y un tercer factor de especial gravedad rema a favor de la consolidación del machismo: los feminismos, más pendientes de ponerse apellidos que de continuar en unidad su histórica lucha.