Un circo de tres pistas

Definitivamente el Ayuntamiento de Granada se ha convertido en un auténtico circo de tres pistas, donde una banda de incompetentes están cubriendo de vergüenza a la ciudad y sus gentes, en base a todo tipo de fullerías, malabares y piruetas, para enmascarar el que, a falta de la más elemental transparencia, parece el pacto más vergonzante que se haya producido en nuestra ciudad, durante toda su historia de democracia municipal.

Que veinte días después de la constitución del Ayuntamiento, los granadinos aún no sepamos a ciencia cierta qué puñeta acordaron en un hotel, Sebas y Salvador, Salvador y Sebas, es literalmente de juzgado de guardia y demuestra el nivel de desprecio, que ambos “próceres” sienten por la ciudadanía, a la que sustraen los detalles de un acuerdo que pervierte la mismísima esencia de la democracia, que el es el voto, libre y soberano de cada persona.

A estas alturas de la película aún no sabemos si la alcaldía de Granada se ha repartido entre dos tahures de la política, dos años para cada uno; ni por qué nuestra ciudad, ha sido moneda de cambio en un cambalache infame, en el que, como siempre, unos pocos impresentables ganan, mientras las granadinas y los granadinos perdemos.

Granada se ha convertido en el hazmerreir de este país, por obra y gracia de este circo de tres pistas, en el que Salvador hace de payaso “listo”, Sebas de payaso “tonto” y Onofre de payaso “matón”. El caso es que cuando los payasos no son buenos, y estos son penosos, los espectadores del circo sienten auténtica vergüenza ajena, que es lo que están sintiendo los granadinos, con los sucesivos esperpentos con que nos obsequian estos calamidades.

Que en el “reparto” de competencias se pongan en manos del PP, el urbanismo y la economía de la ciudad y EMUCESA -entre otras competencias- es un auténtico insulto a la inteligencia, ya que el último mandato del PP, acabó con la casi totalidad del grupo municipal imputado por los desmanes en el urbanismo y la empresa EMUCESA, y con la ciudad en bancarrota e intervenida. Como premio a tan “brillante” gestión, volvemos a poner esas competencias bajo las alas de gaviota. Poco nos pasa para lo que merecemos.

Para rizar el rizo del esperpento, comenzábamos la semana con un concejal de asuntos sociales que al llegar a su despacho recibía la noticia, en la voz de sus subordinados, que ya no era el responsable de la cosa, y que el “excelentísimo” alcalde le había rebanado sus competencias, toda vez que durante el finde reparó en que había dejado, sin un mal negociado que llevarse a la boca, a Lucía Garrido, uno de sus fichajes estrella ¿?, cuyo mayor “mérito” no es otro que el de ser hija de su madre.

Pero el espectáculo no se detiene en este circo de tres pistas de la Plaza del Carmen, donde Vox amenaza y no da y PP y Ciudadanos se hacen más trampas que en una película de chinos. El nuevo capítulo puede venir del propio PSOE, que parece dispuesto a dar el triple salto mortal sin red y sentarse a hablar con Vox, si al final los de Abascal cumplen alguna de sus amenazas y votan en contra de la propuesta de organización del Ayuntamiento planteada por Ciudadanos y PP. Mala cosa sería esa, porque no hay alcaldía que merezca un apretón de manos con esa banda de homófobos, misóginos y xenófobos.

De todas formas no creo que se llegue a semejante despropósito, entre otras cosas, porque Vox está demostrando no cumplir ninguna de sus fanfarronadas y porque Onofre y su alegre muchachada colapsarían, antes de dar la alcaldía a un rojo como Paco Cuenca.

PD.- Ya si eso otro día hablamos del teleférico, el espectáculo de luz y sonido sobre los muros de la Alhambra, el cierre del anillo de Circunvalación y las otras 77 medidas acordadas por este gobierno Frankestein y que parecen más una carta a los Reyes Magos, que un programa de gobierno, mínimamente serio.