Luis Salvador, Paco Cuenca, Vox y la paja en ojo ajeno
- El alcalde de Granada pidió al portavoz socialista que aclarase si establecerá relaciones con Vox
- Ante la misma pregunta, Salvador no llegó a dar una respuesta concreta
- Cuenca vetó a los de Miralles para no entrar en «el juego de blanqueo a los ultras»
Siempre es más fácil ver la paja en ojo ajeno que la viga en el propio. Lo dice el refranero español y lo constata el Ayuntamiento de Granada, con los diferentes grupos políticos que en él conviven. El caso más claro es el de Ciudadanos y PSOE con Vox, personificado en las figuras de Luis Salvador y Paco Cuenca.
El actual alcalde sometió al grupo socialista a la pregunta de si van a establecer relaciones con Vox. Olvida Salvador que, si bien desde su partido han sido claros ante la misma pregunta asegurando que la formación de extrema derecha no entra en sus planes, el ahora primer edil jugó en todo momento al despiste. La postura del número uno de Ciudadanos en Granada siempre fue la misma: no mojarse y apelar a que Vox es un partido constitucional, por lo que un pacto con ellos sería legal. La decisión vino tomada desde Madrid, pero a nivel local no se aclaró una pregunta que ahora se destina al PSOE.
Algo parecido pasa con Cuenca. El portavoz socialista emitió sus propuestas para formar gobierno a todas las formaciones con la única excepción de Vox. Tras tildar a los de Onofre Miralles de «ultras», les piden ahora certezas -cuya existencia fue confirmada por Macarena Olona- para estudiar escenarios como el de la posible moción de censura. Quizás esta petición llega fruto de la desconfianza, quizás es para asegurar que contarían con el apoyo del partido, pero la realidad es que ambas formaciones acercan posturas con este movimiento.
Ambos tienen donde escudarse, al menos. Ciudadanos siempre negó la inclusión de Vox en el equipo de gobierno, aunque no lo hiciese el actual alcalde de la ciudad. Por otra parte, los socialistas abren las puertas a esa demostración de certezas, aunque han manifestado que no serán socios de la formación de extrema derecha bajo ningún concepto. Cada partido juega sus cartas y las coloca sobre un tapete con dos posibles escenarios: la continuidad y la moción de censura.