Granada pasa a nivel rojo del Plan de Prevención de Altas Temperaturas de la Junta
- Salud y Familias aumenta la información a la población de riesgo y personas cuidadoras y mantendrá medidas de control y seguimiento
Las temperaturas alcanzadas y las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) indican que la provincia de Granada se encuentra hoy en el nivel rojo del Plan de Prevención de Altas Temperaturas de la Consejería de Salud de Salud y Familias la Junta de Andalucía al acumularse cinco días con temperaturas observadas y previstas por encima de los umbrales, que son 36 grados en esta provincia, y establecerse una previsión de que éstas se prolonguen hasta el martes.
La activación de este nivel supone que, mientras dure la situación de alerta, en principio prevista también hasta el próximo día 16, se aumentará la información y la emisión de consejos sanitarios a la población de riesgo y sus cuidadores, y se mantendrán las medidas de control y seguimiento de estas personas a través del servicio Salud Responde.
Jaén, por su parte, se encuentra hoy en nivel amarillo, que es la alerta sanitaria que se establece cuando se mantienen durante uno o dos días los umbrales establecidos, que esta provincia es de 36 de máxima y 22 de mínima. El resto de provincias se encuentran en nivel verde o alerta 0 en estos momentos.
Como el seguimiento de las temperaturas es diario, estas previsiones y sistema de alertas pueden verse modificados. En caso de existir una la previsión de descenso, podría llevar a la desactivación del nivel correspondiente en cada caso o de la alerta establecida.
Desde la Consejería de Salud y Familias se recuerda que las alertas sanitarias por calor no son las mismas que las realizadas por Protección Civil, ya que se basan en umbrales diferentes, aunque los niveles de colores establecidos sean similares.
Sólo el sistema sanitario puede informar de las alertas por calor que suponen un riesgo para la salud, provocando descompensaciones en pacientes crónicos, empeoramiento de la salud de pacientes frágiles, deshidratación, dificultad en el descanso nocturno, irritabilidad y mala regulación de la temperatura corporal, entre otras consecuencias.