La capital acoge el estreno de la ópera ‘Juana sin cielo’, con texto de Antonio Carvajal y música de Demestres
El Auditorio Manuel de Falla acoge este viernes y sábado el estreno mundial de la ópera ‘Juana sin Cielo’, con música de Alberto García Demestres sobre textos del Premio Nacional de Poesía Antonio Carvajal, una obra que pretende ser un acercamiento actual a la figura histórica de Juana la Loca.
Según reseña en una nota de prensa el Ayuntamiento de la ciudad, esta ópera es un encargo de él y de la Orquesta Ciudad de Granada (OCG), y la presentación de la misma ha acudido este lunes el alcalde, Luis Salvador, quien ha destacado la participación del Consistorio en potenciar la cultura, especialmente en un momento en que Granada aspira a la Capitalidad Cultural Europea 2031, y al mismo tiempo hacer que la OCG tenga un «peso fundamental» en ello.
En este sentido, ha añadido que propuestas como la que hoy se ha presentado «toman un valor más especial con la participación de la OCG, una orquesta tan querida y respetada por los granadinos», y en la que «todas las instituciones» están haciendo un «gran esfuerzo para garantizar que no sólo perviva en el tiempo, sino que pueda tener los máximos estándares de calidad».
Interpretada por la OCG y su coro, bajo la batuta del propio Demestres, ‘Juan sin Cielo’ se presenta como una producción compleja que trata de ahondar en la figura de la reina sin caer en tópicos. Por lo que se refiere al lenguaje musical, la opera bebe de diversas fuentes, con una escritura que puede sugerir la polifonía vocal del Renacimiento como evocar las danzas cortesanas o las marchas de aquel periodo. Destaca también la afinidad con el melodrama italiano del sigo XIX, de Donizetti, Verdi o Puccini.
En el acto de presentación de la ópera han participado, además del alcalde, el compositor y director musical Antonio García Demestres; el poeta Antonio Carvajal; la soprano que interpreta a la reina Juana, María Katzarava; el director de escena Rafa Simón; y el director de la OCG, Günter Vogl.
Todos ellos han coincidido en la elevada calidad de una producción que representa a la desdichada reina en el momento de su muerte, después de 46 años de reclusión en Tordesillas, como a una mujer que, pese al maltrato físico y psicológico sufrido, se niega a ser dominada por el resentimiento. Juana es el único personaje de este monodrama, aunque cuenta con el acompañamiento de un coro omnipresente, análogo al de las tragedias griegas.