Una decena de ejes y 83 medidas: así es el Pacto Provincial Contra la Violencia de Género de Granada

Una decena de ejes y 83 medidas: así es el Pacto Provincial Contra la Violencia de Género de Granada

  • El documento contó con la aprobación de todos los grupos políticos de la Diputación, a excepción de Vox, que se abstuvo
  • El texto pone en valor y refuerza las medidas ya recogidas en el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género

La igualdad entre hombres y mujeres es un principio jurídico universal recogido en los textos internacionales sobre derechos humanos. Lo mismo ocurre con la condena y la lucha contra la violencia de género, tanto a nivel nacional como a nivel internacional, con escritos importantes que lo corroboran como el Convenio de Estambul, que entró en vigor en España en agosto de 2014.

A nivel provincial, Granada también puede presumir de contar desde el mes de enero con una moción de refuerzo y puesta en valor de las medidas contempladas en el Pacto de Estado en materia de violencia de género. A ésta se unió esta semana el Pacto Provincial Contra la Violencia de Género, aprobado por todos los grupos políticos de la Diputación a excepción de Vox, formación que optó por la abstención. Este escrito se realizó con el fin de contar con un documento adecuado a la realidad que vive la provincia, «con unos acuerdos básicos que sean un punto de partida común para todas las fuerzas políticas y sociales, con la intención de seguir avanzando y profundizando, animar a las asociaciones y a la ciudadanía de los municipios a sumarse al mismo, así como con la posibilidad de modificarlo y ampliarlo cuando sea necesario», según reza el propio texto.

En el documento, que pone en valor y refuerza las medidas ya recogidas en el Pacto de Estado Contra la Violencia de Género, se encuentran 83 medidas repartidas en 10 ejes distintos para atajar un problema que ha provocado más de 400 expedientes en la provincia en el primer semestre de 2019. Estos puntos pueden se basan en la colaboración y coordinación institucional, el trato adecuado a las víctimas de esta violencia, el trabajo en la prevención y en la sensibilización de la misma y el fomento de la formación de profesionales para la detección de posibles casos de violencias de
género y machistas.

Diez ejes

Un decálogo de ejes coordina la actuación que seguirán de ahora en adelante las entidades de la provincia, tanto públicas como privadas. El primero de ellos se basa en la ruptura del silencio, realizando acciones de sensibilización de la sociedad y de la prevención de la violencia de género; el segundo, por su parte, se centra en la mejora de la respuesta institucional a las víctimas de esta circunstancia «a través de la coordinación y el trabajo en la red».

El tercer eje del documento recoge la importancia del perfeccionamiento de la asistencia en la provincia, así como la ayuda y protección que se ofrece no solo a las víctimas, sino también a sus hijos. En la misma línea, el cuarto eje apuesta por intensificar la asistencia y protección de los menores, reconociéndoles también como víctimas directas de la violencia de género.

El conocimiento centra los ejes cinco y seis. El primero de ellos pide el impulso de la formación de los distintos agentes que intervienen para garantizar «la mejor respuesta asistencial». Por otra parte, el segundo de estos dos ejes apunta a la mejora del conocimiento de la violencia de género aportando «datos fiables, completos y detallados sobre sus formas, incidencias, causas y consecuencias».

Seguidamente, el séptimo eje de la lista de diez aboga por el apoyo, tanto de las entidades locales como del resto de instituciones, pidiendo que sean agentes colaboradores para conseguir erradicar la violencia sobre las mujeres por razón de género, «teniendo en cuenta las distintas competencias», según resalta el propio texto.

El octavo eje pide la «visualización y atención de otras formas de violencia contra las mujeres», prestando especial atención a la violencia sexual, a la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, a la mutilación genital femenina y a los matrimonios forzados, de conformidad con el Convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Convenio de Estambul), de 2011.

Por último, los ejes noveno y décimo repercuten directamente a los organismos pidiendo compromiso económico con las políticas para la erradicación de la violencia sobre las mujeres en el caso del primero de ellos. «La implementación de las medidas contempladas requiere el respaldo presupuestario correspondiente para el desarrollo o ampliación de las medidas contempladas en el pacto», explica el texto. Mientras tanto, el segundo y último de la lista se centra en asegurar un seguimiento de que lo acordado se cumpla «para la evaluación y el control de los avances realizados» en el desarrollo del pacto.

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