Datos: ¿el oro del siglo XXI o los salvavidas del futuro?

  • Los datos son hoy la fuente de la vida frente al coronavirus

La pandemia nos ha dado una lección muy dolorosa. Cuando ya hay a día de hoy más de 60.000 muertos en el mundo acabamos de aprender que los datos no son el oro del Siglo XXI , son la fuente de la vida y de la supervivencia.

Algunos decíamos hace tiempo que los datos son el petróleo de nuestra época. Hasta ahora sabíamos que nuestros datos se convierten en algo muy esencial en la gestión de la economía. Lo que no podíamos imaginar es que los datos iban a ser claves en la gestión de nuestra salud pública y de nuestra supervivencia. Y que la salud pública iba a condicionar la economía de tal manera que la falta de datos correctos iba a generar la mayor crisis sanitaria y mayor depresión social y económica de la historia contemporánea de la humanidad. La paradoja es que la humanidad ha conseguido tener los datos unificados a tiempo real de la evolución de los mercados, por ejemplo, desde cualquier parte del mundo, o monitorizar una industria de cientos de miles de empleados en tiempo real, y los datos de la salud no somos capaces de tener unos criterios científicos y datos unificados en el mundo.

Ni la OMS (que habría que mirarse su funcionamiento… por ser un lugar con fines muy loables pero con una desastrosa gestión por parte de ejecutivos muy bien pagados y que ya se han equivocado demasiadas veces, que sepa, en las pandemias), ni la Unión Europea , que se muestra incapaz de coordinar una respuesta sanitaria coordinada, dejando a países como Italia sola y empujándole a que se echara en manos de China y Rusia (Ya hablaremos de ello), ni tampoco los gobiernos nacionales. En España, las Autonomías (los responsables en España de la gestión Sanitaria) no tienen datos con criterios unificados y desde luego coordinados. Algo que no sólo nos produce consternación, sino también indignación con todos los responsables públicos que nos han hecho llegar hasta aquí.

Según los epidemiólogos más prestigiosos que tenemos en España -muchos de ellos expertos que están trabajando en los mejores centros de investigación del mundo- trabajar sin datos confiables es muy arriesgado y temerario. Con todo lo que hemos avanzado en Big Data y en Inteligencia Artificial- y el desastre que es la unificación de criterios para tener datos confiables y a tener esos datos, a las pruebas del daño que esta pandemia esta causando me remito. Muertes y desolación es lo que está dejando y que como seres humanos en esto no sólo no hayamos avanzado , sino que se esté convirtiendo en un calvario para varias generaciones en toda la humanidad. La realidad es mucho más compleja de lo que reflejan los modelos matemáticos de predicción, sin duda. Las decisiones sobre el confinamiento y sobre la economía se están tomando con datos erróneos o incompletos. Los gobernantes están viendo lo que están significando en vidas los recortes en el sistema de vigilancia epidemiológica que se realizaron o los que se hicieron en el sistema sanitario y que ahora con datos manipulados intentan disfrazar. Y en algunos casos son los mismos que ahora reclaman más medidas y más recursos.

Es un atentado contra la salud pública que se haga uso electoral de la pandemia. Y que algunos científicos se presten a ello es aún mas preocupante. Lo es en España y en otros lugares. En España se ha vaciado de contenido el Ministerio de Sanidad durante muchos años . Sus pasillos parecen en estos últimos años como los de la serie de The Walking Dead, vacíos y solitarios según cuentan muchos expertos . Y ahora, de repente, asumen todo el control de la crisis-como es lógico- pero sin medios técnicos. Esto será algo que habrá que mirárselo de forma urgente. Imposible de gestionar .

Y para rematar la faena algunas Autonomías esconden, manipulan u omiten información para el Gobierno para utilizar la pandemia de forma partidista y electoralista y así han perjudicado la salud de todos , incluidos sus votantes. Nos cuestan muchas vidas que haya 17 autonomías enfrentadas, y además que haya 27 países europeos que no tengan una estrategia común y coordinada y que estén compitiendo por tener menos muertos en un «sálvese quien pueda» que como mínimo resulta ruborizante.

Los datos son claves para salvar vidas. Lo eran antes, cuando comenzó la pandemia y lo son ahora. Ahora es urgente acelerar el reto de obtener los datos telefónicos para detener los contagios. Es vital para escalonar la vuelta a la normalidad y minimizar los daños, si es que se puede hablar de minimizar. Resulta paradójico que científicos hayan tenido que recurrir a Facebook o a las compañías telefónicas que usan estos datos de localización para fines comerciales (sin ningún problema y sin control) y que la gente cliqué en “aceptar” sin dudarlo y a veces sin leerlo cuando nos dan las condiciones del servicio. Y paradójicamente ahora que tenemos a principios de abril más de 10.000 muertos en España nos planteemos si es legitimo que los datos los tengan las autoridades sanitarias para evitar más contagios y establecer la trazabilidad de los contagios. Los datos son nuestros aparatos “respiradores” en este momento. Los datos son nuestro oxigeno para evitar más contagios y más muertes, y para tomar decisiones que nos hagan reconstruir a nuestro país de esta pandemia. Como dicen los estadísticos «si en una estadística para tomar decisiones metes datos basura las decisiones serán basura». Ahí tenemos el Reino Unido o México con sus gobernantes. Los datos son el oro del siglo XXI , pero ahora se han convertido en el oxigeno para vivir, la fuente de la vida.

*Juan Francisco Delgado Morales es Vicepresidente de la Fundación Europea para la Innovación

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