Spiriman cobra un millón de euros a farmacias por la venta de mascarillas consideradas no aptas por la autoridad sanitaria
- Las mascarillas no han sido entregadas a las farmacias tras casi 20 días de espera a pesar de que el youtuber exigió el importe íntegro por adelantado y prometió hacer la entrega varios días después
El médico de urgencias del Hospital Clínico de Granada, Jesús Candel, conocido como Spiriman en redes sociales y la asociación que preside, Justicia por la Sanidad, han cobrado en torno a un millón de euros por adelantado a 1.400 farmacias de toda España para la compra y suministro de unas 500.000 mascarillas INUAN KN95, consideradas no aptas para uso sanitario por el SAS, tras el informe emitido por el Instituto Nacional de Seguridad y Protección y Salud en el Trabajo, dependiente del Ministerio de trabajo.
Spiriman y su asociación iniciaron a final de marzo un proceso de compra de mascarillas y EPIs para donar a los hospitales y centros de salud de España. Con la campaña de captación de fondos consiguieron recaudar en torno a los 900.000 mil euros de donaciones particulares. Con ese dinero donado, a través de varios intermediarios nacionales, realizaron con éxito varias operaciones de compra en el mercado chino, recibiendo y posteriormente distribuyendo unas 150.000 mascarillas de la marca INUAN KN95, equipos EPIS y cantidades importantes de gel, según el médico, con todas las certificaciones y garantías de calidad.
Tras el éxito de esa primera incursión en el mercado chino, a principio de abril Spiriman pone en marcha una nueva operación para la compra de material a gran escala y el suministro a farmacias a precios por debajo del mercado, ofreciendo calidad y todos los certificados europeos, según argumentó en sus videos. En esta ocasión se centró exclusivamente en un único producto, mascarillas, ya que en esas fechas existía una demanda importante.
La clave para conseguir unos precios bajos en las mascarillas que pretendía comprar en china era el pago en efectivo y que habían encontrado a un distribuidor nacional muy económico. Este proveedor, según Spiriman, había ofrecido también sus productos previamente tanto al ministerio de Sanidad, a la consejería de Salud y Familia de la Junta de Andalucía y también a las cooperativas farmacéuticas, sin que las instituciones citadas mostrarán interés por la oferta a pesar de los bajos precios ofrecidos y las garantías expuestas, se lamentó en redes.
En un video publicado esos días y dirigido a los farmacéuticos, el médico daba a conocer el precio que él pagaba por las mascarillas a su distribuidor y los precios a los que podían venderse en las farmacias a los clientes. En el video animaba a los boticarios a hacer sus pedidos a través de la Asociación. Para Spiriman, como comprador, las mascarillas tenían un precio de 1,90 euros, y explicó que él se las podía vender a las farmacias a un precio de 2.55 euros, pero que si a esta cantidad le añadían un 30% de beneficio, las podrían vender a 3,50 euros como precio máximo. Un precio muy competitivo, según expuso. Su objetivo, indicó, era reventar el precio de las mascarillas en España para que finalmente llegaran al consumidor a precios asequibles para todos. El precio de entrega de las mascarillas pedidas sería solo de «unos días», según dijo.
Desde ese momento, fueron varias miles las farmacias que se pusieron en contacto para realizar pedidos de mascarillas a través de la Asociación Justicia por la Sanidad, de la que Spiriman es presidente. La Asociación se encargó de practicar los cobros a cada farmacia en función del pedido realizado.
El día 13 de abril el médico, en un nuevo video, se dirige a sus clientes farmacéuticos para informar de un imprevisto comunicado por el fabricante. Según indicó, a la fábrica le había entrado un pedido de millones de mascarillas por encargo del gobierno americano, pero que estaba insistiendo para que antes de las 2 de la madrugada le metieran su pedido en el avión para que llegara a España en 10 días aproximadamente.
16 días después, el 29 de abril, en un otro video dirigido a los farmacéuticos informa de un nuevo retraso sobre el tiempo establecido para la entrega de las mascarillas a cada farmacia. Al parecer, el gobierno chino habría ordenado abrir las cajas del pedido, una por una, para comprobar y certificar la calidad de los productos enviados. De esta incidencia culpó al gobierno español por «hacer mal las cosas».
Las mascarillas FFP2 vendidas a principio de mes por Spiriman al millar y medio de farmacias de toda España, marca INUAN KN95 protective face masck, el jueves pasado fueron declaradas no aptas para uso sanitario por el SAS, tras los análisis realizados por el Centro Nacional de Medios de Protección. En un video difundido ayer, tras conocer la orden del SAS, el médico insinuó que las mascarillas que proporcionaría a las farmacias serían de una marca distinta a la que inicialmente había ofrecido.
Algunos farmacéuticos han manifestado carecer de contrato, presupuesto o factura proforma donde se especifiquen las características de las mascarillas, así como las posibles fecha de entrega y demás aspectos legales. En el mismo video de ayer, Spiriman informaba a los farmacéuticos que finalmente será el fabricante quien emita la factura final a cada farmacia tras la entrega del pedido, y no la Asociación Justicia por la Sanidad, tal como había indicado al iniciar el proceso de compra-venta de las mascarillas.
Varias farmacias consultadas han mostrado su preocupación ante la situación generada con la compra de esas mascarillas, primero por el retraso en la entrega del material, y segundo ante la posibilidad de que el producto no cumpla con la normativa de protección prometida. Un farmacéutico de la zona norte de la capital, cuyo pedido fue de 300 mascarillas, indica igualmente que cuando hizo el pedido sí existía una fuerte demanda de mascarillas en el mercado, pero que en estos momentos prácticamente todas las farmacias están surtidas, así como los hospitales y centros de salud.