Más de mil mentiras no dicen la verdad
Desde el día que se decretó el estado de alarma, porque un virus llegó y mando parar, no han cesado de circular, por los grupos de whatsapp, por los muros de las diferentes redes sociales que proliferan por red, informaciones del todo punto falsas. Estas mentiras han corrido veloces, por estos medios informales y de escaso alcance mediático, incluso algunas de ellas han saltado hasta en medios de comunicación, que podríamos denominar tradicionales, contradiciendo aquello que las mentiras tienen las patas muy cortas.
La mayoría de estas mentiras, cargan contra las medidas del gobierno, contra personas determinadas, o todavía peor y más abominable, contra las pautas y recomendaciones que las autoridades sanitarias (ya sean regionales, estatales o supranacionales) han ido tomando ante un virus nuevo, y, por tanto, desconocido, del cual gracias a la ciencia y a la medicina (y no a seres inanimados) cada día conocemos un poco mejor.
Por fortuna, la ética, y los códigos deontológicos que rigen la mayoría de radios, televisiones o periódicos, han ido desmintiendo todas estas falacias, como aquel rumor malintencionado de la ambulancia en la puerta de la casa de Manuela Carmena, u otros por el estilo que seguro habrás ido leyendo en algunos de los grupos de whatsapp de los que formas parte, y te han empujado, junto al resto de los participantes, a enconadas discusiones.
Las conocidas como fake news, que no son más que las mentiras de toda la vida, afectan a todas las partes del territorio del estado y a toda clase de personas, propagándose tan rápido como el propio virus; transmitiendo miedo y desconcierto entre los ciudadanos. Sin ir más lejos, el 13 de abril, saltó un chisme que trataba sobre un falso brote descontrolado en Guadix 1.
Llegados a ese punto muchos nos preguntamos, ¿quién crea esos bulos? ¿por qué los crean y con qué intención? Porque tal y como decía Jacques Derrida, “Lo relevante en la mentira no es nunca su contenido, sino la intencionalidad del que miente.” Ya que muchos de estos bulos solo encierran desconocimiento o ignorancia, lo cual no deja de ser peligroso, en demasiadas ocasiones ocultan intenciones mezquinas, por ejemplo, políticas para desacreditar a un gobierno e intentar sacar réditos electorales en unas futuras elecciones. O económicas, para pretender vender un determinado producto.
A su vez, muchas personas se cuestionan cómo desde su humilde posición podrían hacer frente a todas estas informaciones falsas, sobre todo a aquéllas que solo quieren generar alarmas innecesarias o conseguir espurios beneficios para unos pocos, en especial en estos días que hemos descubierto nuestra vulnerabilidad a la enfermedad, y nuestra permeabilidad a las mentiras.
A mi modesto entender, lo primero que quizás deberíamos hacer es infórmanos tan solo por medios de comunicación oficiales, o por prensa seria que cumpla escrupulosamente con las prácticas éticas del periodismo, que contrasten sus informaciones. Igualmente, sería conveniente que no difundiéramos por nuestros grupos de contacto, redes sociales y similares aquellas informaciones de las cuales no sepamos fehacientemente que son verdad. De este modo no daremos pábulo a estos rumores, ni seremos los voceros necesarios de los desalmados, cuyo único objetiva es sacar algún provecho, ya sea político, económico o cualquier otro, recurriendo a la proliferación y propagación de las mentiras.
1 Cadena ser Guadix. https://cadenaser.com/emisora/2020/04/13/radio_guadix/1586800367_115402.html