Aumentan las visitas a las segundas residencias de los pueblos, pero no inciden en la economía local

Actuación de la Troupe Flamenca en el Festival Orcefolk de Orce, este mes de agosto.

Las segundas residencias de los municipios granadinos, sobre todo los más pequeños, están registrando una mayor ocupación este verano, marcado por la crisis del coronavirus, sobre todo por antiguos vecinos que, años después, vuelven a elegir sus pueblos para pasar las vacaciones, aunque ello no siempre suple el menor impacto económico de la actividad turística, que ha disminuido con la pandemia.

En la zona norte de la provincia de Granada, el alcalde de Orce, José Ramón Martínez, ha explicado a Europa Press que esta afluencia de visitantes, algunos a residencias que llevaban tiempo sin utilizarse, al municipio, de unos 1.200 habitantes, no está teniendo una «mayor repercusión» en la hostelería local.

Muchos de ellos no salen tanto como otros años, en el marco de las precauciones exigidas por las autoridades sanitarias para frenar la propagación de la pandemia de coronavirus, que incluyen evitar aglomeraciones.

En Orce, con segundas y terceras generaciones de vecinos que se fueron el siglo pasado a Cataluña o el Levante por razones de trabajo, el aumento de la población, como en otros municipios consultados en esta y otras comarcas granadinas, sí requiere de un incremento de los servicios que prestan los ayuntamientos, especialmente centrados ahora en la limpieza y la desinfección de espacios públicos.

Cabe señalar, en este sentido, que, en el norte de la provincia, son varios los ayuntamientos que han pedido extremar las precauciones a los vecinos de sus municipios, son los casos de Huéscar o Caniles, a raíz de que Puebla de Don Fadrique pidiera el autoconfinamiento voluntario a raíz de un brote de coronavirus con hasta 16 positivos por coronavirus en el Distrito Sanitario Nordeste.

También en la Alpujarra un brote de coronavirus detectado en La Taha ha llevado a dos ayuntamientos a pedir a sus vecinos que no salgan en la medida de sus posibilidades. En el caso de Busquístar, su alcalde, Joaquín Álvarez, señala a Europa Press que el pueblo, con unos 300 habitantes y con poca actividad turística, tiene menos visitas en relación con otros veranos. Muchos de los que se fueron en su día a Madrid o Cataluña son mayores que han viajado «menos que otros años», incluso a sus residencias en su lugar de origen, ha indicado el regidor.

La Tahá, según ha indicado por su parte su alcalde, Marcelo Avilés, cuenta con una «inmensa sobrepoblación» en sus siete pueblos, en agosto, que este año se ha adelantado desde el mes de abril. Se trata de familias que vienen a «sus casas», pues «si tienes» una en la Alpujarra es normal, ha agregado el regidor, que no vayas «a estar en un piso en Granada.

De este modo, los habitantes del municipio, con unos 900 empadronados y unos 500 residentes, se ha llegado a multiplicar «por cinco», alcanzando cifras superiores a las de años anteriores, ha detallado Avilés, que hacía especial incidencia en el papel de los visitantes en el bando en que pidió el autoconfinamiento voluntario.

Destinos seguros

También se han visto ampliadas las estancias, y se completan más las vacaciones en los municipios de origen, según se puede constatar en otros municipios como Lanjarón, cuyo alcalde, Eric Escobedo, señala que, gracias a los trabajos realizados para ser «destino seguro», el turismo de interior no se ha visto tan resentido como en un principio se creyó.

Están completas las segundas residencias que «normalmente no se llenan», en una tendencia que ya comenzó en el confinamiento. Aumenta la población en este municipio con unos 3.500 censados, y unos 3.000 residentes, y también los servicios que ha de prestar el Ayuntamiento, en concreto algunos como los de limpieza o recogida de basura.

Asimismo, en torno a algunos entornos con papeleras, barandillas o puntos de máxima afluencia o espacios infantiles, se hace «desinfección diaria», ha concretado Escobedo, que se ha congratulado también de que están «todos los hoteles abiertos», aunque solo con alrededor del «50 por ciento» en un destino en que tiene especial importancia el producto termal dirigido a mayores.

Esta ocupación hotelera menor que otros años es extensiva también a otros destinos como son los de sol y playa. En este sentido, en Almuñécar se han observado, según las fuentes municipales consultadas por Europa Press, estancias más largas o llegadas de sexitanos que viven fuera y este año se quedan todas sus vacaciones de verano, y fines de semana con mayor afluencia de granadinos a sus segundas residencias, aunque siempre en un ambiente de «más tranquilidad», mientras «las empresas hacen esfuerzos para cubrir gastos».

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