El acusado de matar y enterrar a su mujer reconoce que lo hizo pero tras ella atacarle
- La Fiscalía pide también una orden de alejamiento a al menos 500 metros por diez años de los cuatro hijos de la víctima
El hombre de 75 años juzgado desde este lunes por la fórmula del jurado popular en Granada al que la Fiscalía acusa por el presunto asesinato de su mujer, de 56, el 4 de febrero de 2018 en Guadix, ha reconocido que le pegó con un puño y tres golpes con un martillo de hierro tipo machota y luego la enterró, pero ha mantenido que lo hizo porque ella le atacó previamente.
«Si no me pega, no hubiera pasado nada», ha indicado en la primera sesión del juicio de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, que se desarrolla en el edificio judicial de Caleta, tras constituirse el jurado.
En su declaración, ha señalado que su intención no fue matarla y que la quería, si bien ha mantenido que ella le dio aquella noche en la cabeza con un «cucharón» con el «rabo» de 40 centímetros, y él cayó al suelo. Cuando ella habría ido a atacarle con la machota, él, según su versión de los hechos, se levantó, le dio con un puño y de la «rabia» tres golpes con el martillo.
Ha negado que pretendiera asfixiarla, como mantiene la Fiscalía, que solicita 25 años de prisión, con las bolsas de plástico que le colocó después en la cabeza, lo que hizo, ha agregado, para no manchar de sangre el suelo. A los «diez o doce minutos» de los golpes, cuando comprobó que había muerto, preparó una carretilla y se dirigió a un paraje alejado para enterrar el cuerpo, ha reconocido, pidiendo luego perdón «a Dios y a la Virgen» por lo sucedido.
La acusación particular, que representa a tres de los cuatro hijos que la mujer tenía de una relación anterior, califica los hechos como asesinato en sus conclusiones provisionales, al igual que la Junta, que, representada como acusación popular en defensa del interés general, ha incidido en su exposición inicial ante el jurado en las circunstancias agravantes que consideran, las de parentesco y género.
Asimismo, la defensa, que califica los hechos como homicidio, con los atenuantes de trastorno mental transitorio y arrebato u obcecación, ha incidido en que el supuesto golpe de ella fue sobre una zona de la cabeza que tiene dañada por un accidente laboral, y que, antes de los hechos, la víctima le habría enseñado al acusado en el móvil la foto de un hombre semidesnudo con el que habría dicho que iba a «hacer el amor».
Las sesiones del juicio, señaladas hasta el próximo viernes, continúan este martes en Caleta, donde se están viendo los casos con jurado popular por las dimensiones de la sala para el cumplimiento de las medidas contra el coronavirus, y allí está previsto que sigan en días sucesivos hasta que el jurado tenga el formulario con el objeto del veredicto para deliberar, cuando pasaría a la sede de la Audiencia en la Real Chancillería.
El procesado ha reconocido, a preguntas de la acusación particular, que confesó que había sido él a la Guardia Civil cuando lo iban a descubrir. «Si no, no lo hubiera dicho», ha indicado.
La Fiscalía, que pide también una orden de alejamiento a al menos 500 metros por diez años de los cuatro hijos de la víctima, señala en sus conclusiones provisionales que, aquella noche, el matrimonio visitó a la madre de ella y, entre las 1,30 y las 3,00 horas, De vuelta al domicilio que compartía la pareja en Guadix, el acusado, en prisión provisional por estos hechos desde un día después, habría iniciado una discusión con la víctima.
Creía que ella «pudiera estar manteniendo una relación con otro hombre al encontrar en su móvil fotos», lo cual, según especifica la Fiscalía, no se ha podido acreditar, dado que el procesado rompió y ocultó posteriormente el teléfono.
«Con total desprecio a su condición de mujer y el decidido y firme propósito de acabar con su vida, la golpeó de forma súbita e inesperada en la sien, haciéndola caer al suelo», y, según ha agregado el ministerio público, «dejándola inerte y sin posibilidad de defensa alguna».
Después, siempre según los datos que constan en el escrito de acusación del fiscal, la habría golpeado en la cabeza en múltiples ocasiones con un martillo de hierro de 13 centímetros tipo machota o maceta, con un mango de madera de 25 centímetros de longitud. Le produjo hasta 14 heridas de diversa consideración en la cabeza, detalla el informe de autopsia del médico forense.
«Con el propósito de asegurar su muerte, rodeó su cabeza con dos bolsas de plástico, una de las cuales ató con un nudo en la zona cervical, causándole la muerte», ha añadido la Fiscalía, que especifica que el procesado estaba en plenas facultades psíquicas aquella madrugada.
Entonces, el acusado supuestamente llevó el cuerpo «con total desprecio por su esposa» en un carrillo de mano hasta un paraje a un kilómetro aproximado de distancia conocido como El Diente y la Muela, en término municipal accitano, donde enterró el cadáver, con pico, pala y rastrillo.
Habría escondido estos artilugios en una zona de zarzas, mientras que la carretilla la habría arrojado en una balsa de riego. Tras regresar a casa y limpiar el salón, «lavando la colcha del sofá y el martillo-machota que utilizó», se dirigió en la mañana al cuartel de la Guardia Civil a denunciar la desaparición de su mujer.