Los geólogos descartan terremotos como los de Chile y piden aplicar en la norma sismorresistente

Los geólogos descartan terremotos como los de Chile y piden aplicar en la norma sismorresistente

  • Piden aplicar en las construcciones la norma sismorresistente, inversiones en investigación a largo plazo y estudios de detalle de las zonas donde se producen daños para actualizar los mapas de peligrosidad sísmica

El presidente del Colegio Oficial de Geólogos, Manuel Regueiro, ha descartado este miércoles que en que el sur de España se vayan a producir terremotos como los de Chile, donde han llegado a alcanzar una magnitud 8,8 en la escala Richter como en 2010 frente a una de 4,5 en la noche de este martes en Granada, aunque ha insistido en que Andalucía oriental es «una zona que históricamente tiene terremotos» y por lo tanto hay que aplicar en las construcciones la norma sismorresistente.

«No hay en la historia –de España– ese tipo de terremotos cercanos a los ocho. Lo lógico es pensar que no porque no se han producido», ha respondido el geólogo al ser preguntado si se podrían producir, aunque ha matizado que «nada es imposible». «Lo normal es que no», ha añadido.

Así pues, y dado que «lo probable es que vayan disminuyendo» los enjambres de terremotos de estos días en Granada, ha pedido tomar medidas en tiempos no sísmicos. «Aquí todo el mundo se preocupa cuando se produce, bueno pues preocupémonos justo cuando no se producen, tenemos tiempo para prepararnos», ha subrayado.

En este sentido, ha pedido aplicar en las construcciones la norma sismorresistente, inversiones en investigación a largo plazo y estudios de detalle de las zonas donde se producen daños para actualizar los mapas de peligrosidad sísmica.

Regueiro ha recordado que el último terremoto destructivo en la zona data del 25 de diciembre de 1884 en Arenas del Rey (Granada), causando la muerte a más de 1.200 personas y heridas a unas 1.500, de una magnitud 6,7 en la escala Richter hace 137 años. Alcanzó a 106 poblaciones, en 39 de las cuales fueron muy graves, quedando completamente destruidas Arenas del Rey y Ventas de Zafarraya, que tuvieron que ser reconstruidas.

Asimismo, los daños se observaron en una zona de doscientos kilómetros de longitud por ochenta de anchura, situada en las provincias de Granada y Málaga, destruyó totalmente unas 4.400 casas, produjo daños graves (quedaron semidestruidas) en otras 6.300 y resentidas más de 20.000.

En este punto, preguntado por la posibilidad de que se produzcan terremotos de este calibre cada cien años, como especulan algunos investigadores, ha señalado que esto no se puede saber. «Es verdad que cada cien años se hablaba de que estábamos fuera de periodo para un terremoto grande, pero no se puede hablar de la recurrencia de 100 años, es una cuestión de la acumulación de la energía y eso es muy variable porque depende del avance de la placa africana y de la acumulación de energía sin liberación».

«Aunque hay periodos de recurrencia de grandes terremotos, no lo sabemos. Los geólogos todavía no podemos predecirlos. Saber las zonas, sí, pero cuando, no», ha añadido.

En relación a esto y a la importancia de la norma sismorresistente en las construcciones, ha apuntado que «es evidente que hemos avanzado mucho» por la diferencia en la repercusión entre los terremotos de antes y los de ahora. «Este no ha producido ningún daño, así que hemos mejorado desde 1884. Evidentemente, entonces no había normas antisísmicas, y ahora sí, por lo tanto los daños son muy pequeños», ha precisado.

Un historial de terremotos

La provincia andaluza en la que han tenido cabida más sismos considerados «importantes» por el Gobierno ha sido Granada. En ella tuvo lugar en el sur, en el año 1431, un terremoto de 6,7 grados de magnitud en la escala Richter. Además, justo el mismo año del siguiente siglo, en la localidad de Baza, hubo uno que se saldó con la vida de 400 personas. Ya a comienzos del siglo XIX, concretamente en el año 1806, un seísmo de 5,3 grados acabó con 13 granadinos de la localidad de Pinos Puente.

Pero la provincia volvía a albergar el miedo en 1954, cuando en la localidad de Dúrcal sucedió el terremoto de mayor magnitud registrado en la región, siete grados en la escala Richter; sin embargo, no provocó ni una sola víctima debido a la profundidad a la que se produjo el hipocentro –650 Kilómetros bajo tierra–. Tan solo dos años más tarde, en Albolote, tuvo cabida otro terremoto de cinco grados en la mencionada escala que concluyó con las defunciones de once personas.

Asimismo, en la provincia de Almería el seísmo de mayor repercusión se produjo en Dalías (Almería), llegando el número de fallecimientos en él a 407 personas el 25 de agosto de 1804 con una magnitud de 6,4 en la escala de Richter. También en la localidad almeriense de Vera, tres siglos antes, se dio un fenómeno de este tipo causando la muerte de 165 vecinos.

Del mismo modo, en Alhaurín el Grande (Málaga), tuvo lugar un sismo de 6,8 grados propiciando un total de 70 muertos en el año 1680. Aunque la capital de Andalucía no fue menos, y a comienzos del siglo XVI, en abril de 1504, en Carmona (Sevilla) causó la muerte a 32 personas un terremoto de la misma magnitud que el anterior.

  • Imposible de predecir

Por su parte, los expertos del Instituto Andaluz de Geofísica creen que la serie sísmica que se reactivó a finales de enero en el entorno de Atarfe y Santa Fe, que en la noche de este martes ha dejado un terremoto de magnitud 4,5, podría continuar «unos meses» con seísmos de magnitudes similares o inferiores a las registradas hasta ahora. Aunque «es imposible predecir» y «no se puede descartar que pueda venir uno más grande», los indicadores que manejan los especialistas hacen pensar no ocurrirá.

Así lo relata Gerardo Alguacil, investigador en el Instituto Andaluz de Geofísica, el cual precisa que aunque pueda suponer un «consuelo» lo cierto es que la concatenación de terremotos de magnitudes pequeñas «no evita» que pueda haber uno más grande. Sí matiza que en este caso se trata de una serie de terremotos que está «dispersa, no en una misma falla».

«Está en una zona donde hay un sistema de fractura bastante complejo, nos hace pensar que se ha activado el sistema como ocurrió en 1970, que hubo una serie sísmica en toda la Vega granadina que duró varios meses con terremotos de estas magnitudes, pero ninguno muy fuerte», ha relatado el experto.

Recalca que los terremotos no se producen de forma periódica y es imposible «predecir cuándo puede pasar o si habrá alguno mayor». «No podemos saberlo», mantiene, pero augura que, con los indicadores que manejan, esta serie sísmica pueda continuar unos meses, como ocurrió con la anterior, con magnitudes similares o más pequeñas.

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