Nervios, mentiras y mucho miedo
Sexo, mentiras y cintas de vídeo» es una película estadounidense de 1989, escrita y dirigida por Steven Soderbergh, con James Spader y Andiea MacDowell, como actores principales. Si el bueno de su director se diera hoy una vuelta por la Plaza del Carmen, podría hacer un secuela bajo el título, «Nervios, mentiras y mucho miedo», que son las tres circunstancias que en estos días previos a mayo, asolan al alcalde y a las bancadas del PP y Ciudadanos, a cuyos integrantes no les llega la camisa al cuello, ante la cada vez más próxima comparecencia de Sebastián Pérez, dueño hoy por hoy, del botón nuclear que puede hacer volar por los aires, el chiringuito en el que Luis Salvador y el PP, han convertido el Ayuntamiento de la muy noble, muy leal, nombrada, grande, celebérrima y heroica ciudad de Granada.
Produce auténtico sonrojo, leer estos días las voluntariosas declaraciones de «líderes» azules y naranjas, asegurando con una firmeza que ni ellos mismos se creen, que Salvador seguirá hasta final del mandato. No es que su palabra valga menos que el papel de envolver churros, que eso es lo que vale, es que no depende de ellos la continuidad en el despacho de la Mariana, de quien hace dos años estrechó la mano de Sebas, sellando un pacto que ahora niega, olvidándose que las cartas para ganar esa partida, están en poder de su oponente, que sabe jugarlas y lo va a hacer.
Mientras tanto, el PP se resiste a creer que su otrora presidente, está dispuesto a hacer cumplir aquel pacto del dos más dos, caiga quien caiga. Resulta sorprendente, que un partido como el popular, no sea capaz de darse cuenta que alguien que sabe que su carrera política está amortizada, se siente lo suficientemente libre, como para tomar decisiones, guiado tan solo por sus sentimientos. En este caso, por una dignidad herida y ninguneada, una palabra traicionada y una confianza vendida.
Sebas se va a cobrar la pieza de Luis Salvador, sí o sí y en manos de su partido está que el alcalde de Granada sea del PP, porque si en Andrés Segovia no mueven ficha y Bendodo se lleva a la Junta de Andalucía, al otrora socialista de pro y hoy naranjito mutante hacia el azul y la gaviota, será Pérez quien haga uso de su voto para quitarlo de en medio.
Quien como el expresidente de los populares granadinos, ha rechazado suculentas ofertas de su todavía partido, para mantenerle en el redil, a cambio de ser delegado de la Junta en Madrid o presidente de una autoridad portuaria, es que ha tomado una decisión en la que prima más la dignidad personal que el interés político o económico.
Y en esas estamos, cuando actores que se creen principales, pero que en este culebrón pintan menos que «follatabiques en Madrid», como Juan Marín y Elías Bendodo, afirmaban el martes que la Alcaldía de Granada no se moverá y seguirá con Luis Salvador al frente, pese a las palabras del PP granadino de hace una semana, en las que aseguraba trabajar ya en recuperar el despacho de la Mariana.
Tras sostener que el acuerdo suscrito el pasado 16 de marzo es “tan bueno” que deberían “imitarlo” todas las comunidades autónomas, el también líder de Ciudadanos en Andalucía, ha señalado que si ese acuerdo se aceptara en toda España “no haría falta la Ley Antitransfuguismo” … ¿No me digan que no sería para reir, si no fuera porque es para llorar?
Resulta especialmente patético escuchar a dos «lideres» de semejante talla, permítanme la ironía, afirmar semejante cosa, sin que se les mude el rostro, sabiendo, como saben que la continuidad de Luis Salvador en la alcaldía, no solo no depende de ellos, ni de sus respectivos partidos, sino que está en manos de alguien que se siente traicionado, por unos y por otros, y no está dispuesto a que su inmolación política le salga gratis a quienes la han propiciado.
Pero si para Sebastián Pérez es una dolorosa traición escuchar hablar en términos tan loables de ese pacto, para la ciudad de Granada es una auténtica vergüenza y un insulto en toda regla, porque no deberíamos olvidar que esta ciudad, fue vergonzante moneda de cambio, para que el PP consiguiera las poltronas de Murcia y Málaga y Ciudadanos pasar a la historia, como el partido del peor alcalde de la democracia.
Ensalzar un pacto tan siniestro y lesivo para Granada, solo puede partir de dos políticos mediocres y sin escrúpulos, como son Bendodo y Marín, probablemente dos de las mayores calamidades que le hayan podido pasar a Granada, con permiso de Luis Salvador.
Tic, tac, tic, tac …