¡Vacaciones! al fin…
Parecía que nunca iba a llegar el 30 de junio, fecha marcada en rojo por los docentes para iniciar su periodo vacacional, pero como todo en esta vida, acaba por llegar. Muchos de los docentes hemos llegado con la luz de reserva de energía parpadeando. He completado mi decimonoveno curso escolar y puedo asegurar que es el más duro que he tenido nunca, y prácticamente todos mis colegas coinciden en lo mismo.
Debería echar la vista atrás y hacer una evaluación del curso, pero la última evaluación la terminé hace unos días y no soy capaz de retrotraerme al inicio de curso, así que lo único que haré será llenar esta columna con la palabra “gracias”.
GRACIAS a nuestro alumnado, que han soportado, al igual que nosotros, un curso infernal en todos los aspectos (protocolos, distancias, temperaturas, falta de interacción social…). Han sido ejemplares, y no puedo hacer otra cosa que felicitarles por todo su esfuerzo, responsabilidad y resiliencia durante estos nueve meses.
GRACIAS a las familias de nuestro alumnado. Sin su confianza y colaboración, nada hubiese sido posible. Con muchos miedos e incertidumbre se animaron a dejar a sus mayores tesoros en nuestras manos llenas de hidrogel, cruzaron los dedos para que no pasara nada… y así, hasta el día de hoy.
GRACIAS a los referentes sanitarios de cada centro. Su conocimiento sobre la materia y la gestión de los contagios y contactos, ha sido un gran apoyo para los equipos directivos. Sin su colaboración constante, la gestión sanitaria y aislamiento de los contactos estrechos hubiese sido tremendamente complicada. Insisto una vez más, nosotros solo somos docentes, no sanitarios. Zapatero, a tus zapatos… y los referentes sanitarios los han dejado con lustre y brillantes todo el año.
GRACIAS a los Claustros, al PAS y a los Equipos Directivos. Solo nosotros sabemos lo difícil que ha sido el curso. Lidiar con los miedos, con la responsabilidad sanitaria compartida, con días sacados de la película “el día de la marmota”… Con la frustración de no poder dar un abrazo, con los problemas foniatras debido a la reducción sonora de las mascarillas o las bajas temperaturas, con dejar los controles de aprendizajes en cuarentena… Hemos perdido tanta calidez en la escuela, que cuando la recuperemos, nos vamos a sentir como si la enseñanza la estuviéramos reescribiendo.
GRACIAS a Juan Pérez y a La voz de Granada, que me prestaron sus ventanas para que este “maestro en tiempos de pandemia”, os contara sus inquietudes con respecto a la docencia y al COVID.
Y como no, GRACIAS a ti, que me has leído, con más o menos asiduidad. Que has compartido o no, mis opiniones. Que te has preocupado por el devenir del día a día en el entorno educativo. Que sabes, como yo, que hay un futuro muy esperanzador para el próximo curso.
Ahora sí, con los últimos deberes hechos, un servidor se va de vacaciones.
Salud y suerte para todos/as.