Trevélez y Monachil programan actividades por la Virgen de las Nieves, este año sin romerías
Trevélez y Monachil, en la provincia de Granada, no celebrarán por la pandemia del coronavirus sus tradicionales romerías en honor a la Virgen de las Nieves, consideradas las más altas de toda España, ya que transcurren a más de 3.200 metros, y que tradicionalmente han congregado cada año a miles de personas en Sierra Nevada. Los ayuntamientos de los dos municipios han preparado actividades con las medidas de seguridad pertinentes para conmemorar esta efeméride de principios de agosto.
En Trevélez, según ha indicado a Europa Press su alcalde, Adrián Gallegos, aunque echarán de menos subir al Mulhacén, las actividades programadas para este jueves contarán con todas las medidas de seguridad contra el coronavirus, incluyendo una ofrenda floral a la Virgen de las Nieves.
Así, en el Barrio Alto, hay previstas, a partir de las 16,00 horas, actividades acuáticas y fiesta de la espuma, y a las 19,00 horas será la misa. Posteriormente, llegará el momento de las tradicionales migas con sardinas y pipirrana, a beneficio de los arreglos en la ermita de San Antonio.
Por su parte, el Ayuntamiento de Monachil ha informado en una nota que, aunque sin subida al pie del Veleta, celebrará las tradicionales fiestas en honor a la Virgen de las Nieves en la urbanización de Pradollano de Sierra Nevada, con un completo programa de actividades para todas las edades que tendrán aforo limitado y todas las medidas de seguridad.
Las actividades arrancarán este jueves a las 12,00 horas, con una ofrenda floral a la Virgen de las Nieves en el monumento de la Hoya de la Mora. Por la tarde, a las 19,00 horas en la parroquia de la Encarnación del casco antiguo de Monachil será la misa.
El sábado no habrá carpa municipal ni la tradicional barra para evitar cualquier tipo de aglomeración, pero sí «pequeños conciertos al aire libre». El alcalde de Monachil, José Morales, ha animado a los vecinos «a disfrutar al máximo de estos días de fiesta en honor a nuestra patrona, y participar en todas las actividades que con toda la ilusión del mundo hemos programado para intentar recuperar poco a poco la normalidad, de manera segura».
Cuenta la tradición que el 5 de agosto de 1717 el beneficiado de Válor, Martín de Mérida, acompañado de su criado Martín de Soto, se dirigía desde la Alpujarra a Granada cuando una dura tormenta se desató súbitamente en medio de un día y un cielo sereno.
Empapados por el agua, ateridos por el frío, y espantados por los relámpagos y truenos, se cobijaron bajo una enorme roca de pizarra, implorando a la Virgen su protección. Su fe pronto obtuvo la respuesta requerida y la ventisca cesó de repente para dar paso a un cielo azul y un resplandor sobrenatural de enorme intensidad.
El culto a la Virgen Blanca se extendió a un lado y a otro de Sierra Nevada. En Trevélez, se le rindió honores oficiando una misa en el Mulhacén en 1912. Su entonces párroco, Francisco Castro Sánchez, concibió la idea de llevar la devoción de su pueblo y de la Alpujarra entera a la cumbre construyendo una ermita, según cuenta el historiador Manuel Titos.