Hoy me tocaba a mí
Soy taxista de profesión y conductor por vocación desde hace más de media vida, oficio que ejerzo con la mayor dignidad y sin complejos, pero como procuro ser discreto y navego sobre este océano de humildad, no alardeo, como tampoco lloro o pataleo cuando generalizan y me meten en el saco del vilipendio. Sin embargo hoy, tras este año y medio de anormalidad pandémica y aprovechando; no sin haberlo consultado antes, el espacio que La Voz de Granada me brinda para expresarme libremente, lo haré sin faltar a la verdad, pero como si mi difunta abuela apuntara pellizcándome en cada párrafo.
Hace unos días tuvimos ocasión de escuchar en una cadena de radio, en su franja de emisión local, a un taxista al que no llamaré compañero, que tras haber dejado sobre la mesa con anterioridad el paquete de temas sobre el que quería hablar, se explayó a gusto poniendo a caer de un burro a todo el colectivo del taxi de Granada, con un objetivo a todas luces dudoso y además de manera gratuita. Avisado por el locutor, cuando hubo soltado un par de lindezas, que su discurso no le iba a hacer precisamente ganar amigos entre el gremio, contestó que le daba igual, a lo que puedo añadir, pues el sujeto en cuestión me advirtió amenazante de lo que iba a ocurrir a pocos días de la entrevista, y conociendo su carácter, que aquella fue la mayor verdad que sus labios pronunciaron esa mañana. En los 7 minutos que duró su intervención, empleó una serie de calificativos que me hicieron pasar del estupor a la indignación, para acabar sumido en la vergüenza ajena, lamentable, tanto que no merece más respuesta que el silencio. Aun así, me siento en la obligación de hacer algunas aclaraciones a usuarios y partir una lanza en favor de mis compañeros.
Cuántas veces hemos hecho cola en el banco o en cualquier organismo público, no digamos ya después de entrar en el estado de alarma, sacamos número en la carnicería; pedimos cita en la peluquería; reservamos mesa en un restaurante para no quedarnos sin comer, hasta en los bares, hay que llamar antes para pillar una mesa desde que entró esta maldita pandemia, y eso por no mencionar lo que esperan algunos jóvenes para acceder a la discoteca. Pero el taxi es diferente, amigo, una vez que agotamos todas las posibilidades para ir de un punto a otro y las terminamos desechando por inviables, queremos uno aquí y ahora. Sin embargo, qué curioso, somos los taxistas los que hacemos cola varias veces al día esperando clientes. Durante el confinamiento, allá por el mes de abril del año pasado, un compañero tuvo la infinita paciencia de permanecer durante 8 horas en la parada de la Estación de Autobuses hasta que por fin llegó un viajero que necesitó sus servicios, un récord, vamos.
En todo este año y medio hemos recogido centenares de máscaras de buceo para que las convirtieran en respiradores; llevado de manera gratuita a sanitarios, hemos trabajado de manera altruista con el Banco de Leche Materna, desde donde se nos hizo un reconocimiento a esa labor, por lo que estamos tan satisfechos como agradecidos. Colocamos mamparas en muchos de nuestros automóviles, los lavábamos con productos desinfectantes y rematábamos la faena con ozono, todavía lo seguimos haciendo, somos un servicio público y como tal ofrecemos higiene y seguridad. Granada goza de una de las flotas de taxis más renovada de España, con más de un 60 % de vehículos híbridos, etiqueta ECO, cifra que no para de aumentar. Todos tenemos por obligación la posibilidad del pago telemático, emitimos factura detallada, tenemos libro de reclamaciones y diferentes formas de recoger, tanto las quejas como las alabanzas, que las hay y en mayor medida.
En la valoración turística que el Instituto de Estadística Andaluz realiza trimestralmente, solemos ya por costumbre alcanzar con regularidad los primeros puestos, en la última evaluación obtuvimos un 9`3, insuperable. Nuestra app Pidetaxi creció en uso un 503% en 2.019, el mayor ascenso en todo el territorio nacional, lo que nos granjeó la admiración y felicitación de nuestros homónimos. Y ya para acabar, que si lo destaco todo daría para mucho más, decir que debido a la tendencia en auge de solicitar un taxi a través de diferentes medios, como el correo electrónico, la página web o el teléfono, la Asamblea de la Asociación Gremial del Taxi de Granada, reunida el miércoles 29 de septiembre y a propuesta de la Junta Directiva que hace algo más de 4 años presido, aprobó por amplia mayoría una subida de cuota del 25%, (y todo a pesar de la que nos está cayendo), que irá destinada a la creación de empleo, con nuevos puestos de operadora que ofrezcan una mejor atención al usuario. Gracias, compañeros.
Creo que mi padre estaría orgulloso, hoy me tocaba a mí.