Rigoberta Bandini: de veras, lo siento
En tiempos tan ásperos, intrincados y turbulentos como los de hoy, la sociedad es un polvorín cotidiano que estalla a diario en pequeñas dosis, ya saben: el banco, la factura de la luz, la bombona de butano, el depósito del coche, el carro del híper, el alquiler, la sanidad inaccesible… En estos tiempos, con el populacho a punto de explotar, las élites, nerviosas y preocupadas, agradecen una función de circo que calme ánimos y distraiga estómagos.
Ante la escasez de pan, circo. Y, mire usted por dónde, cuando el apocalipsis bélico amenaza de nuevo al mundo, aparece como por ensalmo la más clásica y vetusta pista circense enganchando a tirios y troyanos: Eurovisión, un invento de 1956, próximo a la jubilación. El país lleva varios días pendiente de actuaciones, de semifinales y de la gran final que se está produciendo en el momento en que escribo este artículo. El país, para variar, anda dividido entre Rigoberta Bandini y Tanxugueiras, una que canta a la teta femenina y otras que cantan a la diversidad.
Personalmente, me atrae la propuesta gallega porque, he de confesarlo, me pone el folk. Lo de Paula Ribó y familia me parece una propuesta normalita de canción que tiene el recorrido que los medios le están dando a “Ay mama”, pero que acabará en el olvido más pronto que tarde, como “Terra” y todo lo demás. No hay música seductora, no hay letra cautivadora…
Soy consciente de que me ofrezco voluntario para ser crucificado, lapidado, fusilado o lo que el personal considere oportuno. Me ha sorprendido el furor mediático desatado por “Ay mama”, que casi todo el mundo coincide en calificar como himno feminista, y por Rigoberta Bandini, de quien casi todo el mundo destaca su apuesta rompedora y reivindicativa. No acabo de entenderlo, pero vayamos por partes: el himno, la cantante, lo reivindicativo y lo rompedor.
Dista mucho “Ay mama” del tema compuesto por El Arrebato para el Sevilla CF, de “We are the champions” de Queen, de “Imagine” de Lennon o de “Al alba” de Aute. Le falta, le falta… no sé qué, pero le falta. En cuanto al apellido del himno, lo de feminista, por mucho que haya leído y releído la letra, por más empeño que haya puesto al escuchar la canción, por mucho que haya leído y escuchado opiniones de terceros, por más que haya intentado cantarla, no lo veo como propuesta feminista.
La letra parece dedicada a las madres, a las envidiables madres que proveen de fiambreras a toda la familia desde la cocina y que es difícil imaginar acabando con una guerra o parando la ciudad. El pecho pintado por Eugène Delacroix no pertenece a una mujer luchadora (no aparece en el cuadro ninguna de las muchas que empuñaron las armas y perdieron la vida) sino a una alegoría sexualizada de los valores republicanos. ¿Se puede pensar que a alguien le den miedo a estas alturas las tetas desnudas de una mujer? Sinceramente, creo que no.
Hay tetas reivindicativas, respetables tetas desnudas que se muestran en el Congreso de los Diputados para hacer frente al Ministro Gallardón por atacar la libertad de las mujeres para decidir o valientes tetas que denuncian en París a Donald Trump y otros políticos de ser criminales de guerra. Cabe pensar que la reivindicación ha de ir más allá del postureo que prolifera en el show business y apuntar directamente a la raíz del problema, sin ambages, sin metáforas ni rodeos, con una puesta en escena revolucionariamente reivindicativa, como, por poner otro ejemplo, la procesión del Santo Coño Insumiso.
Tetas rompedoras fueron en su día la de Susana Estrada ante la casta política de 1978 (¡¡¡1978!!!), la de Sabrina en RTVE (1987) durante la retransmisión en directo del especial de ¡¡Nochevieja!! o la del cartel de “Madres paralelas” expresando maternidad en estado puro y que recibió la censura del mojigato Mark Zuckerberg, entre otros, el año pasado. Lo de Bandini me parece simplemente algo que no pasa de provocativo en grado de tentativa, como cuando se escucha en el patio de preescolar “caca, culo, pis… teta”.
Rigoberta: lo siento. Me acaban de informar que ha ganado Rosalía o alguien parecida en pose y canción.