La Policía Nacional realiza un simulacro de alta capacitación y exigencia para afrontar una supuesta amenaza por una alerta biológica
- El simulacro ha tenido lugar el pasado día 25 de febrero en el interior de una angosta galería a 6 metros de profundidad y con una longitud de 85 metros ubicada junto al río Genil
Agentes especializados de la Policía Nacional han realizado en el centro de la capital un simulacro de intervención ante una supuesta amenaza derivada de una alerta biológica. En dicho ejercicio, dirigido desde la Brigada Provincial de Información, se coordinó la actividad del Grupo de Desactivación de Explosivos e intervención ante amenazas de origen Nuclear, Radiológica, Biológica o Química – G.D.E.-N.R.B.Q. junto con la Unidad de Subsuelo y Protección Ambiental, especializadas en actuaciones en zonas confinadas, y la Unidad de Prevención y Reacción -U.P.R.
La planificación de este ejercicio comenzó con la búsqueda de un escenario plausible que tuviera como telón de fondo una amenaza de origen biológico. De este modo, se pensó en una hipotética sustracción, por parte de un empleado de un laboratorio, de un vial conteniendo una toxina de origen orgánico con un formato de alta concentración. Dicho vial acabaría depositado en una galería subterránea perteneciente a la infraestructura urbana, de difícil acceso, siendo necesaria su localización y neutralización por parte de los agentes especializados de la Policía Nacional.
El simulacro realizado tuvo como objetivo la práctica y el manejo de equipos, estrategias y procedimientos de actuación propios de las unidades de subsuelo aplicados a las necesidades del personal operativo TEDAX-NRBQ, y dirigido especialmente a la intervención en espacios confinados y de difícil acceso. Para llevar a cabo dicho entrenamiento los agentes han trabajado en un espacio angosto, necesitando luz artificial y equipos autónomos de respiración, además de otros específicos para poder descolgarse y elevarse a través de los pozos de acceso a la galería subterránea. Por otra parte, los agentes intervinientes tuvieron que utilizar trajes cerrados con un alto nivel de protección frente a agentes NRBQ, junto con el equipo de sellado, recogida de muestras, salvamento y rescate.
El entorno elegido para este simulacro fue una galería a 6 metros de profundidad bajo el nivel de la calle, con una altura de tan solo 1,4 metros y un desarrollo lineal de 85 metros. El acceso a la misma se realizó a través de dos bajantes circulares, a modo de pozo, con un diámetro de tan solo 50 centímetros, por el que debieron acceder los agentes junto con toda la equipación y el material necesario para completar su misión.
La concurrencia de todos estos condicionantes extremos exigió de los policías intervinientes no solo una gran resistencia física, sino también una gran capacidad de autocontrol y una alta cualificación técnica.
Cabe destacar que esta práctica es una más de las muchas desarrolladas de manera reiterada por las distintas especialidades de la Policía Nacional, tendentes a proveer de una alta cualificación y capacitación a sus agentes, siendo su complemento idóneo la formación continua recibida.