Una doble exposición fotográfica de Ana Torralva recorre la faceta antropológica y estética del flamenco
- ‘Teoría y Juego del Duende’ y ‘El Cante y la Mina’ muestran en el Centro Cultural Gran Capitán y en el Auditorio Manuel de Falla una colección de instantáneas de la artista gaditana con las que el Ayuntamiento de Granada conmemora el centenario del Concurso de Cante Jondo de 1922
El flamenco y los rostros de sus artistas se convierten en los grandes protagonistas de ‘Teoría y Juego del Duende’ y ‘El Cante y la Mina’, la doble exposición de la fotógrafa gaditana Ana Torralva, considerada una de las mejores retratistas de España, con la que el Ayuntamiento de Granada y el Centenario del Concurso de Cante Jondo inciden, por un lado, en una búsqueda antropológica y de identidad cultural de un pueblo y, por otro lado, en una búsqueda estética de este arte declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha incidido en la “enorme gama de sentimientos” que reflejan las instantáneas de Torralva y que pasan por el dolor, la pena, la fiesta y la alegría, con rostros y detalles que “son las expresiones de un pueblo”.
“Esta muestra supone un recorrido muy potente por todos esos sentimientos y supone también un paso más en el compromiso de este Ayuntamiento con una seña de identidad cultural enorme de nuestra ciudad como es el Concurso de Cante Jondo de 1922 y que convierte este año a Granada en auténtica capital mundial del flamenco”, ha aseverado Cuenca en la inauguración en el Auditorio Manuel de Falla de la primera de las dos exposiciones, ‘El Cante y la Mina’, realizada en el entorno del Concurso del Cante de las Minas de Murcia y en la que la artista ha explorado la raíz del porqué surge y se desarrolla allí esta forma de plasmar los sentimientos.
En las imágenes que conforman ‘El Cante y la Mina’, Torralva ha leído la geografía, la ruina de la industria minera y la ocupación humana que sobre esos restos se ha conformado, pero sobre todo ha atendido a la esencia antropológica de la necesidad de expresarse de un pueblo a través de la música, el cante, el toque y el baile, entendiendo que “el pueblo tiene arraigo en la tierra y que éste forja su carácter”.
“Durante todo un siglo hay una serie de personajes que van de Almería y Granada a La Unión y a la sierra de Cartagena a extraer material y allí se genera el cante de Las Minas, un cante que es muy dramático, muy profundo. Ese paisaje, que era el que veía de pequeña, lo fusiono con el flamenco”, ha explicado la autora, quien ha apuntado que “las estructuras metálicas aparecen como esculturas que se relacionan y funden con el paisaje”.
La otra parte de este doble proyecto, ‘Teoría y Juego del Duende’, se exhibe en la sala de exposiciones de Gran Capitán. Se trata de una muestra inspirada en la conferencia que Federico García Lorca, impartió en Buenos Aires en 1933 y reúne una serie de retratos a personajes claves del mundo del flamenco, como Manolete, Enrique Morente, Mario Maya, Paquera de Jerez, Marina Heredia, Estrella Morente o Alba Heredia.
En esta muestra, “los juegos de manos, torsos o pies son verdaderas composiciones memorables que pasan a ser la iconografía viva del flamenco”; toda una gama de sentimientos que pasan por el dolor, la pena, la fiesta y la alegría, con rostros y detalles de la estética jonda que dibujan un completo mapa de la plástica flamenca.
“Tengo una forma de trabajar en la que voy a los conciertos de los artistas, los observo durante su actuación, intento hablar después con ellos en los camerinos… y ya después voy a su entorno, a su espacio, y los intento abstraer de todo para centrarme en su mirada, acercándome siempre al drama más que a la alegría”, ha relatado Torralva.
Junto a esta parte del proyecto también se aúna el proyecto expositivo y vídeo de ‘Entidad Oculta, Oriente’, donde el flamenco salta de sus fronteras para universalizarse y plasmarse a través de la transformación vital de vida a bailaora flamenca de la japonesa Ariko Jara, una artista sobresaliente que desde el otro extremo del mundo se forjó en el Sacromonte para unir dos tradiciones y mostrar que el flamenco ya no es propiedad de los andaluces ni de los españoles, sino universal”.