Efecto llamada
No sé cómo no han caído en la cuenta el Sr. Abascal y el Sr. Feijóo, de alertar a la opinión pública sobre que la heroicidad de Nico Williams (el “negro vasco”) y la de Yamine Yamal (el “moro catalán”), que han conseguido, junto a otro vasco Mikel Oyarzabal, hacer a la selección española de futbol campeona de Europa, podía provocar un “efecto llamada” entre las masas hambrientas de jóvenes africanos, deseosos de parecerse a sus “héroes” y de que se fijen en ellos para situarlos en la cúspide de las sociedades supuestamente avanzadas.
Por parecerse a ellos y que les llenen sus carteras de millones de euros sí merece la pena atravesar en un cayuco el Atlántico arriesgando la vida. Sin embargo, no creo que sea muy alentador ver las imágenes de personas desnutridas y sedientas, de niños ahogados, de madres que perdieron la vida en la travesía, de padres que tuvieron que saltar vallas llenas de afiladas cuchillas. Si yo fuera una de esas personas que esperan y sufren por venir a un supuesto mundo mejor, y viera las terribles imágenes de las fallidas travesías, no sé si se me ocurriría arriesgar mi vida.
Pero no, el Sr. Abascal se ha enfadado porque se querían repartir varias decenas de niños desamparados hacinados en Canarias y en Ceuta, entre Comunidades. Y el Sr. Feijóo, para no desentonar mucho, ha hecho como que acepta el reparto, pero no la reforma de la Ley de Extranjería. Como decía el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, hay que ser malas personas para afanarse contra los más débiles e indefensos. Igual que se afanaba en su discurso uno de sus grandes maestros en el arte de la mentira y la xenofobia, Donald Trump, cuando una bala “milagrosa” le rozó la oreja y le subió a los “altares” de la chabacanería.
En un artículo publicado en el Diario.es por Santiago Alba, titulado “Odiar el fútbol”, se explica magistralmente este fenómeno. Lo que nos viene a decir es que “El juego y el equipo de la selección española representan, sí, la diversidad; es decir, la normalidad no ideológica; la celebración posterior, en cambio, ha restablecido, de manera también normal, la ideología “España” y sus cochambres…”. La pregunta clave es qué habrían dicho los Alvise, Vito Quiles, Abascal, o Feijóo, si hubiéramos perdido el partido a consecuencia de las malas jugadas del “negro vasco” o del “moro catalán”.
Hace tiempo que quedó demostrado que la causa del incremento de la delincuencia no son los emigrantes. Yo mismo lo analicé en mis estudios doctorales, y también lo demostré mediante modelos estadísticos. Y en esta tesis, mencioné multitud de estudios de investigación, principalmente de los Estados Unidos de América, que también evidenciaban que esto no era así. Sin embargo, los de la derecha española (la derecha europea parece que se guía por otras premisas) y la extrema derecha, siguen “erre que erre”. Y muchos, incluso algunos cuyos familiares estuvieron años y años trabajando fuera de su país, hasta les creen.
Recordaba en un artículo de hace casi un año, que el investigador Luis Miller, del CSIC, explicaba en 2020 en una entrevista en RNE que el ambiente de polarización que se respiraba en el Congreso de los Diputados no era casual, sino algo perfectamente planificado, pues los partidos habían encontrado que apelar a las emociones era mucho más efectivo que apelar a las razones. Lo primero es muy rápido, pues afecta a los sentimientos de las personas. Lo segundo más difícil, pues necesita mayor aprendizaje. Y aunque la fórmula de la polarización afectiva es antigua, las redes sociales han hecho que sea más efectiva. Frente a ello, nos decía, solo cabía establecer algún tipo de decálogo de comportamiento en el Congreso de los Diputados y apelar a los medios de comunicación para “desenmascarar los argumentos polarizadores”. Es lo que ha intentado el Presidente del Gobierno en su última intervención en el Congreso de los Diputados.
Los siguientes meses va a ser esenciales. En los EEUU de América, porque si el buen pueblo americano no lo remedia, se pondrá al frente del país un peligroso delincuente convicto, que será una auténtica amenaza para toda la humanidad. En España, porque la extrema derecha y la derecha, habían decidido no dar importancia a los auténticos problemas de la ciudadanía, y se seguían afanando en ofender e insultar al Presidente del Gobierno y a su familia, en un desesperado intento de que la situación no se estabilice y se convoquen nuevas elecciones.
Yo soy muy optimista y casi siempre confío en la sabiduría popular. Por esto, al igual que los franceses nos han vuelto a dar una lección de defensa de las libertades a todo el mundo, creo que igual pasará en los EEUU de América y en España. Aunque, visto lo visto, habrá que estar preparados para lo peor.