La UDEF siempre llama dos veces
Al igual que el cartero en la película de Jack Nicholson y Jessica Lange, la UDEF, Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, siempre llama dos veces… al menos a la puerta del Ayuntamiento de Granada. Curiosamente siempre cuando la plaza del Carmen está gobernada por el PP.
El 13 de abril de 2016 el equipo de Gobierno del Ayuntamiento capitalino se vio sorprendido después de que la UDEF realizara una serie de registros que concluyeron con las detenciones del alcalde de la capital, José Torres Hurtado, puesto después en libertad con cargos y de su concejala de urbanismo, Isabel Nieto. Un caso que involucró directamente al Consistorio y a importantes empresarios granadinos en las irregularidades en la construcción de una discoteca, con sala de fiestas y pista de patinaje con bar, en una zona verde del Plan General de Ordenación Urbana de Granada, junto al centro comercial Serrallo Plaza, donde solo había una concesión para un parque infantil.
Entonces el alcalde del PP salió del ayuntamiento por una puerta lateral para sentarse, no en su coche oficial, sino en uno de la policía en calidad de detenido; el pasado martes, la alcaldesa se libró de semejante escarnio, pero no el Ayuntamiento que preside, sobre cuya policía local pesa una gravísima sospecha de manipulación de oposiciones, en la que podría estar implicado el máximo responsable policial de la ciudad.
Sorprende que la alcaldesa haya pasado días haciendo el don Tancredo sobre semejante asunto que ha generado noticias diarias en los medios de comunicación y en el que la oposición ha pedido que se apartara al jefe de la policía local, principal sospechoso de esa manipulación, sin que Marifrán tomara decisión alguna al respecto.
Y tanto va el cántaro a la fuente que antes de ayer, una decena de agentes procedentes de Madrid, junto a policías especializados en blanqueo de capitales de Granada, irrumpieron en la sede de la Policía Local de la Huerta del Rasillo, en el área de Recursos Humanos, en el edificio de Los Mondragones, y en el Ayuntamiento de Albolote.
Los agentes de la UDEF buscaban información relacionada con procesos de selección celebrados a partir de 2019, entonces con el gobierno bipartito de Ciudadanos-PP en el Ayuntamiento y con el actual responsable de la policía municipal, José Manuel Jiménez Avilés al frente de la Jefatura, una responsabilidad que ha ocupado en distintos mandatos, siempre con el PP en el gobierno municipal.
Los agentes de la UDEF también se personaban en las dependencias del Ayuntamiento de Albolote, que tuvo que suspender un proceso de selección para cubrir cuatro plazas de policía por las sospechas de amaño. En este caso concreto, el propio jefe de la Policía Local de Granada, según recogía una de las grabaciones difundidas, trasladaba supuestamente a uno de los integrantes del tribunal de la oposición en Albolote, a su vez policía en la capital, que uno de los aspirantes debía entrar. «Ese niño tiene que salir porque lo necesita». En la conversación se advertían de que el aspirante no podía ponerlo todo, para no sacar un diez. «Que saque un ocho o un ocho y medio», apostillaba supuestamente Avilés.
Sorprendentemente y a pesar de las graves evidencias que ya constaban en poder de la alcaldesa de Granada sobre la participación de su jefe de policía en la manipulación de las oposiciones, el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Granada no tomaba ninguna medida cautelar sobre José Manuel Jiménez Avilés, algo que a la luz de la espectacular intervención de la UDEF, resulta difícilmente explicable, por mucho que el portavoz del equipo de Gobierno, intentara poner la venda en la herida con unas declaraciones muy, muy tardías “aplaudiendo” la intervención de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, que probablemente hubiera podido evitarse, con el coste reputacional que ha supuesto para la ciudad de Granada, si desde la alcaldía se hubieran tomado las medidas oportunas en el momento preciso.
Finalmente y ante las abrumadoras evidencias en su contra, José Manuel Jiménez Avilés, presentaba ayer su dimisión a la alcaldesa, sin que tan tardía decisión reste un ápice de sorpresa a la resistencia de Marifrán a haberlo suspendido cautelarmente hace ya algunos días.
La operación policial del pasado martes se llevó a cabo por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Granada, que investiga supuestos delitos de malversación, cohecho, tráfico de influencias y extorsión y vuelve a vincular con la corrupción el nombre de esta ciudad, algo que deteriora notablemente el buen nombre y la reputación de una ciudad.
El caso es que llueve sobre mojado, ya que en agosto de 2021 un agente de la Policía Local de la capital denunciaba ante la Fiscalía a varios altos cargos del cuerpo, entre ellos al al actual máximo responsable policial, como presuntos autores de varios delitos de prevaricación, cohecho, revelación de secretos, tráfico de influencias y aprovechamiento de información privilegiada por haber participado del posible “amaño” de las oposiciones a policía municipal que se llevaron a cabo ese año. Según el escrito de acusación, el objetivo que perseguido con aquella manipulación era el de favorecer a los hijos de algunos mandos que aspiraban a entrar en el cuerpo.
Está claro que en el PP no aprenden y que tampoco han visto esa magnífica película que nos recuerda que el cartero, en su caso la UDEF, siempre llama dos veces.