¡A votar el día 28!

Porque es nuestro derecho y también una obligación cívica. Porque es el día de materializar todas nuestras quejas, demandas, reivindicaciones, enfados, alegrías y anhelos, en una papeleta. Y porque, pese a todo el ruido mediático que hay y que irá en aumento de aquí al día 28, pese a las voces que intentan desmotivar y desmovilizar, no es igual que gobiernen unos a que gobiernen otros. Y Granada ha sido y es un magnífico ejemplo de ello.

Por lo que ha pasado en nuestra ciudad desde el año 2015, que no hay que echar tanto la vista atrás, y lo recuerda casi cualquiera con edad de votar. Por cómo se han comportado un@s y otr@s con la «cosa pública» granadina en estos dos últimos mandatos municipales. Por la diferencia o no entre lo que se dijo y lo que se hizo, que también es importante. Porque a la vista está que hicieron y dejaron de hacer las derechas granadinas, y que hicieron y en las circunstancias que lo hicieron las izquierdas. Porque ahí están los elementos comparativos, las realizaciones, los talantes, los equipamientos, la imagen de la ciudad y la vida que en ella hay o dejó de haber. Y luego también está la campaña electoral, propiamente dicha, los cómos y los porqués, las palabras y los silencios, las propuestas y las vaguedades.

Habrá quien diga que no existe ni la candidatura, ni el programa ni la campaña perfecta. Y, por suerte, llevará razón. Siempre faltará o sobrará alguien, habrá alguna medida olvidada o no suficientemente materializada, y éste o aquel debate habrá estado mejor o peor preparado (para quien haya asistido, naturalmente). No existe, ni puede existir, la comunión perfecta entre el electorado y quienes se presentan. Se trata de buscar la opción más conveniente, el programa más interesante, la papeleta que más puede contribuir a lo que deseamos y queremos para Granada. Y se trata de hacerlo ahora, en mayo de 2023. No en Diciembre ni el año que viene.

Y se trata también de hacerlo con las mimbres que hay, que le vamos a hacer. Esas son, y no otras. Una inexplicable, en términos programáticos y estratégicos, división de varias candidaturas situadas, dicen ellas, a la izquierda del PSOE, que parecen mas preocupadas en admitir perder un ojo si el resto pierde los dos. Y que, sinceramente, se encuentran en una tesitura escasamente atractiva para el electorado que desconoce o no quiere conocer los pormenores y entresijos de tamaño error. No sería razonable en términos electorales que quienes deseen mostrar su enfado ante ese hecho, se quedaran en su casa el día 28. Tampoco se trata de desbordar de entusiasmo a la hora de votar, basta con hacerlo responsable y sensatamente. Hay mucho en juego.

Pero si alguien desea proyectar en su voto ahora otras perspectivas de futuro, también está en su derecho. Todo es legítimo en democracia, todo influye, nada está de más. Basta echar una ojeada al panorama político para cerciorarse de que puede haber mucho de «factor nacional» en el voto. Desde luego lo habrá en las derechas desbocadas que desean una primera vuelta para «echar» a Pedro Sánchez y desalojar al Gobierno de izquierdas. Puede ser otro motivo para depositar la papeleta el día 28 el hecho de desear aguarles la fiesta a nuestras cada vez menos centradas derechas políticas. Y de paso, bajarles los humos y rebajarles los tics cada vez mas indisimuladamente autoritarios. Vendría bien para la racionalidad del debate político.

Por tanto, hay motivos, muchos motivos, para votar este próximo día 28 de mayo. Y también para intentar movilizar a nuestros entornos, desmovilizando, de paso, el obsceno intento de embarrar el escenario político con frases gruesas, titulares escandalosos, declaraciones fuera de lugar y banalizaciones intolerables, a estas alturas de nuestra democracia. Es verdad que ya no cuela, es cierto que cada vez más gente manifiesta que «se creerán que somos tontos o tontas». Pero ese sentir ha de trasladarse a las urnas, inequívocamente, con rotundidad y con convicción.

No dejemos pasar la gran oportunidad de manifestar colectivamente que es lo que pensamos, que queremos y cómo lo queremos. El próximo 28, a votar¡.