Bonilla sorbe y sopla

Decía hace unos días el ministro de Economía Carlos Cuerpo, que no se puede sorber y soplar, porque no es posible hacer dos cosas al mismo tiempo cuando son contrarias entre sí.

Se refería el bueno del ministro al presidente de la Junta de Andalucía, cuya consejera de Economía anunciaba una nueva bajada de impuestos, solo 24 horas después de que el Hijo Adoptivo de Granada anunciara, sin torcer el gesto, que Andalucía había llegado al tope de su capacidad financiera en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Así, sin anestesia, después de habernos vendido el presupuesto de 2024, como “histórico”, tras seis rebajas fiscales traducidas en una pérdida de recaudación de casi 900 millones de euros, tras derivar más de 1000 a la sanidad privada en detrimento de la pública, de no querer negociar con el Gobierno una quita de la deuda autonómica – a mayor gloria de Feijóo- que permitiría a Andalucía disponer de una capacidad de endeudamiento adicional de hasta 25.000 millones de euros y después de haber ejecutado solo el 48% de los fondos europeos, diez puntos menos que el resto de comunidades.

“El milagro fiscal andaluz”, que según Juanma y sus gurús económicos pasaba por bajar impuestos, pero aumentar la recaudación, se ha dado de bruces con la realidad y aprovechando que el Pisuerga de las arcas vacías, pasa por el Valladolid del debate nacional sobre la financiación singular de Cataluña, el “moderado” Moreno, ha confesado que está más “tieso”, que el marido de Susana Díaz y que no tiene garantías de cumplir con los «objetivos» planteados, si no existe un «compromiso desde el Estado» traducido en la llegada de más recursos a la comunidad.

Lo indecente del caso es que esto lo dice Juanma, al tiempo que devuelve a Madrid 112 millones de euros que el Gobierno había enviado a Andalucía, para financiar la enseñanza gratuita de niños andaluces de 0 a 3 años y solo 24 horas antes de que su consejera de Economía, anunciara “urbi et orbi” que Andalucía seguirá bajando impuestos.

Si lo que pretendía Juanma con tan peregrino anuncio era sumar voluntades en la cruzada del PP contra Sánchez, lo que ha conseguido ha sido revelar una gestión desconcertante de su gobierno, admitiendo que ya casi no tienen fondos para los servicios públicos al borde del colapso, al tiempo que siguen decididos a renunciar a recaudar ingresos, en aras de su suicida “bajada masiva de impuestos”.

Llama la atención que Bonilla no se haya referido hasta ahora a tan dramática situación, lo que demuestra el uso partidista de la ruina económica de su Gobierno y de paso que Andalucía ha dejado de ser el «motor de España» para convertirse en una comunidad menesterosa que a tres meses de agotar el año, apenas puede pagar la sanidad, la educación y los servicios sociales de sus ciudadanos.

Y es que renunciar a ingresos propios, al tiempo que reclamas al prójimo gubernativo más financiación para poder hacer frente al pago de los servicios que no puedes pagar por tu mala cabeza fiscal, tiene difícil explicación lógica. Aunque quien necesita la lógica, cuando lo que se pretende es tomar a los andaluces por gilipollas y hacerles creer que la ruina de su sanidad y educación públicas, es culpa del malvado “Perro” Sánchez y sus pactos con Belcebú Puigdemont, en lugar de por la decidida voluntad de Bonilla, de liquidar los servicios públicos andaluces en beneficio del sector privado donde tantos amigos tiene.

No conviene olvidar que las “rebajas fiscales” de Moreno han venido a aliviar especialmente la presión fiscal de las grandes fortunas de la comunidad, como ha ocurrido con la supresión del impuesto de patrimonio a los 20.000 contribuyentes andaluces más ricos, lo que viene a suponer el 0,2 % del total de la población, mientras la Junta ha dejado de ingresar casi 100 millones de euros, en perjuicio de la mayoría de la ciudadanía andaluza.

Vaya por delante que no cabe duda alguna de que Andalucía está infrafinanciada, pero utilizar esa realidad para satisfacer los intereses partidistas del PP no parece lo más decente si lo que de verdad se quiere es resolver el problema andaluz y no ser un jamelgo más para llevar a Feijóo a la Moncloa.

Cuando vuelvan a escuchar a cualquier representante de la Junta aquello de que “Hay que bajar impuestos”, pregúnteles primero: Qué impuestos quieren bajar, a quién se lo quieren bajar, cuánto van a dejar de recaudar y, sobre todo, de dónde van a recortar… Y ya si eso después decidan ustedes si Juanma defiende de verdad los intereses de los andaluces, o más bien los del PP.

CATEGORÍAS

COMENTARIOS

Wordpress (0)
Disqus ( )