Claro que la Alcaldesa sabía donde venía

No deja de sorprendernos nuestra alcaldesa con sus manifestaciones públicas al hilo del asunto que sea. En este caso, con motivo del primer aniversario de su llegada a la alcaldía, ha declarado una serie de lugares comunes y frases hechas que adornan muy bien su manera de entender el ejercicio de la autoridad municipal, la mayoría de ellas mera repetición de sus habituales exposiciones públicas, que aportan poco al descubrimiento del modelo de ciudad, si es que existe, que el PP tiene para esta ciudad. Al margen, lógicamente, de la mera ostentación del poder.

Pero lo más llamativo de sus declaraciones al hilo de ese aniversario, ha sido la frase de que «sabía donde venía, pero estaba peor de lo que imaginaba o me habían contado». Ahí es nada, tratándose, además, de quien es. La entonces «joven promesa» del PP, Maria Francisca (Marifrán) Carazo Villalonga accedió al Pleno del Ayuntamiento de Granada en 2007, en el segundo mandato de Torres Hurtado como alcalde, revalidando el cargo en las elecciones de 2011, y permaneciendo en el mismo hasta el año 2012 en el que marchó al Parlamento de Andalucía, para continuar la carrera política que ha desembocado en la alcaldía granadina. Es decir, perteneció al gobierno municipal de Torres Hurtado 5 años. ¡Cómo para no saber a dónde venía!.

En esos 5 años asumió la cartera de Turismo y Empleo. Seguramente empezó a tomar conciencia de lo que suponía la masificación turística de la ciudad, aunque no se conocen iniciativas ningunas en ningún sentido adoptadas por la señora concejala. De lo que, sin embargo, si se tiene conocimiento ( y certeza) es de su decisión de desmantelar el entonces pujante Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE), decisión que aún sufre la ciudadanía, pues en esta ciudad sigue faltando iniciativa y empuje en el ámbito de la búsqueda de itinerarios de empleo y oportunidades para la población. ¡Cómo no iba a saber donde venía nuestra alcaldesa!.

No es necesario que se «imaginara» ninguna situación del Ayuntamiento, pues, además, participó con su voto entusiasta en todas las decisiones urbanísticas y económicas adoptadas en aquellos «años de plomo» para el urbanismo y las arcas municipales. Decisiones que llevaron a lo que llevaron (de sobra conocido) y al agujero económico que, a duras penas, se consiguió mejorar en mandatos y alcaldías socialistas posteriores. Cómo igualmente tampoco es necesario que nadie «le contara» cómo se encontraba el Ayuntamiento. ¿Quién se lo iba a contar?. Los y las anteriores responsables municipales del PP, supongo que no, pues bastante tuvieron la mayoría de ellos y ellas con protagonizar la «espantada» de sus responsabilidades de gobierno y asumir el ridículo por su actuación. Ella estuvo y estaba perfectamente al tanto de todo. ¡Claro que sabía donde venía!.

De modo que una vez instalada en la alcaldía, y perfectamente al tanto de a donde venía, siguen resultando poco consistentes el resto de afirmaciones que ha efectuado al hilo de su primer año de alcaldesa. Parece que sus propósitos, más que cualitativos y evaluables desde el punto de vista ciudadano, son meramente cuantitativos. O al peso. El urbanismo deseado es el crecimiento ( obras y grúas por doquier), hasta llegar a 250.000 habitantes (¿y porque no 270 o 300 mil?) y tener 14.000 viviendas más (¿y porque no 8 o 18 mil?, ¿y porque no rehabilitar y regenerar vivienda?). Las ordenanzas municipales modificadas son 20 o 25, así sin más, sin abordar las garantías ciudadanas de esa reducción o simplificación. Cómo si modificar ordenanzas fuera también un asunto «al peso».

Los impuestos, como siempre que gobierna el PP, suben. Pese a que, también como siempre, lo prometido en campaña era lo contrario. La limpieza, para la señora alcaldesa, ha mejorado. Hemos de imaginar que, en este caso, de verdad, no tiene a nadie que le cuente la verdadera realidad de suciedad, abandono, incluso desidia, de nuestras calles, nuestros jardines y nuestros espacios públicos en general. O tendremos que suponer que la señora Carazo vive al margen de las continuas demandas y quejas ciudadanas al respecto de la limpieza de la ciudad, que mes tras mes son expuestas por los representantes vecinales en las Juntas de distrito.

La proyección cultural de la ciudad va genial, según la alcaldesa, seguramente ignorante de que las posibilidades de alcanzar la capitalidad cultural aumentan en la medida que se explicita y se trabaja por conseguir la implicación de los barrios y los agentes culturales de base en un proyecto de futuro, y disminuyen en la medida en que se reitera la ya archiconocida riqueza patrimonial de la ciudad. Y, claro, el Presupuesto. Hemos de seguir soportando la letanía de que aprobar un presupuesto (tarde y teniendo mayoría absoluta) es algo a destacar en una gestión municipal.

Por tanto, creo ya llegada la hora de que nuestro Ayuntamiento deje la rutina y el sopor de este primer año de gestión, y se disponga a acometer, de verdad, actuaciones transformadoras, ilusionantes, participativas y de futuro para Granada. Y si éstas no se producen por impulso del Gobierno, que la oposición ponga sobre la mesa, con constancia, ese proyecto que nuestra ciudad merece y demanda.

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COMENTARIOS

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    Manuel 1 semana

    Muy ilustrativo. La historia de Granada está llena de plañideros y vendidos. No sé que les dan en Sevilla, pero es urgente investigarlo.

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