Detenido por supuesto delito laboral el dueño del cortijo donde murieron dos senegaleses
- Supuestamente, se encontraban trabajando sin contrato desde septiembre
La Guardia Civil ha detenido al propietario del cortijo del municipio de Alpujarra de la Sierra, en Granada, donde el 23 de octubre aparecieron los cuerpos sin vida de dos jóvenes senegaleses ante la presunta comisión de un delito contra el derecho de los trabajadores al descubrir que supuestamente los tenía trabajando sin contrato desde septiembre.
Según ha informado la Guardia Civil en una nota de prensa, el detenido fue el que alertó de que dos jóvenes subsaharianos a los que había dado cobijo en su cortijo «por el mal tiempo» dos días antes habían aparecido muertos en uno de los dormitorios donde también encontró un cubo metálico que contenía ascuas aún encendidas que él mismo sacó a la calle.
Los agentes comprobaron que los cuerpos no presentaban ningún signo de violencia contra ellos ni de que hubiera participado ningún tercero en las muertes y la autopsia confirmó después que los dos hombres murieron por inhalación de monóxido de carbono.
El Equipo Territorial de Policía Judicial de la Guardia Civil de Órgiva se hizo cargo de la investigación y el mismo día 23 de octubre localizó a un hermano de los dos fallecidos en Roquetas de Mar (Almería), quien identificó ambos cadáveres.
El Instituto Armado averiguó después que los tres hermanos habían estado trabajando para el detenido en su cortijo hasta el día anterior a la aparición de los cadáveres, recogiendo tomates y habichuelas.
También descubrió que fue el hermano y no el propietario del cortijo el que encontró los cadáveres sobre las 6,00 horas y que el ahora detenido le dijo entonces que «tenía que marcharse a Roquetas de Mar, ya que si se quedaba allí la Guardia Civil lo detendría para devolverlo a Senegal».
Los encargados de la investigación consideran que el dueño del cortijo reclutó al primero de los hermanos en Roquetas el pasado mes de junio para trabajar en el cortijo, a pesar de que este le advirtió que estaba en situación irregular en España. En septiembre le preguntó si conocía a alguien que quisiera trabajar para él y aquél le habló de sus dos hermanos, que también estaban en situación irregular en España.
El detenido, según la Guardia Civil, fue con su coche a recoger a ambos a Roquetas y desde entonces han estado trabajando para él en jornadas de diez horas al día por 45 euros por jornada trabajada, dinero del que luego «descontaría el alojamiento y la comida».