Dickens forever

¿No notáis últimamente todo muy rojo y dorado, como si cayeran gotas de purpurina por las calles de Granada? yo voy asustada por si me sale Mariah Carey a veintidós grados que estamos por cualquier esquina pa cantarme el “All I want for Christmas is you”. ¿Cuántas comidas de navidad tenéis vosotros? Porque yo tengo cuatro y de las cuatro a cinco no quiero ir, jajaja. Siempre cuando se acercan estas fechas hago dos cosas: ver “Qué bello es vivir” y leer “Cuento de navidad” de Charles Dickens. ¿Por qué? Porque son cosas que te hacen volver a creer en la vida y en el ser humano, perdonar a la gente, querer sentar a toda tu familia a la mesa y cocinar un pavo con arándanos; aunque los arándanos estén a cinco euros los doscientos cincuenta gramos y el pavo no te guste, aunque se te queme, y aunque poner el horno te cueste trescientos euros en la próxima factura de la luz. ¡Qué bonita la Navidad! ¿Vosotros sabéis lo que valen ya los dulces navideños? quería yo comprar los reyes de chocolate para mis hijas y me sale más barato traerlos del lejano oriente, por favor… que, bueno, que me viene bien, porque así como no los puedo comprar no me los como y voy a salir con cinco kilos menos en vez de más. Pero, ya está, al final lo importante de estas fiestas es la compañía, pasarlas con la familia…. Familia, que palabra tan grande y como la confundimos a veces, porque a ver, ¿qué es familia? según la Rae: “un grupo de personas formado por individuos unidos, y primordialmente vinculados por relaciones de filiación o de pareja”. Yo le quitaría todo lo que viene detrás de la coma, la verdad, aunque ya la Rae avisa de que es “primordialmente” y que no tiene por qué ser así. Porque al final la pregunta no es con quien deberías o estás obligado a estar estas fechas si no con quién quieres. La Navidad es para compartir con la gente que te quiere y que quieres, con la gente que durante todo el año se preocupa por ti, es para darle las gracias a todos esos amigos a los que les das el coñazo a las cuatro de la mañana, a los que les repites un tema que te duele una y otra vez y te siguen escuchando, a los que les puedes decir todo lo que te dé la gana sin que te juzguen o te critiquen, a los que si les das la mano siempre te la aprietan para que sepas que van contigo. ¿A quien podríais llamar vosotros a las dos de la mañana si atropelláis una ardilla por la carretera y queréis enterrarla sin dejar huella? Pues esos, queridos lectores míos, esos son la familia; no el primo que se mete contigo, no el cuñado que te dice cual es el mejor coche que te tienes que comprar, no el hermano que te mete el palo de la zambomba por el ojo, no la gente para la que no eres prioridad… la familia son esas personas que te hacen sonreír el corazón y que cuando abres los ojos y los ves sientes que no podrías estar en ningún otro sitio. Quizá este año con tanto misil hipersónico, con tantos panfletos preparándonos para la guerra nuclear, con tanto desastre natural y tanta tristeza y muerte por el mundo lo que deberíamos hacer es pasar el mayor tiempo que podamos con la gente que queramos sin importar la sangre que lleven; preguntadle sino a la gente de Valencia para los que son ya familia todos los que les han ayudado a limpiar de barro su casa y su corazón. Yo os deseo de corazón que podáis abrir los ojos esta Navidad en vuestra mesa y sentir que estáis en el sitio correcto, deseo a todos los que han perdido todo que nunca pierdan la ilusión ni la esperanza porque la mala suerte se va y lo que queda siempre es lo que somos y con quién lo compartimos, deseo a todos los que están enfermos y pasarán las fiestas en el hospital que salgan de esta para poder gritar eso de ¡Felices Pascuas! como Jimmy Steward, deseo que al que esté solo no dejen de llamarle a la puerta y os invito a que si conocéis a alguien que no tiene a nadie lo invitéis a pasar a vuestra casa , os deseo de verdad unas felices fiestas, sean las que sean las fiestas que celebréis y la gente con quién las paséis. Porque como decía charles Dickens: “Todo viajero tiene un hogar, no importa dónde”.

Pd: que la magia y la ilusión os acompañe siempre, sean la fechas que sean.
Pd 2: para los Reyes podéis pediros un librillo que se llama: “Cómo sobrevivir a un premio” de una tal Georgina con –e.

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