El camino hacia la privatización del Parque de las Ciencias de Granada

Es preocupante lo que se lee y se escucha sobre la situación actual del Parque de las Ciencias de Granada. Incluso se ha efectuado una recogida masiva de firmas a favor de este, que ha obligado a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía a pronunciarse al respecto. Pero la situación de deterioro que se empieza a ver en algunas zonas del Parque, junto al borrador de decreto de creación en Málaga del Instituto Andaluz de Divulgación Educativa de la Ciencia, empieza a levantar sospechas sobre las intenciones reales de la Junta de Andalucía.

Durante el año 2019 realicé una estancia de investigación en el Parque de las Ciencias de Granada. En la misma llevé a cabo un pormenorizado estudio que titulé “Estimación del Impacto socioeconómico del Parque de las Ciencias de Granada”. Dicho estudio ha sido presentado en algunos congresos científicos, en los que ha despertado bastante interés.

La primera cuestión que descubrimos al analizar los datos fue que la evolución del número de visitantes del Parque de las Ciencias de Granada desde su apertura en 1995 había sido espectacular, convirtiéndose en un referente nacional y europeo en museos más visitados, además de en una importante fuente de ingresos para la economía granadina y andaluza. Hablamos de 128.290 visitantes totales en 1995, frente a 759.165 en 2018, si sumamos estrictamente los visitantes del museo, el planetario y el biodomo, por separado. De estos, unos 342.004 vinieron del resto de Andalucía, sin contar Granada, 111.901 del resto de España y 36.060 del resto del mundo.

Lo que se calculó que estos visitantes demandaron en consumo y servicios en 2018, se cifró en más de 23 millones de euros. Aplicando la metodología del análisis input output, se obtenía que la producción necesaria para satisfacer dicha demandada ascendía a algo más de 49 millones de euros entre todos los sectores de la economía, de los que un 73,5% se producía en el entorno próximo al Parque de las Ciencias. Todo lo anterior nos llevaba a estimar que el empleo directo generado en la economía granadina estaba en torno a los 800 puestos de trabajo. Si a esto se le sumaban los casi 100 empleos indirectos que generaba el propio Parque, así como el total de su plantilla, estábamos hablando de una cifra cercana a los 1.000 empleos, que era casi el 0,3% del total de empleo de la provincia de Granada. Algo realmente espectacular.

Además de lo anterior, también en nuestro estudio descubrimos otras cuestiones, igual o más importantes. La primera, que su modelo de gestión democrática, complementada con una modesta independencia administrativa y financiera, le había permitido situarse a la vanguardia en innovación sostenible y responsable. La segunda, en consonancia con evidencias obtenidas en estudios internacionales respecto a que un alto porcentaje de los estudiantes universitarios que cursaban carreras de ciencias en países como Australia o Finlandia, habían visitado Museos de Ciencia. En nuestro caso, también se obtuvieron correlaciones estadísticas positivas y significativas entre el total de visitantes del Parque de las Ciencias Granada y el total de matriculados en algunas de las carreras universitarias que se cursan en la Universidad de Granada.

El artículo 44 de la Constitución Española establece que “Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho”, y también que “Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general”. En el caso del Parque de las Ciencias de Granada, este mandato constitucional se llevaba a la práctica de forma ejemplar. Además de generar vocaciones científicas y demostrar que la independencia y la autonomía no están reñidas con la eficiencia y la excelencia, también, el impacto en la sociedad de cada euro de dinero público gastado en la institución se había multiplicado por más de cuatro en forma de valor añadido generado en la actividad económica.

Lamentablemente, casi cinco años después, debido a aquellas medidas, como se denuncia en la prensa, “…empieza a aparecer el deterioro (módulos que no funcionan, piezas que reponer, jardines abandonados….) derivado de un sistema de gestión que no funciona….Si al Parque de las Ciencias le quitamos su autonomía funcional, administrativa y económica, no puede funcionar igual. Además la Junta prepara la creación de un Instituto Andaluz de Divulgación Educativa de la Ciencia en Málaga, cuyos objetivos son los mismos que tiene nuestro parque….” (Juan Santaella, que fue viceconsejero de Educación en la Junta de Andalucía).

Es decir, si se sigue por este camino, asfixiando su gestión con medidas y decisiones totalmente inapropiadas y perjudiciales, el Parque de las Ciencias de Granada dejará de ser lo que era, quedando el camino libre hacia su privatización, o incluso hacia su desaparición. Y si no desaparece, pronto podría dejar de ser el importante referente internacional que ha sido. Y la culpa no habrá sido de los magníficos profesionales que allí siguen trabajando.

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