El edadismo y otros cuentos de verano

Hola, ¿cómo lleváis éste fresquito estival? Yo este mes he terminado el segundo libro de Middelmarch, como ya os había dicho, y, nada… que soy un genio adivinatorio, mis dotes proféticas dejan a la Aramis Fuster a la altura del betún. ¿Qué pasa en este libro tan apasionante y tan poco predecible? Pues lo que ya os dije, que el marido de la Dodo (el señor cura supermayor) se muere y le pone una cláusula en el testamento a la muchacha para que no se pueda casar con el otro, porque si se casa le quitan todas sus pertenencias… Yo creo que le hace un favor con esta clausula, porque ella lo ve alguna noche, una tarde de vez en cuando; en fin , que el otro cuando no le interese se va para su casa y se ahorra la Dodo tener que lavar calzoncillos victorianos de esos que parecen un peto y te tapan hasta el gaznate. Pero, ¿qué creéis que hace nuestra señorita victoriana? Ay, señor, señor, estás señoritas victorianas… pues nada, que renuncia al dinero y se casa con el pobre; ya veréis cuando se tenga que poner los corsés de segunda mano y en vez de lengua de vaca por navidad le lleve lengua de rata. Lo mejor ha sido el trozo en el que dicen la edad del difunto, al que llaman todos viejo, y tiene cuarenta y cinco años: ¡pero si ese hombre está en la flor de la vida! ¿Qué me estáis contando? Si ese era viejo y el cuerpo le pedía tierra yo voy ya camino de la muerte. ¡Madre mía! Tenemos un problema con eso de la edad importante, edadismo lo llaman, yo lo llamaría “por los brazos colganderos vais a pasar todos, cabrones”.

Y a cuento del edadismo os voy a contar lo que me paso el otro día, que eso también da para una novela, y mucho más entretenida que la de Middelmarch. Total: que fui al médico porque me dolía una muñeca, y como me dieron la cita veinte días después pues ya cuando fui no me dolía; pero aprovechando que estaba en la consulta (que mi trabajito me costó conseguir la cita y no pienso yo en desaprovechar las oportunidades que me brinda la vida) pues me dio por preguntarle al señor médico el por qué hay veces que me baja el periodo dos veces al mes y va el señorito victoriano, se empieza a reír y me dice que es que las mujeres de mi edad ya tienen la regla más descontrolada ¿qué edad? Se cree el tío que es un teenager, las mujeres de mi edad dice el amigo…. Total, que le pregunto si me va a hacer una citología o algo y me dice que no, porque las mujeres de mi edad, ya con una vida sexual menos activa se hacen la citología cada más años… ahí ya sí que casi me da el infarto colérico. A ver, me suelta que soy una mujer con edad y que mi vida sexual no es tan activa y se queda el tío tan pancho, ahí sonriendo alegremente. Y ahora ¿qué se supone que debo hacer yo?¿acostarme y llorar por mi vida sexual no tan activa? ¿esconderme en el armario con las demás mujeres de mi edad para que nadie nos vea? ¿darle una torta al médico con to la mano abierta y quedarme tan pancha yo también? Escucho vuestras sugerencias, amigos y mujeres de mi edad.

Pd: Un besito pa mi médico.

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