El Gobierno propone mantener mascarillas y ‘grupos burbuja’ el próximo curso escolar y reducir distancia a 1,2 metros
- En el nivel de alerta 3 y 4, se podría pasar a semipresencialidad sólo a partir de 3º de la ESO
El Gobierno propone a las comunidades autónomas que el próximo curso escolar sea presencial en todas las etapas educativas y que se mantengan las medidas de seguridad e higiene para frenar contagios de COVID-19, como es el uso de mascarillas, los ‘grupos burbuja’ y la distancia de seguridad entre alumnos y profesores, aunque en este sentido plantea que en lugar de 1,5 metros de separación, se pueda reducir a 1,2 metros en algunos cursos.
Así lo pone de manifiesto el documento ‘Propuesta de medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2021-2022’, que ha sido redactado por los ministerios de Educación y de Sanidad y remitido a las comunidades autónomas.
Según aseguran fuentes del Ministerio de Educación, el documento es un borrador que se analizará esta tarde en la Comisión de Salud Pública y este viernes en la Comisión de Educación. Será el miércoles de la semana que viene, día 19, cuando este documento se aprobará en la una reunión conjunta entre Sanidad y Educación con las comunidades autónomas en una Conferencia Interterritorial.
Según el documento, se garantizará la «máxima presencialidad» para todos los niveles y etapas del sistema educativo, al menos en el escenario de nueva normalidad, nivel de alerta 1 y 2.
El documento indica que la suspensión generalizada de la actividad lectiva presencial de forma unilateral por parte de una comunidad autónoma, únicamente se adoptará ante situaciones excepcionales, tras la presentación en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Asimismo, el texto, que está sujeto a cambios, establece que se mantendrá una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros en las interacciones entre las personas adultas en el centro educativo, manteniendo el uso de la mascarilla independientemente de la distancia. También aboga por mantener de forma general una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros por parte del alumnado cuando se desplacen por el centro educativo o estén fuera del aula.
Sin embargo, dentro del aula, la distancia de seguridad entre alumnos varía según el curso y según el escenario de alerta. Así, para 1º y 2º de ESO, se propone en nivel de alerta 1 y 2, «una distancia de 1,5 metros, con posibilidad de flexibilizar a 1,2 metros», al igual que para los alumnos de 3º y 4º de ESO, FP Básico, Bachillerato y Enseñanzas Oficiales de Idiomas, con el objetivo así de «garantizar la presencialidad».
No obstante, en estos cursos (3º y 4º de ESO y FP Básico), si el nivel de alerta de la comunidad está en 3 ó 4, la distancia será mínimo de 1,5 metros y/o clases al aire libre, y de manera excepcional, se abogará por la semipresencialidad, priorizando la asistencia de alumnado con dificultades sociales o académicas.
En este sentido, y para «preservar la presencialidad», se recomienda «minimizar el tiempo de educación a distancia, optando por opciones organizativas que faciliten asistir a clase todos los días (asistiendo tres horas a primera hora la mitad del grupo, y tres horas a mitad de la mañana la otra mitad del grupo) o casi todos los días (educación a distancia del 20% de la clase cada día de la semana)».
En FP de Grado Medio y Superior y en Enseñanzas Artísticas y Deportivas, las medidas serán las mismas que en Bachillerato y, cuando sea de aplicación, se adoptarán las medidas que correspondan a su ámbito profesional de referencia.
Con respecto a los Grupos de Convivencia Estable (GCE), también denominados ‘grupos burbuja’ (grupos formados por un número limitado de alumnos junto al tutor cuya interacción se limitará al grupo), se plantea la posibilidad de que dentro del grupo no sea necesario guardar la distancia interpersonal, con el fin de que «sus miembros pueden socializar y jugar entre sí, interaccionando con mayor normalidad».
El número de alumnos que integrará cada uno de estos grupos será de un máximo de 20 en Educación Infantil de 3 a 6 años y de 25 alumnos en el caso de Educación Primaria. Para la Educación Infantil de 0 a 3 años y para la Educación Especial, los grupos tendrán un tamaño máximo acorde a las ratios establecidas en la normativa autonómica.
En relación con el uso de la mascarilla, el documento propone que siga siendo su uso obligatorio a partir de los 6 años y para todos los profesores, con independencia del mantenimiento de la distancia interpersonal o la pertenencia a un ‘grupo burbuja’.
La mascarilla indicada para población sana será la de tipo higiénica y siempre que sea posible reutilizable. Asimismo, su uso será obligatorio en el transporte escolar colectivo a partir de los 6 años, y recomendable de 3 a 5 años.
En cuanto al uso de guantes, Sanidad y Educación no lo recomiendan, salvo para tareas de limpieza.
El texto también hace hincapié en la ventilación de los centros, considerando «preferente» que ésta sea natural. En este punto, se recomienda ventilación cruzada, si es posible de forma permanente, con apertura de puertas y/o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes de la sala, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el espacio.
Según el documento, se deberá ventilar con frecuencia las instalaciones del centro, a poder ser de manera permanente, incluyendo al menos durante 15 minutos al inicio y al final de la jornada, durante el recreo, y siempre que sea posible entre clases, garantizando además una buena ventilación en los pasillos; y con las medidas de prevención de accidentes necesarias.
Si la ventilación natural no es suficiente, el Gobierno sugiere que se puede utilizar ventilación forzada (mecánica), debiendo aumentarse el suministro de aire exterior y disminuir la fracción de aire recirculado al máximo, con el fin de obtener una adecuada renovación de aire.
Únicamente si no es posible conseguir la ventilación adecuada mediante ventilación natural o mecánica, se podrían utilizar filtros o purificadores de aire (dotados con filtros HEPA) y como alternativa, puede valorarse el uso de otros espacios (aulas o salas del centro educativo, o municipales). Y no se recomienda la compra generalizada de medidores de CO2 por los centros educativos.