Ha llegado Marifran
Como aquella letanía sonora y musicada, que a veces nos despertaba y que a veces nos sobresaltaba, pero siempre nos llamaba la atención, «ha llegado a la ciudad el camión del tapicero». Apenas unos segundos de ruido, de voz rotunda y edulcorada, para hacernos saber a todo el vecindario el feliz y efímero momento, el instante perfecto para, por fin y después de mucho remolonear, poder tapizar, arreglar, remendar o recomponer nuestros gastados sillones o somieres. Y después de ese fugaz y sonoro anuncio, el consabido «fuese y no hubo nada». De nuevo el silencio en las calles, hasta la próxima visita.
En este caso, la llegada de Marifrán a la candidatura a la alcaldía (sólo ha llegado a eso, por más que haya quien ya ha vendido la piel del oso y hecho una alfombra con ella, cuando el oso aún está hibernado) ha venido acompañada del mismo ruido fugaz con el que llegaba el camión del tapicero, pero reconozcamos que con bastante más fanfarria y fuegos de artificio. No en vano, el maestro de ceremonias ha sido nada menos que el siempre sonriente y nunca eficiente presidente de la Junta de Andalucía, más conocido por Juanma, a quien la candidata debe el nombramiento y a quien ha dedicado en estos días posteriores a su entronamiento toda suerte de agradecimientos y pleitesías, genuflexiones, arrodillamientos y reverencias, más propias del medievo. Todo sea para no perder los favores del presidente, cuando la cruda realidad se haga carne allá por finales de mayo.
De eso no debe quedar ninguna duda. Marifrán es parte del equipo de Juanma. Dirige la Junta de Andalucía, la que nos deja sin asistencia sanitaria o con una muy escasa y deficiente. La que destina cada vez mas fondos a la sanidad privada. La que empeora la educación pública a diario y la que baja todos los índices de calidad de la misma. Que no queden dudas. Eso sí, ambos, Marifrán y Juanma, Juanma y Marifrán comparten también sonrisita profiden, pareciera que nunca han roto un plato.
Pero la recién llegada Marifrán no es nueva en la plaza. Aquí tampoco deben quedar dudas. Fue componente del gobierno municipal de Torres Hurtado y de Sebastián Pérez. Si, aquellos dos personajes que hoy parecen ser de planetas diferentes. Pero que no hace tanto compartieron con Marifrán el desgobierno de la ciudad. Y compartieron decisiones urbanísticas que ya sabemos cómo acabaron. Y compartieron líos y problemas, que hicieron que esta ciudad perdiera tiempo y esfuerzo. Y, por concretar, compartieron la decisión de desmantelar el Instituto de Formación y empleo, por entonces un instrumento de referencia para las personas necesitadas de empleo y formación para el mismo. La fría ejecutora de aquella dramática decisión, que hoy seguimos pagando, fue la sonriente Marifrán. No deben quedar dudas de ello. Ninguna duda.
Cómo tampoco debe quedar duda de que el gran anuncio, el fastuoso adelanto, la excitante y sin par presentación de Marifrán a cargo de Juanma, ya nos lo conocemos en Granada. Nada menos que va a poner «Granada patas arriba». Poco original, señoras y señores. Granada ya estuvo «patas arriba» cuando Marifrán y el PP la mal gobernaron. Patas arriba en credibilidad, patas arriba en gestión urbanística, patas arriba en servicios fundamentales a la ciudadanía, patas arriba en imagen exterior, patas arriba en funcionamiento interno. Lo que necesitaba Granada, y lo que sigue necesitando, tras el paso destructivo del PP por el gobierno local, es justamente no estar «patas arriba». Flaco favor le ha hecho Juanma a Marifrán aludiendo a esa elevación de las extremidades inferiores. Más bien, ha metido una de ellas, como coloquialmente se dice.
De manera que así ha llegado Marifrán. (Im) puesta desde Sevilla y ratificada (hasta el momento de escribir este artículo) dos veces, igual quedan algunas ratificaciones más aún. A ver lo que dura la fase ruidosa del anuncio con altavoz de su llegada. He recontado por encima y aún quedan decenas de dirigentes del PP por aclamarla en las redes sociales, y eso que muchas y muchos corrieron a darle los parabienes al primer minuto de que vieron llegar por la esquina de su calle al «camión del tapicero».
Ahora quedará el trabajo duro. Tapizar, remendar, arreglar, dar pespuntes, decorar, etc. Comprobaremos si Marifrán lo ha elegido, o alguien lo hizo en su nombre, y de qué grado lo ha hecho. Pero eso ya será harina de otro costal. De momento, que siga el anuncio de su llegada. Que faltan muchas calles y muchos barrios por saberlo.
Y hablando de quienes nombran candidatos , quien puso a Espadas para la CCAA ?