Inquietantes declaraciones de intenciones

Ciertamente inquietante la sucesión de «declaraciones de intenciones» al respecto de nuestra movilidad, que han efectuado últimamente, dirigentes del PP a nivel autonómico y local, pues más que despejar alguna duda, ahondan el desconcierto sobre sus verdaderas intenciones. Ya dediqué mi columna del mes de Abril en este diario, a la declaración de intenciones de la nueva Consejera (granadina) andaluza de Fomento, en lo que podría suponer su puesta de largo ante la sociedad granadina, en las que, básicamente, su mensaje fue recuperar carreteras que dormían en el baúl de los recuerdos y mostrarse esquiva y huidiza al respecto de la ampliación y potenciación de la red de metro en nuestra área metropolitana.

Nadie ha venido a rectificar la citada declaración de intenciones, por lo que cabe pensar que esa, y no otra, es la hoja de ruta de la administración autonómica al respecto de la movilidad granadina. Cierto es que en la primera toma de contacto mantenida por el nuevo alcalde de Granada y el presidente de la Junta de Andalucía, se trasladó a la opinión pública el compromiso de «ampliar a medio plazo el metro», aunque más pareció el resultado de una charla protocolaria que una verdadera declaración de intenciones políticas.

En esas estábamos, cuando el otro día, y en una reunión que cabe calificar de formal, el Ayuntamiento capitalino, a través de su concejal del ramo, a la par, portavoz del PP, «pidió» o «planteó» a la Junta de Andalucía, personificada en su Delegado provincial de Fomento, una línea de metro por el centro de Granada, no como una petición directa, sino como algo a tener en cuenta o a considerar en los estudios y trabajos sobre movilidad metropolitana que se supone está realizando la administración autonómica.

Nadie había reaccionado ni opinado al respecto de este planteamiento, cuando al día siguiente (y sin anestesia), un compañero del concejal de Movilidad, en este caso, el concejal de Urbanismo, pero en su calidad, nada desdeñable, de Alcalde en funciones (no olvidemos que los dos medio alcaldes de la ciudad no han estado en Granada la mayor parte del mes), volvía a traer a colación la ya célebre expresión, calificando de «declaración de intenciones» la propuesta, y advirtiendo que la misma debería alejarse de disputas estériles, «que no serían deseables y que él no deseaba».

Curioso, porque las únicas «disputas» o «controversias» sobre la materia han sido protagonizadas por representantes del PP, del mismo o de diferente nivel institucional. Aún más curioso, teniendo en cuenta que si a día de hoy, no existe una línea de metro por el centro, es única y exclusivamente porque, allá por el año 2003, otros representantes del PP, con la aquiescencia o el silencio de algunos de los actuales, se dedicaron a torpedear, boicotear, entorpecer y frustrar la construcción de la misma, que estaba acordada por el alcalde Moratalla del PSOE y la Junta de Andalucía.

Nos encontramos, pues, ante un cruce de declaraciones de intenciones, nada clarificador de los verdaderos propósitos que sobre nuestra movilidad tienen los actuales gobernantes. Contradicciones, incluso históricas, palabras vacías y huecas, falta de compromisos reales y unos antecedentes tenebrosos y, en mi opinión, muchos balones despejados, para no moverse hacia ningún lado. Esperemos y deseemos que nadie en el actual gobierno municipal (y a falta de las declaraciones de intenciones de los dos medio alcaldes, que, sin duda, las habrá) haya pensado que la verdadera declaración de intenciones para mejorar nuestra movilidad sea la implantación en Granada de los patinetes eléctricos. Al tiempo

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