Investigador señala que la primera marcha procesional de la Semana Santa de Granada se compuso en 1875
- El investigador de la UGR Juan Carlos Galiano-Díaz aporta nuevos datos sobre las primeras marchas fúnebres dedicadas a hermandades granadinas en el último tercio del siglo XIX
- Su trabajo ha demostrado que las primeras marchas de la Semana Santa de Granada fueron compuestas por el compositor granadino Antonio de la Cruz Quesada entre los años 1875 y 1884. Hasta ahora se consideraba que la marcha más antigua de la Semana Santa granadina era la dedicada por José Moral a la Hermandad del Santo Entierro, que data de 1898
Un investigador de la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que las primeras marchas musicales de la Semana Santa de Granada fueron compuestas por el compositor granadino Antonio de la Cruz Quesada entre los años 1875 y 1884, 23 años antes de la que hasta ahora se consideraba la marcha más antigua de la Semana Santa granadina: la dedicada por José Moral a la Hermandad del Santo Entierro, que data de 1898.
Juan Carlos Galiano-Díaz, alumno del Programa de Doctorado en Historia y Artes de la Escuela Internacional de Posgrado de la UGR e investigador FPU del departamento de Historia y Ciencias de la Música, ha arrojado luz en torno a las primeras marchas fúnebres dedicadas a hermandades granadinas en el último tercio del siglo XIX.
En un artículo publicado en la revista Música Hodie, Galiano apunta que fue Antonio de la Cruz Quesada (compositor granadino que alcanzó gran popularidad en Madrid durante la segunda mitad del siglo XIX gracias a su producción musical destinada al salón) quien dedicó las primeras marchas a hermandades de la ciudad de la Alhambra.
En este sentido, el investigador de la UGR ha localizado en la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y la Biblioteca de Cataluña un total de siete marchas de la autoría de De la Cruz Quesada, editadas entre 1875 y 1884, que han sido catalogadas en esta investigación.
“En términos generales, cabe destacar que cinco de las siete marchas investigadas están vinculadas de forma directa o indirecta con la Semana Santa no solo de Granada, sino también de otras provincias andaluzas como Sevilla, o incluso en la región de Murcia —caso de la ciudad de Cartagena—.”, apunta Galiano.
Estas marchas resultan extremadamente reveladoras y sugerentes en lo que a la historia de la marcha procesional en la Andalucía de la segunda mitad del siglo XIX se refiere.
Más allá de los templos
Tal y como se ha puesto de manifiesto, fue tras la instauración de la Restauración Borbónica de 1874 cuando la Semana Santa de Granada comenzó a ver la luz más allá de los templos, momento en el que las bandas de música militares y civiles iniciaron su acompañamiento a los desfiles procesionales.
Ello conllevó el surgimiento de las primeras marchas dedicadas a hermandades de la ciudad de la Alhambra, cuyo origen había sido tradicionalmente datado en 1898, año en el que vio la luz una marcha dedicada por José Moral a la Hermandad del Santo Entierro.
El trabajo publicado por el investigador de la UGR ha puesto de manifiesto cómo las primeras marchas fúnebres compuestas por Antonio de la Cruz que se interpretaron en Semana Santa no estaban dedicadas a ninguna hermandad, sino a ilustres personalidades de la historia de España, como el militar y político Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen “Marqués del Duero”, a los capitanes Luis Daoiz y Torres y Pedro Velarde y Santillán. Estas fueron compuestas en 1877 y 1878, respectivamente.
De igual forma, aunque no se tienen pruebas fehacientes de ello, es más que probable que la marcha A los héroes del dos de mayo (1883) fuese también interpretada en los desfiles procesionales de Semana Santa.
En segundo lugar, Galiano ha constatado que fue en la década de 1880 cuando el compositor granadino publicó las primeras marchas dedicadas a hermandades de la ciudad de las que se tienen noticia: Viernes Santo (1880) y A la Santísima Virgen María bajo la advocación de Ntra. Sra. de las Angustias (1884). Estas fueron dedicadas a las únicas hermandades que procesionaban por las calles de Granada en esta época: la Hermandad del Santo Entierro y la Hermandad de la Virgen de las Angustias. Otra de las festividades vinculadas a la religiosidad popular de Granada en la que Antonio de la Cruz se inspiró fue el Corpus Christi, para la que editó en 1881 la marcha solemne Al Santísimo Corpus Christi.
Finalmente, desde el punto de vista de la edición musical, hay que destacar que todas sus marchas fueron publicadas en versión para piano, siendo también editadas para banda las marchas A la memoria del ilustre Marqués del Duero, Homenaje a la memoria de Daoiz y Velarde y A los héroes del dos de mayo.
“Precisamente, las instrumentaciones para banda no fueron realizadas por el granadino, sino por músicos mayores del ámbito castrense como Ramón Roig o Carlos Pintado, hecho que nos puede hacer pensar que el compositor granadino poseía escasa formación en lo que a instrumentación se refiere”, apunta Juan Carlos Galiano-Díaz.
En este sentido, las ediciones para banda no incluyen número de Opus, a diferencia del resto de obras de su catálogo. Por otra parte, el hecho de que todas las marchas de Antonio de la Cruz fuesen publicadas en Madrid por importantes editores musicales como Pablo Martín, Antonio Romero, José Campo o la revista Eco de Marte dan fe del posible éxito que estas pudieron tener en los repertorios bandísticos de la época. Por otra parte, es más que posible que las marchas de Antonio de la Cruz fuesen compuestas algún año antes de su publicación, tal y como ocurrió en otros ejemplos del repertorio procesional andaluz de la segunda mitad del siglo XIX como la Marcha fúnebre de Rafael Cebreros.
“En conclusión, las marchas fúnebres de Antonio de la Cruz encarnan a la perfección la génesis, formación y consolidación de la marcha procesional andaluza en la segunda siglo XIX, uno de los referentes simbólicos del patrimonio musical del sur de España, en el ámbito religioso-popular, que ha ejercido un gran poder de atracción y una expansividad notable a lo largo y ancho del panorama nacional e internacional”, señala el investigador de la UGR.