Jurassic Park Granada
El pasado día 9 de julio, el Secretariado de Geoparques de la UNESCO aprobó la integración del “Geoparque de Granada” en la Red Mundial de Geoparques.
Me he permitido la sorna con el título de este artículo, pero es una imagen gráfica de lo que significa este hecho, con todas las grandes diferencias que existen entre nuestro parque real y el ficticio de las películas.
Como geólogo, esta aprobación me alegra doblemente, por un lado por la noticia positiva para Granada, y por otro lado como reconocimiento al valiosísimo patrimonio geológico con que cuenta Andalucía y España, y más específicamente Granada. España cuenta con otros 15 geoparques, localizándose en Andalucía cuatro de ellos (Cabo de Gata, Sierras Subbéticas en Córdoba, Sierra Norte de Sevilla, Granada).
El Geoparque de Granada se extiende por las comarcas del norte de la provincia (Baza, Guadix, Huéscar), en donde se localizan 72 puntos de geodiversidad: espectaculares paisajes de badlands, yacimientos paleontológicos con un registro continuo de fósiles desde hace millones de años, multitud de manantiales de aguas termales aprovechados como balnearios, estructuras sedimentológicas y estratigráficas de enorme belleza, yacimientos arqueológicos con vestigios de la ocupación humana desde hace miles de años, paisajes semidesérticos cautivadores,…
Hay que felicitar a todas las personas, organizaciones e instituciones que han participado en la consecución de este reconocimiento. Una vez más se demuestra que si marchamos unidos, podemos conseguir alcanzar metas importantes para el conjunto de la sociedad, y en este sentido, este proyecto ha contado con el unánime apoyo de todo el conjunto socioeconómico y político provincial, regional y nacional.
No obstante, hay que señalar que este reconocimiento no lleva aparejado ningún tipo de ayuda económica, ni implica un mayor grado de protección jurídico-ambiental para el territorio que ocupa el geoparque, es exclusivamente lo que se podría considerar como un “sello de excelencia”. Pero este sello nos permite incrementar las posibilidades de captar inversiones públicas y privadas que generen riqueza y desarrollo aprovechando los recursos endógenos del lugar. Ahora depende de nosotros saber aprovechar las oportunidades que se nos brindan en el futuro. Por ejemplo, me parece muy oportuno que desde la Diputación Provincial de Granada se pretende acceder a los fondos del “Programa de Planes de Sostenibilidad Turística en Destinos”, que ha lanzado la Secretaria de Estado de Turismo (SETUR).
Finalmente, quiero aprovechar la oportunidad que me brinda esta tribuna para aclarar un pensamiento erróneo que tienen algunas personas en Granada, y es en referencia al llamado “Hombre de Orce”. No voy a entrar en disquisiciones de si el fragmento craneal que se encontró en el Yacimiento de Venta Micena (Orce) es de un homínido como sostienen algunos investigadores o de un équido como defienden otros científicos (trabajo en temas de ingeniería geológica-ambiental y no me considero con suficientes conocimientos para lidiar en este asunto), pero sí hay que aclarar que en ningún caso, ni aunque correspondiera a auténticos restos de un homínido, este es nuestro antepasado. Los homínidos del Yacimiento de Atapuerca (Burgos) tampoco son antepasados nuestros.
La actual población europea tiene su origen en tres migraciones sucesivas procedentes de África y Asia, que fueron ocupando territorios según se retraían los hielos glaciares. La primera migración procedente de África fue hace unos 45.000 años, que se distribuyó por el sur de Europa, la cual sustituyó/integró (alrededor del 3% del genoma de los europeos es neandertal, no existiendo mezcla en el resto de las poblaciones humanas de África, Asia, América u Oceanía) a los neandertales que se habían adaptado a vivir en los difíciles ambientes glaciares pero no pudieron adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y a los nuevos “competidores” del mismo espacio geográfico. La segunda migración se produjo hace unos 8.800 años, también procedente de África, que se extendió por el sur y centro de Europa. La última migración ocurrió hace unos 5.300 años y procedía de las llanuras asiáticas, expandiéndose por todo el continente, ya libre de los hielos glaciares.
Nuestros antepasados ¿vinieron en pateras?