La agenda como espejo de la situación del gobierno local
- Los recurrentes problemas a la hora de coordinarse entre Ciudadanos y PP demuestran la falta de una cabeza real en el Ayuntamiento de Granada
Un descuido es algo que cualquiera podría tener, un error que no debería pasar en un Ayuntamiento, pero que puede producirse y resultar comprensible, pues errar es de humanos. Sin embargo, dos descuidos consecutivos en factores importantes no es algo que pueda pasarse por alto, más aún cuando las supuestas explicaciones se convierten en declaraciones para quitar hierro al asunto y que solo sirven realmente para echar más leña al fuego.
Granada podría haber colgado el pasado martes el cartel de ‘se busca alcalde’ y no sería descabellado. La Semana del Mayor esperaba a que alguien diese el pregón para dar comienzo, pero no había nadie para darlo. No asomó por la sala ningún miembro del equipo de gobierno, ya fuese de Ciudadanos o del PP, y Paco Cuenca tuvo que hacerse cargo de la situación. Curioso cuanto menos fue ver al líder de la oposición ocupando el sillón que le corresponde al máximo regidor de la ciudad, una circunstancia que de seguir así podría dejar de ser temporal, avisos no han faltado.
Pero, ¿dónde estaban los líderes del Ayuntamiento en ese momento? Luis Salvador se encontraba en Nueva York, formando parte de la expedición que ha viajado hasta allí para intentar vender la industria local. Con suerte, quizás allí sepa explicar en qué consiste Granada Human Tech, algo que de momento no ha logrado hacer en la ciudad.
De suplente, en teoría, quedaría en Granada Sebastián Pérez. No debería admitir duda que el futuro vicealcalde asuma el cargo cuando falta el alcalde, pero resulta que este último no ha firmado ningún documento que deje constancia del traspaso de poderes, una práctica habitual en mandatos anteriores y que incluso llegó a pedir a otros regidores como Paco Cuenca, que sí que lo hizo en su momento. Actúa, por tanto, el miembro del Partido Popular cogiendo unos galones que no se le han otorgado oficialmente, aunque de hacer caso a lo oficial la ciudad quedaría sin cabeza.
El propio Sebastián Pérez ofreció ayer unas explicaciones que, lejos de ser convincentes, solo arrojaron más leña al fuego. Quiso restar importancia, haciendo ver que tenía más para los medios de la que tiene realmente para la ciudad, pero la realidad es que en algo más de una semana los dos grupos han sido incapaces en dos ocasiones -hay que sumar la falta de comparecencia para valorar los cien días- de coordinarse de manera eficiente para que la ciudad funcione como se espera. Como muestra, mientras Cuenca hacía de alcalde, el próximo vicealcalde se encontraba en el propio Ayuntamiento «preparando una reunión con la Junta».
La agenda se ha convertido a ojos de los granadinos en un espejo que refleja la realidad del consistorio. Incapaces para ponerse de acuerdo dos veces en poco más de siete días, hay quienes empiezan a dudar de que el equipo de gobierno local sea capaz de dirigir una ciudad si ni siquiera han sido capaces de dirigir debidamente los actos que debían de llevar a cabo, como afirmó el propio Miguel Ángel Fernández Madrid.