La Austen for president
Este mes me he leído un libro que si no existiera tendríamos que inventarlo “Orgullo y prejuicio”. Os confieso que me da miedo hablar de él, porque yo de Jane Austen jamás escribiría, que Jason Momoa me corte la mano si lo hago, nada malo. ¿Se puede ser más actual que este libro y que el pensamiento de su autora? ¿No os lo creéis? Os pongo ejemplos: «Tengo veintisiete años, no tengo dinero ni perspectivas. Ya soy una carga para mis padres y tengo miedo. Así que no me juzgues, Lizzy.” Já, tengo yo treinta y seis…, cuánta razón, Jane, cuánta razón. Lo bueno, es que ya no son sólo las pobres mujeres victorianas, ya hemos expandido a todo el género humano que tiene cincuenta años y vive en casa de sus padres.
Más ejemplos, que hoy estoy generosa: “Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia”. La Austen parece que desayunaba conmigo todos los días café en mano; lo único, que yo actualizaría un poco la frase a “echo de menos cuando sólo había un gilipollas por pueblo”; pero por lo demás clavao.
Y esta… a ver qué os parece: “Siempre se aprecia mucho el poder de hacer cualquier cosa con rapidez, y no se presta atención a la imperfección con la que se hace”. Totalmente de acuerdo, que en el Burguer King serán muy rápidos echando el Kétchup pero siempre me ponen la hamburguesa como si la hubieran deconstruido a martillazos.
Más, más: “¡Reconozco que no hay ningún otro placer como la lectura! ¡No hay nada que canse menos que un libro!”: efectivamente, no conozco persona en este mundo que por muy triste que esté no se anime con un buen libro ya sea de Ana Obregón o de Belén Esteban. Porque de todo se cansa uno, del jamón, del Momoa, de la vida… pero de un libro nunca. Probadlo.
Y mi preferida: “Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa.” Por favor, solteros poseedores de una gran fortuna, llamadme, sé bordar, dibujar, leer…lo del tocar el piano lo llevo regular pero seguro que con vuestra gran fortuna lo arreglo.
Voy a parar porque podría estar torturándoos con frases todo el mes completo, así que mejor leeros el libro y disfrutad. Y por supuesto creed en el amor y en que en algún momento vuestro Darcy aparecerá despechugado por el final de la Avenida de Dilar y os dirá: “debo decirle que ha embrujado usted mi cuerpo y mi alma y que la amo, la amo y la amo y que ya nada podrá separarme de usted.”