La conjura de los tenedores
Fue Madame de Montpensier quien en 1658 afirmó que Luis XIV —cuando alcanzaba las 15 primaveras— sabía comer con los dedos con «extremada elegancia».
El tenedor de mesa se empezó a extender por Europa durante los siglos XVII y XVIII, aunque el tenedor de trinchar, con tres púas, ya se utilizaba desde tiempos del Imperio Romano. Más aún, un rústico tenedor, a veces simplemente como un estilete, aparece ya en el ‘Éxodo’ entre los antiguos asirios y griegos, pero su uso se ajustaba exclusivamente a los templos como instrumento ritual para los sacrificios.
En el siglo X la dogaresa Teodora exportó varios utensilios a Venecia desde la refinada Bizancio, entre ellos un pequeño tridente para asir la comida sólida del tajador sin mancharse los dedos. (Aunque para evitar este inconveniente se emplearan aguamaniles aromados y toda clase de servilletas —o el cabello de las esclavas— para enjugarse la grasa.)
En España, aunque se conocía un pincho doble durante los siglos XIII y XIV para, como se ha dicho, trinchar la carne en los banquetes, no es hasta el XV que se empieza a extender el uso de este cubierto entre la nobleza. En Francia llega el siglo siguiente, de la mano de Catalina de Médicis, haciéndose indispensable en la corte de Enrique III para sobre todo evitar mancharse las gorgueras que estaban de moda.
En el ‘Tesoro de la lengua castellana abreviado’, del siglo XVII, se incluye el tenedor entre los utensilios de la vajilla: «Baxilla de plata, de vidrio veneciano, de oro, de talavera, de peltre; Dízese servicio de plata, etc., donde se pone se llama Aparador. Consta la baxilla de fuentes grandes con molduras gravadas, platos, lizos, trincheos, salvilla, salero dorado, pimentero, jarros, pomos para olores, porcelanas, copas, arquillos, taza orneada, calderillo, frascos, escupidor, o bacinilla, candeleros, blandoncillos, palmatoria, horquillas, tenedores, cucharas, brasero, pozal de plata, enfriadores de plata»; y el ‘Diccionario de Autoridades’, de 1739, apunta: «Se llama también instrumento de tres, quatro, ó mas dientes con su hastil, que sirve para prender con aseo la comida, y ayudar a la cuchara, ó trinchete. Hácese de diversas materias: como plata, oro, &c.».
En la película ‘La ramera errante’ (2010) ambientada en Centroeuropa a principios del siglo XV, aparece un tenedor de dos púas. Aunque no es en la mesa donde se emplea; sino que se utiliza como arma ofensiva (la duda de esta posible anacronía fue creciendo hasta comprobar los datos que más arriba expongo). Dejé de ver ‘Águila Roja’ (2009-2016) por estos inapropiados datos; entre otras cosas, porque se pusieron a cantar bulerías en pleno siglo XVII. (Ahora veo ‘Gallina Blanca’ —perdonen la broma fácil.)
De todas formas no hay que pasarse de listo y el tenedor en las películas citadas puede tener un origen que no haya contemplado hasta ahora o que los asesores históricos de estas obras —en caso de que los hubiera—, por fuerza mayor, vieran idóneo y totalmente factible su inclusión.
Tampoco el pasado, ¡ay!, es una ciencia exacta