La Infancia: lo más preciado de la sociedad.
Mis primeras líneas quiero que sean para las niñas y niños sin rostro, a la infancia sin identidad, a la que se les priva de sus derechos, a la que se deja la vida buscando un mundo de esperanza, de ilusión y de futuro, mis primeras palabras quiero que sean para ti Nabody.
¡Cuántas niñas, cuántos niños ven truncado su desarrollo por la falta de recursos, de oportunidades y por la falta de interés de las administraciones!
Debemos considerar a la Infancia como el eje principal de nuestro trabajo como cargos electos, de nuestras preocupaciones en el Parlamento de Andalucía, de nuestro día a día. Las propuestas que llevemos a sede parlamentaria deben tener como objetivo prioritario mejorar la vida tanto de la infancia en la actualidad como propiciar el caldo de cultivo perfecto para que tengan un perfecto desarrollo y gocen de todas las oportunidades para tener una vida plena, cargada de derechos y llena de felicidad tanto cuando son pequeños como cuando pasen a la vida adulta.
O nos tomamos la infancia en serio o pasarán generaciones hasta que eliminemos los problemas estructurales que les azota. Y, para ello, los grupos parlamentarios tenemos que ser consecuentes y coherentes entre nuestras palabras y nuestros hechos ya que no podemos llegar a la tribuna, hablar de la importancia de la infancia y acto seguido eliminar la mitad de las sesiones de la Comisión de Infancia y no ejecutar, por parte del Gobierno andaluz, lo que allí se acuerda.
Lo dijimos el 4 de abril del 2019 cuando se aprobó en pleno la creación de la Comisión de Infancia, queríamos que fuera funcional, operativa, que tuviera contenido, donde se pudieran trasladar las propuestas al Consejo de Gobierno, así como evaluar y fiscalizar las acciones en esta materia. Pues bien, nos encontramos que la última comisión de Infancia con miembros del gobierno se celebró en diciembre y la próxima será en mayo. ¿Se puede permitir Andalucía y su infancia que transcurran 5 meses sin abordar sus problemas?
Si no corregimos este hecho, y si no ponemos a las niñas y los niños en el centro, los años pasarán, pero los problemas que padecen seguirán. Sus buenas intenciones quedarán solo en eso, en intenciones y no en realidades.
Y para transformar las intenciones en realidades siempre contará la sociedad con nuestro grupo parlamentario y con toda nuestra militancia. Y, ahora con la Ley de Infancia no iba a ser menos, nos vamos a arremangar cuantas veces sea necesario por la infancia de Andalucía.
Pero, ¿qué consideramos que debe incluirse en la futura Ley de Infancia? Aquí varias propuestas que están enfocadas en crear y reforzar los siguientes aspectos:
1. Participación de la infancia en sus decisiones.
2. Gestión de forma pública los recursos los recursos.
3. Formación de toda la sociedad en aspectos relacionados con la infancia.
4. Unificación de criterios eliminando la revictimización.
5. Actuación urgente contra las adicciones.
6. Aumento de la oferta educativa.
7. Escucha activa de los colectivos.
8. Niñas y niños con capacidades diversas.
Desglosando cada uno de los apartados anteriores diremos que:
1. Participación de la infancia en sus decisiones.
La participación de la infancia en todas las administraciones debe ser una prioridad. Pero no solo se debe basar en la mera escucha de sus propuestas, sino que se deben plasmar en hechos a través de la planificación de las mismas, su consiguiente dotación presupuestaria y su ejecución existiendo un claro sentido vinculante entre lo que opina la infancia y las actuaciones a desarrollar.
Para ello, debe haber una uniformidad en los procesos para que en la administración local, provincial y autonómica se lleven a cabo sin distinción de población, zona o provincia.
2. Gestión de forma pública los recursos los recursos.
Existen numerosos recursos y servicios que están licitados en empresas privadas como los puntos de encuentro familiar, que se han de gestionar desde la administración pública a fin de mejorar las condiciones laborales de la plantilla y el servicio prestado a la ciudadanía.
3. Formación de toda la sociedad en aspectos relacionados con la infancia.
La sociedad debe conocer todos los aspectos que inciden sobre la infancia. Para ello se han de realizar planes de formación intergeneracionales y globales entre todos los agentes sociales de la sociedad a fin de trabajar como un mismo bloque las diferentes administraciones públicas, los centros educativos, universidades, los agentes sociales y el tejido productivo.
4. Unificación de criterios eliminando la revictimización.
En numerosas ocasiones se encuentran las y los menores inmersos en procesos donde se ven afectadas diferentes administraciones y se produce la revictimización del menor donde tiene que narrar una y otra vez los hechos traumáticos que han vivido con el daño que ello conlleva.
Para evitar este hecho se deben establecer cauces unificados entre todas las administraciones y poner en práctica modelos tan novedosos como “El método Barnahus, la casa de los niños” que ofrece un entorno amigable y respetuoso con sus necesidades.
5. Actuación urgente contra las adicciones.
No solo tenemos que tener en cuenta planes contra las adicciones denominadas “históricas” como el tabaco o el alcohol, sino con otras emergentes como las bebidas energéticas, el cannabis o el juego de azar.
Y para ello, se deben contemplar todos cauces de coordinación entre Consejerías y entes públicos. Es inútil que plasmemos negro sobre blanco a través de esta ley el combatir la ludopatía y que el Consejero de Hacienda ignore las demandas de los ayuntamientos en materia de distancia de las casas de apuestas con los centros educativos, deportivos, de ocio juvenil o con los locales de tratamiento de la ludopatía. Necesitamos coherencia entre lo que se escribe en la Ley y entre los hechos que se llevan a cabo como gobierno y, en este caso, el gobierno andaluz ignora a las miles de familias azotadas por la ludopatía.
Además, se debe abordar el buen uso de las Nuevas Tecnologías para prevenir el acoso o la hipersexualidad de las y los menores.
6. Aumento de la oferta educativa.
La educación pública es un ascensor que debemos potenciar y reforzar con esta ley. Las redes de segunda oportunidad han demostrado que el alumnado que ha vuelto a los estudios se ha reenganchado y no solo han visto como un fin en su vuelta a la vida académica, sino que los han visto como un medio para crecer, no solo desde la dimensión académica sino también personal y emocional.
¿Hay algo más bonito que sentirse útil y estar bien formado en el aspecto emocional? Por lo tanto, la unión de educación y segunda oportunidad debe ser un eje básico en el desarrollo de esta ley.
7. Escucha activa de los colectivos.
Al igual que hemos planteado la escucha y ejecución de las propuestas de las y los menores, planteamos que los colectivos sean escuchados y tenidos en cuenta para ampliar y enriquecer el presente texto.
Hemos escuchado a numerosos colectivos que han trabajado el texto y que proponen mejoras en la infancia como:
1. Garantizar la vida saludable y la alimentación sana y equilibrada.
2. Asegurar la atención integral de la infancia y de la adolescencia.
3. Establecer el derecho al ocio.
4. Prohibir las intervenciones quirúrgicas en los bebés intersex.
5. Eliminar el término “Menas” de todo el texto.
Invitamos al gobierno andaluz que incorporen al texto todas estas demandas y cuantas más estimen presentar los agentes sociales en el período de comparecencias en la Comisión de Igualdad, Política Social y Conciliación.
8. Niñas y niños con capacidades diversas.
Y, por último, pero no por ello menos importante, las niñas y niños con capacidades diversas. La actuación con ellos debe ir mucho más allá de los 6 años y para ello se han de dotar de más recursos humanos y materiales tanto de los centros de salud como en los centros educativos.
Estamos para sumar tanto esfuerzos como ideas y propuestas para trabajar por nuestra Infancia, ideas y propuestas que esperamos que sean oídas y se plasmen en el texto definitivo de la futura Ley de Infancia.