La Policía Nacional incauta más de 31.000 plantas de cannabis en 15 invernaderos que simulaban ser cultivos de cáñamo industrial
- Las investigaciones iniciadas meses atrás revelaron la existencia de varios invernaderos ubicados en un paraje rural de Motril donde podría estar cultivándose a gran escala plantas de cannabis sátiva
Agentes de la Policía Nacional de Motril han detenido en el transcurso de una operación antidroga a 17 varones de entre 28 y 57 años y a dos mujeres de 37 y 70 años respectivamente, todos ellos de nacionalidad española, contando con antecedentes policiales cuatro de los varones, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas tras ser identificados como responsables del cultivo en 15 invernaderos de Motril de más de 31.000 plantas de cannabis sátiva en avanzado estado de floración, habiéndose incautado también más de 28 kilos de marihuana. Los detenidos ya han sido puestos a disposición de la autoridad judicial.
Las investigaciones relativas a esta operación comenzaron meses atrás tras recibir cierta información que señalaba hacia una finca rural con varios invernaderos como posible ubicación de varias plantaciones de marihuana. Las pesquisas posteriores consiguieron localizar en un primer momento cinco invernaderos, encontrando plantaciones de cannabis sátiva en tres de ellos. El desarrollo posterior de la investigación consiguió detectar otros doce invernaderos con el mismo tipo de plantación. En total, los agentes se han incautado de más de 31.000 plantas en avanzado estado de floración, las cuales presentaban, además, un gran desarrollo vegetativo favorecido por el cultivo en el interior de los invernaderos.
En todos los casos los promotores de estos invernaderos alegaron que sus plantaciones estaban destinadas al cultivo de cáñamo con fines industriales, habiendo hecho germinar las plantas a partir de semillas certificadas que garantizaban un contenido en THC, la principal sustancia psicoactiva presente en esta planta, inferior al 0,2%. No obstante, los agentes de policía demostraron las numerosas irregularidades presentes en dichos cultivos, desmontando la argumentación de los presuntos autores. En primer lugar se comprobó que dichas plantaciones no contaban con la autorización expresa de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, AEMPS, lo cual descartaba la posibilidad de un uso con fines médicos o cosméticos. Igualmente, ninguno de los cultivadores se encontraba registrado como productor de semillas de cáñamo. Así pues, la única justificación de dichos cultivos estaría vinculada con el uso como fibra industrial. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la actualidad no existe demanda de fibra de cáñamo en España y que los precios pagados en otros países europeos están muy por debajo del umbral de rentabilidad, habiéndose comprobado, por otra parte, la compra de semillas a un alto precio. El tipo de semilla utilizada en todos los casos es una variedad genéticamente diseñada para el desarrollo de floración, es decir semillas feminizadas, lo cual iría en detrimento de la producción de fibra. Además, el sistema de cultivo elegido, de carácter intensivo bajo invernadero con una amplia separación entre plantas, favorece el desarrollo foliar y la floración, nuevamente en detrimento de la producción de fibra. Finalmente, en los acuerdos internacionales suscritos por España para la represión del tráfico de drogas, se establece que las “sumidades floridas” o “cogollos” independientemente de su contenido en THC, tienen la consideración de estupefacientes.