La reconquista no ha terminado
Señoras y señores, niños y niñas, olviden todo lo que han estudiado sobre la historia de España, borren de su memoria aquello de que “se denomina Reconquista al período de la historia de la península ibérica de aproximadamente 780 años entre la conquista omeya de Hispania en 711 y la caída del Reino nazarí de Granada ante los reinos cristianos en expansión en 1492”.
El muy patriota y mucho patriota Javier Ortega Smith –de los Smith del Realejo de toda la vida-, prietas las filas, recias, marciales, junto a las montañas nevadas y las banderas al viento, vino a descubrirnos ayer, en el 528 aniversario del día de la Toma, que la Reconquista no ha terminado.
Ortega Smith -de los Smith del Realejo de toda la vida- llegó a Granada, descabalgó de Babieca, nos miró por encimilla del hombro y blandiendo la Tizona, o quizás la Colada, que nunca me quedó claro cúal era cuál, nos desveló que la Reconquista no ha terminado, porque “aunque algunos crean que es así, frente a esa invasión del islamismo radical, de más mezquitas salafistas, de quienes quieren imponer sobre Europa una concepción totalitaria, esa reconquista continúa». Fue escucharlo y atragantarme con la tapa de rejos del “Ávila”, al imaginarme preso en un bucle temporal de imposible solución.
Menos mal que a renglón seguido Ortega Smith -de los Smith del Realejo de toda la vida-, me sacó de tan angustioso trance, al añadir que se trataba de un «mensaje de esperanza con el que Granada va a responder qué dice España frente a quienes quieren romperla, se alían con quienes no creen en nuestra unidad, libertad y pisotea nuestra historia». ¡Acabáramos!. Javier -boina verde- Smith quería aprovechar que el Genil pasa por el Salón, para dar leña porque quien ha ganado tres elecciones seguidas, cometa el enorme pecado de conseguir los apoyos necesarios para ser elegido presidente del Gobierno.
Mientras Ortega Smih -de los Smith del Realejo de toda la vida- nos dictaba la penúltima “lección” de historia, la Plaza del Carmen, reunía una abigarrada multitud, con abundante presencia de atrezzo voxístico, a lo que sin duda ha contribuido poderosamente, el excelente resultado electoral de los herederos ideológicos, de quienes hace 83 años se levantaron el armas contra el régimen constitucional vigente, provocando una cruenta guerra civil y sumiendo a este país en una larga noche de 40 años de dictadura. Entre aguiluchos, camisas azules y banderas franquistas, no me negarán que no resultó curioso, que la única bandera que retiró la Policía Nacional, fuera una bandera andaluza.
No diré yo que todos los votantes, o simpatizantes de Vox son unos golpistas de manual, pero a la luz de las declaraciones y publicaciones en las redes sociales de muchos de sus dirigentes, convendrán conmigo que si no lo son, se parecen mucho. Echen si no un vistazo a los tuits de Abascal I “El Magnífico”, del exteniente general salvapatrias, Fulgencio Coll; del concejal de Cádiz, Teófilo Amores, deseando la muerte de Pedro Sánchez y de su mujer; de la diputada Carla Toscano, felicitando el Año Nuevo con el recuerdo de 1936; del moroso Espinosa de los Monteros, o de su consorte que firmaba proyectos como arquitecta cuando le faltaban años para serlo, etc, etc, etc.
Y es que desde que se hizo público el pacto entre el PSOE y Podemos y posteriormente la abstención de ERC que abre las puertas a la elección de Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno, estamos asistiendo a un ataque generalizado por tierra mar y aire contra el que puede ser primer Gobierno de coalición de la Democracia, que roza en más de un caso el terreno del golpismo, porque quienes así se están comportando, políticos, empresarios, banqueros, periodistas, prelados y algún que otro mileurista despistado, parecen olvidarse de una cuestión de primero de Democracia, que no es otra que quien gana las elecciones, es quien tiene todo el derecho y el deber de gobernar.
Por si a alguien se le había olvidado, la derecha volvió a perder las elecciones del 10 de noviembre, aunque se comporten como si lo hubieran hecho utilizando todo tipo de intoxicaciones, mentiras y manipulaciones, a cual más burda, para hacer creer al personal que de verdad les preocupa España y los españoles, cuando su única preocupación es mantener los privilegios que creen tener por derecho divino.
Pero volviendo al principio, permítanme que agradezca a Ortega Smith –de los Smith del Realejo de toda la vida- que nos haya descubierto que la Reconquista no ha terminado. Es verdad. Aún no ha terminado la reconquista de la decencia política, no ha terminado la reconquista de la dignidad de la ciudadanía, de la consecución salarios decentes para todos, de sanidad y educación públicas y de calidad, de pensiones dignas, de dependencia garantizada para quienes la necesiten, de igualdad entre hombres y mujeres y entre razas y religiones. En definitiva no ha terminado la reconquista de nuestros derechos, frente a quienes como Ortega Smith – de los Smith del Realejo de toda la vida- nos quieren siervos y sumisos.
PD. ¡Muy feliz año veinte a tod@s!