La UGR conmemora el bicentenario del nacimiento de Dostoievsky con unas jornadas sobre su herencia cultural en España y Latinoamérica
- Una docena de especialistas de España, Rusia y Argentina debaten del 20 al 25 de septiembre sobre el legado del autor ruso en el tejido literario hispanoamericano
La herencia cultural de Fiódor Dostoievski en España y Latinoamérica es el nombre de las jornadas con las que la Universidad de Granada, a través de su Centro Ruso, conmemora el 200 aniversario del nacimiento de Fiódor Dostoievski. Las jornadas se celebran del 20 al 25 de septiembre, y reunirán en Granada a doce especialistas de España, Rusia y Argentina para debatir sobre la herencia cultural del genio ruso en España y Latinoamérica. Las jornadas incluyen tres coloquios celebrados en tres espacios únicos de la ciudad y una pequeña muestra de cine. La asistencia está abierta a todo el público y únicamente limitada por el aforo. También se ofrece el registro para seguir las jornadas en formato virtual.
Parafraseando a Vladímir Nabokov, podríamos decir que la obra de Dostoievski corre por las venas de la literatura contemporánea. Quien más, quien menos, los pobladores del mundo de las letras están familiarizados con las ideas, argumentos y personajes del escritor ruso. Crimen y castigo y Los hermanos Karamázov forman parte del ideario e imaginario de los artistas de hoy, siendo utilizados en sus creaciones originales.
La geografía de la influencia de Dostoievski no tiene límites alcanzando países y culturas que están a muchos miles de kilómetros de Rusia. También las formas de asimilación de su legado son múltiples: desde la admiración hasta el rechazo. Todas ellas están presentes en el tejido literario hispano producido a ambos lados del Atlántico y ese será el objeto de estas jornadas, que están conformadas por 12 conferencias, tres coloquios y dos películas.
Desde los años 70 y 80 del siglo XIX los intelectuales españoles leen a los autores rusos en francés y, más tarde, en traducciones directas del ruso. La impronta de la obra de Dostoievski se encuentra en Ortega y Gasset, Unamuno, Baroja, Galdós o Valle-Inclán, por citar algunos de los grandes narradores de nuestro país. El interés por la literatura rusa se maximiza después de las célebres conferencias que doña Emilia Pardo Bazán pronunció en el Ateneo de Madrid en 1886 pero no será hasta los años treinta del siglo XX que al lector español le empiecen a llegar obras completas de Dostoievski traducidas desde su lengua original. El artífice de tamaña proeza fue Rafael Cansinos-Assens. Gran intelectual, conocedor de muchos idiomas, escribía su propia narrativa mezclando inglés, francés, alemán y árabe a la manera joyceana.
Cansinos-Assens también fue un nexo importante entre España y Latinoamérica. Borges lo consideró su maestro desde que lo conoció en Madrid con veinte y pocos años. Con una mirada atenta, el argentino siguió la producción literaria de Cansinos aplaudiendo sus traducciones de la “escritura dolorosa de Dostoievski”. A propósito de ésta, Borges dijo que “como el descubrimiento del amor, como el descubrimiento del mar, el descubrimiento de Dostoievski marca una fecha memorable de nuestra vida”.
Con esta frase seguramente coincidirían otros grandes de la literatura hispanoamericana. Gabriela Mistral, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Juan Rulfo, Octavio Paz, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa han escrito sobre Dostoievski, expresaron su admiración o dialogaron con él.