Las conducciones del embalse de Rules, una prioridad para Granada
Allá por los años 50, algunos locos empezaron a hablar de la necesidad de construir una presa en el Río Guadalfeo, aguas arriba de Vélez de Benaudalla, para aprovechar las aguas que bajaban desde Sierra Nevada, aunque no fue hasta los años 70 en los que se empezó a estudiar de forma seria la posibilidad de construir una presa en el Río Guadalfeo. Las funciones previstas para esta infraestructura iban a ser fundamentalmente asegurar el abastecimiento urbano de todas las poblaciones del litoral granadino y aumentar la superficie regable de la zona, sin olvidar el control de avenidas e inundaciones asociadas al río Guadalfeo en la Vega de Motril-Salobreña, los usos recreativos y el aprovechamiento hidroeléctrico.
Ya a principio de los años 90 se realizaron los distintos trabajos de redacción del proyecto de construcción de la Presa de Rules, aprobándose su construcción en el año 1.993 e iniciando su construcción a mediados de esa década. En el año 2.004 se terminaron las obras de la presa, pero por diversas circunstancias no se empezó a embalsar agua hasta el año 2.007.
Todos estábamos felices, ya teníamos el elemento principal del sistema: Agua embalsada para su aprovechamiento a fin de cubrir las grandes necesidades que tenía (y tiene) la Costa Tropical. Pensábamos que a partir de ese momento, el resto del paquete de obras hidráulicas para el aprovechamiento de esa agua (conducciones para el abastecimiento y regadío, aprovechamiento hidroeléctrico) serían ejecutadas de forma rápida.
Pero en vez de esto, empezó lo que podemos describir como un sainete. En febrero de 2.005 se produce el traspaso de la gestión de la entonces llamada Cuenca Hidrográfica del Sur a la Junta de Andalucía, pasando a llamarse Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas. Dentro de este traspaso de competencias se incluía el Embalse de Rules.
Desde el año 2.008 y hasta el año 2.013 los gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía realizan sucesivas promesas de iniciar los trabajos de redacción de los proyectos de construcción de las conducciones del Pantano de Rules. En este caso, el Partido Popular ponía en evidencia año tras año, que estas promesas nunca eran cumplidas. De forma sorprendente en el año 2.014 el gobierno socialista de la Junta de Andalucía descubre que la obra no es de su competencia, pues en el año 2.001 la obra había sido declarada de Interés General del Estado por la Administración Central, y según su opinión debería ser ésta quien la ejecutara.
En 2.015, y debido a la presión social de la costa granadina, especialmente por parte de los empresarios y regantes, el entonces Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Partido Popular asume la obra. Ahora es el PSOE el que saca las pancartas para exigir la construcción de las conducciones. Desde ese año y hasta la actualidad, se vuelven a suceder los anuncios de inminente contratación y de compromiso político para llevar a cabo las obras por parte del PP y del PSOE, pero siempre sin ir acompañados de las partidas económicas suficientes para poder cumplirlos. Siquiera hay una previsión real de que a medio plazo se inicien los trabajos. Pura palabrería para ocultar su desidia.
Estamos ante una decisión política, pues tanto técnica como económicamente el proyecto no tiene discusión posible acerca de su beneficio para Granada. Parece claro que los viejos partidos PP-PSOE, más preocupados en seguir en sus “peleítas” y en ocupar el poder que en arreglar los problemas de los ciudadanos granadinos, no tienen credibilidad sobre este tema. Peor aún son los populistas de la extrema izquierda que se posicionan en contra de un proyecto tan necesario y beneficiario para los habitantes de la Costa Tropical. Los populistas de derechas ni siquiera se han posicionado. Einstein decía que si siempre haces lo mismo y no te da el resultado esperado, habrá que hacer algo nuevo.
Es necesario un cambio en los responsables políticos que deben aprobar esta obra, la llegada de una Nueva Política centrada en ejecutar las políticas que necesitamos los ciudadanos granadinos, basada en el sentido común y la unidad de acción en beneficio del conjunto de la sociedad