Las pruebas científicas de la Consejería de Igualdad

Que dice la Consejera de Igualdad de la Junta, la Ciudadana Rocío Ruiz, que quiere «evidencias científicas» de que existe la brecha salarial por razón de género. Me ha recordado a los conspiranoicos que no se creen, por ejemplo, la llegada a la Luna en estos días hace ya 50 años. O lo mismo es una terraplanista oculta que también necesita más pruebas científicas de que la tierra es redonda. Seguro que es tan científica ella que quiere pruebas de que dios no existe, o de que existe, o ¡qué sabe ya, por dios!

En estos días de verano donde los incendios de este año son los provocados por el PSOE y Unidas Podemos con su no negociación para mejorar la vida de la gente, nos encontramos con la alianza de las derechas y la extrema derecha para proponer disparates. Es más fácil desarrollar programas de destrucción que de construcción, sin duda.

Volviendo a las pruebas científicas. ¿Es que no hay pruebas científicas de que a más recursos en la sanidad o la educación públicas se garantiza mejor los derechos de la población? ¿No es menos verdad, científicamente hablando, que las políticas sociales de la prevención son más eficientes que las políticas del remedio? ¿Qué más pruebas se necesitan para relacionar la contaminación ambiental con, por ejemplo, las enfermedades respiratorias? ¿No hay evidencias que sostienen que en función del lugar donde naces y te desarrollas, tendrás más posibilidades de llegar a tener una vida digna?

¿Acaso no existen pruebas científicas del sufrimiento de los toros, un poner, como para no seguir subvencionando su masacre por divertimento?

No seré yo quien demuestre a la Consejera que la brecha salarial de género existe, para eso están los datos y los estudios, algunos de instituciones tan poco sospechosas de feministas radicales como la OCDE, el FMI o la ONU. Pero sí es cierto que hay que explicarlo mejor, al menos cuando hablamos de la brecha en las administraciones públicas. No se trata de que una mujer cobre menos que un hombre en el mismo puesto y con las mismas horas, que en la administración pública eso no se da, salvo alguna excepción. Se trata de cómo la mujer acaba recibiendo menos salario anual que los hombres, tengan el puesto que tengan. Cómo son las mujeres las que se piden más reducciones de jornada por cuidados, cómo, a pesar de estar más formadas y tener más méritos, la carrera profesional de las mujeres llega menos lejos que la de los hombres, cómo se valoran económicamente menos los puestos desempeñados por colectivos con mayoría de mujeres que los desempeñados por colectivos mayoritariamente masculinos, o quién suele pedirse el permiso cuando un niño se pone malo. Y esto sólo se puede explicar por la cuestión de género que inunda toda la sociedad, muy palpable en las relaciones laborales y económicas. Y que la mitad de la sociedad tiene que trabajar mucho más para conseguir lo mismo que la otra mitad.

Lo que hace la Consejera no es más que dar pábulo a las ideas reaccionarias de la extrema derecha, que no quiere que se avance, ni siquiera en el reconocimiento de la realidad. Las gafas con la que miran son tan negras que nos devuelven al pasado, no tan lejano, de que sea anómalo que las mujeres trabajen y además reciban un salario por ello. No quieren ver porque si no, hay que actuar.

Hace poco, el propio Ayuntamiento de Granada descubrió que había una brecha salarial del 29 % en la parte salarial variable. Si eso no se mira, no se actúa. El Ayuntamiento de Granada, entonces, actuó y comenzó a subir los complementos de colectivos feminizados que no se estaban valorando adecuadamente. Le queda mucho por hacer para eliminar esa brecha, esperemos que ahora Ciudadanos, en el poder, no involucione y elimine el Plan de Igualdad Municipal, por ejemplo. ¿Dónde ha quedado ese tiempo donde Ciudadanos era la esperanza de mucha gente «de centro»? ¿Y la nueva política?

Ojalá hicieran el caso que se merece a la Ciencia, en lugar de utilizarla de manera torticera para poner en valor su ideología de género, la que dice que aquí no pasa nada, sigan circulando.