Las relaciones laborales no son un regalo de Reyes

La Reforma Laboral pactada entre agentes sociales y Gobierno afecta de lleno al problema nuclear del mercado de trabajo granadino, la temporalidad. En Granada padecen de contratos precarios el 23% de los trabajadores y trabajadoras. Solo en noviembre, se firmaron 18.000 contratos temporales de obra y servicio, el 43% del total, contrato que ahora desaparece. De ellos, más de 15.000 tenían duración indeterminada, esto es, la mayoría se utilizaban para cubrir puestos de trabajo estructurales, sospechosamente bordeando la ley. Por tanto, la Reforma supone transformar por completo las relaciones laborales granadinas por varios aspectos. En primer lugar limita la precariedad y con ello la incertidumbre de los trabajadores y trabajadoras a la hora de abordar su vida. Pero además supone el fortaleciminento de su participación en la empresa y evita otros incumplimientos ante el chantaje de fin de contrato como los alargamientos de jornada. Lo que nos puede llevar por ejemplo a mejorar la formación, la disminución de la siniestralidad laboral e incluso al aumento de la productividad de las empresas o el coto a la competencia desleal entre ellas. El hecho de restringir los despidos colectivos en situaciones de crisis para convertirlos en suspensiones, lo que hemos conocido como ERTE, o el fomento del contrato fijo discontinuo, hacen que el “capital humano” de la empresa –el principal de los “capitales”- no desaparezca. Estamos ante una enorme modernización de nuestro modelo de relaciones laborales.

El otro pilar de la Reforma laboral no será palpable a corto plazo pero es quizá más trascendente para cambiar la vida de los trabajadores y trabajadoras. La nueva estructura de la negociación colectiva no solo acaba con el yugo de la ultractividad, si no que finaliza con la tendencia de negociar condiciones a la baja impuesta por la patronal en ámbitos de empresa o provinciales y protege la subcontratación. El próximo año los sindicatos con representación afrontamos en Granada la negociación de casi una quincena de convenios colectivos que afectan a decenas de miles de trabajadores y trabajadoras, y hora las organizaciones sindicales lo podremos hacer desde posiciones de equilibrio ante la patronal, al objeto de recuperar poder adquisitivo y otros derechos que nos han sido arrebatados en la última década.

En tiempos de ruido político y polarización, es necesario poner en valor que la Reforma Laboral sea fruto de un enorme esfuerzo de entendimiento entre partes con intereses contrapuestos para alcanzar un acuerdo. Porque supone generar un clima de confianza que “capilariza” en unas relaciones laborales más sanas a nivel local y que hasta el momento se encontraban bloqueadas. Por tanto el escenario de negociación que se vislumbra en Granada es menos conflictivo y pesimista que hace apenas unas semanas. Así que si los voceros del ruido político no se meten en este asunto, mejor (Léase artículo 7 de la Constitución Española). Las relaciones laborales dejémoslas en su espacio natural de correlación de fuerzas. Más importante que los matices de la ley son las horas de negociación que nos restan a las partes. Este acuerdo puede ser el acicate para la modernización y el cambio de modelo productivo que tanto ansia nuestra provincia: trabajo cualificado, trabajo digno, innovación.

Por último, la Reforma Laboral, la primera que cambia el paradigma y no recorta derechos, no es un regalo de un Gobierno, es una conquista de los trabajadores y trabajadoras y sus organizaciones sindicales que durante diez años, sin cesar en las calles granadinas, se han movilizado contra la legislación impuesta en 2012. Muchos trabajadores y trabajadoras, las personas más jóvenes, no conocen otro sistema de relaciones laborales que el de la precariedad que les vino impuesta. La insistencia en la lucha contra la injusticia por parte sindical ha permitido que no se metiera en el cajón del olvido, y que hoy estemos hablando de otras perspectivas vitales para miles de granadinos y granadinas. Esta nueva legislación se ha ganado en las calles por miles de personas, y en las urnas de las elecciones sindicales de las empresas –junto al SMI y las pensiones-. En las tertulias se hablará más de continente que de contenido, pero para esta Reforma solo hay una lectura: ganamos derechos de trabajo y de ciudadanía.

*Daniel mesa es Secretario General de CCOO Granada

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