Los profesores españoles están especialmente preocupados por actuar en un contexto con una alta desigualdad de cara a la evaluación del curso 2019/2020, según un estudio
- Una investigación coordinada por Fernando Trujillo, profesor de la Universidad de Granada, recoge las opiniones de 3274 docentes con respecto a los posibles escenarios que se barajan para terminar el curso académico
Los profesores españoles están especialmente preocupados por estar actuando en un contexto con una alta desigualdad ante la situación actual de estado de alarma, ya que no conocen el contexto y los recursos de cada alumno para poder evaluarlo adecuadamente.
La evaluación del curso escolar es un tema muy complejo en cualquier etapa educativa, ya que hay muchos condicionantes tanto personales, como sociotecnológicos o pedagógicos que influyen en ella. Para el curso 2019/2020, dos nuevos factores se suman a la ecuación: la situación de pandemia y el tiempo de reacción, que han traído consigo la necesidad de actuar para tratar de solucionar esta situación de la manera más adecuada en el menor tiempo posible.
Un estudio de la Universidad de Granada coordinado por Fernando Trujillo, profesor de la Facultad de Educación, Economía y Tecnología de Ceuta de la Universidad de Granada (UGR), recoge las opiniones de los docentes con respecto a los posibles escenarios que se barajan para terminar el curso.
Para ello, se realizó una encuesta online a 3274 docentes de diferentes centros y etapas educativas. Estos datos fueron procesados para buscar una correlación entre el profesorado y los cuatro escenarios que esta investigación plantea.
Estos cuatro posibles escenarios se diferencian en función de la mayor o menor competencias asumidas por los centros educativos, los docentes y los estudiantes o el Estado. Son los siguientes:
– Escenario 1. Autonomía de los centros. Los centros asumen la toma de todas las decisiones que afectan a la evaluación del alumnado.
– Escenario 2. Ajuste de currículo. Los centros establecen unos objetivos mínimos en base a los cuales evalúan al alumnado.
– Escenario 3. Evaluación positiva condicionada. El Ministerio y las comunidades autónomas establecen una serie de condiciones mínimas que el alumnado debe cumplir para obtener una valoración positiva.
– Escenario 4. Evaluación positiva sin condiciones. Todo el alumnado obtiene una evaluación positiva y promociona automáticamente.
La investigación coordinada por la UGR, en términos generales, concluye que no hay un escenario claramente apoyado por los docentes. Sí existen, en cambio, tendencias en cada etapa educativa.
“En infantil existe una tendencia más o menos clara por el escenario 4, en primaria oscila entre el 2 y el 3, y en secundaria y bachillerato, las opiniones se acercan al escenario 2. En todo caso, las diferencias entre los apoyos a uno u otro escenario son muy pequeñas”, destaca Fernando Trujillo.
Más allá de los resultados cuantitativos, Trujillo destaca los resultados cualitativos. A raíz de este estudio se han obtenido una serie de categorías que preocupan al profesorado. Los docentes están especialmente preocupados por el papel de la Administración y la ausencia de instrucciones claras para desarrollar su labor, y al mismo tiempo, rechazan cualquier medida que genere mayor carga burocrática sobre ellos.
De esta investigación se extraen varias líneas de pensamiento o culturas distintas del profesorado con relación a distintos aspectos que hacen que se decanten por un escenario u otro.
Algunos docentes entienden el proceso de enseñanza como la transmisión de contenidos de profesor a alumno que con la evaluación busca certificar el aprendizaje a través de una calificación. Los estudiantes son evaluados en función de su esfuerzo a lo largo de todo el curso, independientemente de su situación actual. El profesorado cercano a esta posición apuesta por los escenarios 1 y 2.
Existe otra corriente docente que entiende la enseñanza como un proceso de construcción de conocimiento de manera colectiva en la que la evaluación se utiliza para regular el aprendizaje. Su objetivo en esta situación excepcional es generar una situación de igualdad que no perjudique a ningún estudiante por cualquier contratiempo que pueda tener en este contexto excepcional. Este grupo de docentes opta por los escenarios 3 y 4.
La investigación destaca que estas dos culturas conviven y estarán operativas el año que viene. Esta situación problemática que afecta a la evaluación de este curso, no se solucionará este año, sino que seguirá planteándose el curso que viene.
La misma encuesta fue utilizada para evaluar la opinión del profesorado universitario, aunque los resultados no han sido procesados aún. Los primeros acercamientos a los datos muestran la misma situación de incertidumbre y debate que se observa en el resto de etapas está presente también entre el personal universitario. La divergencia entre las dos culturas docentes se aprecia también en el ámbito universitario.
Según Fernando Trujillo, las universidades se acercan al escenario 2. “El profesorado apuesta por ajustar los procesos de evaluación, y tanto la institución como el profesorado deberán esforzarse por conseguir un método de evaluación que sea eficaz y justo. Aquellas pruebas que generen la menor injusticia o no aporten datos relevantes deberán ser descartadas”, concluye el investigador de la UGR.