Los trabajos preventivos ante terremotos en los pináculos de la Catedral continuarán hasta marzo
El Arzobispado de Granada tiene previsto continuar durante el mes de marzo los trabajos preventivos ante terremotos en un conjunto de entre 20 y 30 pináculos de los techos de la Catedral, después de que dos de su fachada principal resultaran dañados a finales de enero, cayendo un trozo a la parte interior de la cancela que separa el templo de la plaza de Pasiegas, tras la sucesión de seísmos que se dejaron notar en la capital granadina en el marco del enjambre sísmico que afecta a su área metropolitana.
Según ha explicado el arquitecto conservador de la Catedral de Granada, Pedro Salmerón, en una visita a las obras a la que ha asistido Europa Press, con estos trabajos de prevención se refuerzan también los pináculos, algunos restaurados tras la Guerra Civil, para que no se produzcan más desprendimientos. La zona del acceso principal, en la plaza de las Pasiegas, cortada al paso desde el último fin de semana de enero por estos trabajos, podría estar abierta en unos diez días, ha detallado.
Además se evalúa el estado de la construcción para un proyecto de restauración a largo plazo que Salmerón ha previsto que tendría que contar con un presupuesto de «cientos de miles de euros» para los que ha dicho que pedirán ayuda a Gobierno y Junta, después de «15 años sin medios públicos» en que ha sido la Curia la única responsable de estos trabajos de conservación.
De los alrededor de cien pináculos del conjunto catedralicio, incluyendo el área de la Capilla Real, donde se han visto afectados dos, los técnicos revisan tras los terremotos los de los frontales de Pasiegas y calle Cárcel Baja, por posibles afecciones a la actividad normal de la vía pública.
Algunos de estos pináculos tienen dos toneladas de peso sin incluir las peanas, y se refuerzan en su parte inferior con aros de pletina, que se separan de la piedra con una cinta de neopreno, que los dotan de una «fuerza extra de compresión» para evitar posibles caídas ante el «efecto látigo» de los seísmos que, al ser superficiales, provocan un cimbreo vertical especialmente dañino para este tipo de construcciones.
La Catedral sufre con estos seísmos, más de 1.500 desde que empezara el enjambre sísmico en diciembre, según datos del Instituto Geográfico Nacional, una «fatiga estructural incuestionable», ha detallado Salmerón, que ha indicado que el grupo de trabajo que dirige también revisa los «elementos frágiles» y decorativos de las cornisas, que se suman a los daños que, más allá de los movimientos de tierra, sufre la piedra por las «condiciones climáticas» extremas como las de Granada.
Asimismo, sustituyen los vástagos –piezas en forma de varillas que sirven para articular o sostener otras piezas– de hierro que van dentro de los pináculos, por otros de acero inoxidable, ha agregado el arquitecto, quien ha explicado a los periodistas que algunos de estos remates piramidales están siendo desmontados.
En concreto, un equipo de restauradoras que preconsolidan los elementos en riesgo de caída, antes de que lleguen los técnicos que desmontan los pináculos para su restauración, y el refuerzo también de las peanas que los soportan.
Ha señalado también que no hay un reglamento antisísmico específico para construcciones históricas, y ha destacado la necesidad de sistematizar las medidas como las que en Granada o Jaén estos técnicos vienen aplicando en sus catedrales para asegurarlas dado que sus condiciones constructivas no son homologables a las que en el siglo XXI tienen los edificios de las últimas décadas contra los terremotos.
El arquitecto conservador de la Catedral se ha referido igualmente a la preparación de un proyecto para restaurar en su totalidad la torre del templo metropolitano y rehabilitar la parte superior como mirador, si bien ha de estar precedido por estos trabajos, que pueblan estos días de andamios los techos del edificio patrimonial más importante del centro histórico de Granada, considerado uno de las obras cumbres del Renacimiento español.