Luis Salvador, nuevo alcalde de Granada con el apoyo de las derechas

Luis Salvador, nuevo alcalde de Granada con el apoyo de las derechas

  • Vox logra forzar el paso a un lado de Sebastián Pérez y facilita la alcaldía del edil de Ciudadanos
  • Salvador suma catorce votos y se impone a Cuenca por uno

Granada tiene ya nuevo alcalde. Luis Salvador estará al frente del consistorio al alcanzar un acuerdo con Vox y Partido Popular para sumar apoyos, lo que le convierte en el octavo alcalde de la ciudad.

A las doce en punto comenzaba el pleno. Uno a uno, los ediles se fueron acercando a prometer por su «conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de concejal» del Ayuntamiento de Granada. Llegó el turno a un Cuenca serio, consciente de que era su adiós al mandato, con Sebastián Pérez sonriendo desde detrás, quizás como fruto de la conversación que había mantenido minutos antes con Luis Salvador. Este último leyó el juramento más rápido que todos los demás, quizás fruto de la impaciencia.

Con la Corporación Municipal constituida, se procedió a la elección del alcalde. Uno a uno, los concejales se acercaron a depositar su voto. Onofre Miralles, líder de Vox, lo mostraba; Sebastián Pérez se reía al depositarlo; Salvador simplemente mantenía la expresión seria, cara de póker para el líder de Ciudadanos en Granada. Acto seguido, el recuento.

Los dos primeros caían de parte de Cuenca, fruto de los votos de Eduardo Castillo y María de Leyva. Sin embargo, pronto tomó la ventaja Luis Salvador, donde recayeron los votos del sector de la derecha. Catorce fueron para el líder de Ciudadanos y, ahora, nuevo alcalde de Granada; Paco Cuenca, cabeza del bloque de izquierdas, se quedó en trece.

Luis Salvador, ya como nuevo alcalde, juró el cargo y confirmó la jugada adelantada en este medio a través de la cual Vox lograba forzar a Sebastián Pérez a dar un paso al lado para que el poder recayese en el líder de Cs. El primero en tomar la palabra fue Onofre Miralles, que habló de Salvador como «un digno alcalde» que tuvo «la confianza de aceptar» el decálogo de Vox. El número del partido de ultraderecha leyó los diez puntos que su partido exigió a Ciudadanos y PP para arrebatar la Alcaldía de Granada a Cuenca, «medidas que de inmediato tendrán reflejo en nuestras calles y que darán al vecino la tranquilidad de saber que hoy Granada está regenerada de la mano de un partido demonizado».

Tras Miralles, llegó el turno de palabra para Cambril. El líder de la confluencia de izquierdas demandó al nuevo equipo de Gobierno «que aprendan a interesarse por los problemas de las personas». Recordó el problema de la contaminación y propuso «iniciativas inmediatas de creación de zonas verdes y la adición al plan de emergencia climática». Posteriormente, se dirigió a Salvador como «alcalde o medio alcalde», del mismo modo que hizo posteriormente con Pérez antes de lamentar «que el destino de Granada se ha decidido desde Sevilla y desde Madrid». «La clase política tiene que reaprender a mirar de nuevo a Granada», finalizó, «tenemos por delante un manato incierto en el que pueden volver a producirse sorpresas y cambios de Gobierno».

Manuel Olivares habló en nombre de Ciudadanos para asegurar «que comienza una transformación en Granada» y que «eso es signo de que las cosas se están haciendo bien». «Estos cuatro años nos han enseñado que cuando se está aquí hay que ser honrado, humilde y mejor persona, estamos aquí para solucionar los problemas de los que están en la calle, explicó, «este va a ser un mandato de puertas abiertas». «Estamos en un momento decisivo y depende del esfuerzo que esta ciudad se transforme», indicó, «pido que pensemos en futuro, el día de mañana diremos que nosotros formamos parte del cambio en Granada que le llevó a ocupar el lugar que merecía, Granada es más grande que cualquiera de nosotros, más grande que cualquier alcalde». Además, pidió «olvidar los rencores» y recordó que «solo estamos de paso» antes de destacar las dificultades económicas que atraviesa el consistorio granadino. El concejal de Ciudadanos destacó la Movilidad y pidió la recuperación del Observatorio destinada a este área, tendiendo también la mano al PSOE.

Por parte del Partido Popular, un Sebastián Pérez cuya dimisión se pide ya desde las bases del partido rehusó tomar la palabra y la cedió a César Díaz. «Las tres formaciones políticas hemos renunciado a condiciones», admitió, «mi reconocimiento y agradecimiento a los partidos que hoy, junto con el PP, se han convertido en la fuerza del cambio». Sin embargo, admitió que para ese cambio necesitarán el apoyo de la izquierda, a la que ha tendido la mano. «Reafirmamos hoy nuestros principios de compromiso público por encima de cualquier otra consideración», aseguró, «desde hoy os propongo que no haya en este salón otro discurso que no tenga a los granadinos como protagonistas». «Vamos a ejecutar lo que Granada necesita, sin perder el tiempo en debates, el ciudadano tiene que sentir que somos útiles», explicó, «vamos a estar en todo aquello que suponga proceso para nuestra tierra, lo proponga quien lo proponga». El edil popular pidió perdón por los errores de su grupo, «menos de lo que se nos achaca, más de lo que hubiésemos querido», para finalizar poniendo «por encima de todo a Granada».

Le tocó después a Paco Cuenca. Tomó agua. «En este concejal y en su equipo va a tener un equipo colaborador dispuesto a arrimar el hombro», le comunicó inmediatamente a Luis Salvador, «este partido brindará su colaboración sincera para apostar por esta ciudad». Tras poner en valor el trabajo realizado durante estos últimos tres años, advirtió que su formación no va a permitir «ni un solo paso atrás» para la ciudad. Cuenca acusó al PP de «esconderse tras la muralla de otras ciudades» y se mostró apenado «de que estas tres formaciones han escondido sus intereses para Granada». «Granada no va a olvidar esta afrenta», aseguró, «se han perseguido intereses más personales que conjuntos». «Si van a destrozar todo lo construido estos tres años, les aseguro que no lo vamos a consentir», advirtió, «ahora parece que Sevilla o Madrid son el espacio para la toma de decisiones sobre Granada, no vamos a permitir tutelas ninguna». Así, el ya ex alcalde finalizó su discurso recordando lo conseguido durante su mandato y recordando la importancia de algunos proyectos que se deben conseguir, como el soterramiento del AVE o la llegada del acelerador de partículas, «opten por hacer la ciudad verde y saludable, y ahí nos van a tener».

Finalizó Cuenca y la sala se fundió en un aplauso antes de que tomase la palabra Luis Salvador. El nuevo alcalde de la ciudad quiso comenzar agradeciendo el apoyo de los partidos que le han llevado a la Alcaldía de Granada. Salvador aseguró que se buscará «llevar a Granada a las cotas más altas» con una mezcla de los tres programas de las formaciones de derechas, lo que le hace «mirar al futuro con optimismo». «Queremos desarrollar un proyecto político y eso tiene que salir con ambición», explicó, «el Ayuntamiento tiene que tocar las teclas necesarias con la sociedad, va a ser muy tenida en cuenta». El número uno de Cs recordó que «se frenó irremediablemente y ha estado prácticamente desaparecido» el proyecto de la capitalidad cultural 2031, por eso «el primer compromiso será iniciar un plan estratégico de la cultura, del turismo y del comercio» para que Granada pueda «no solamente ser Capital Cultural Europea 2031, sino que también nos permita recrear en otras instituciones los intereses de Granada». «Trataremos especialmente bien nuestras tradiciones», declaró, «intentaremos que la economía funcione mejor no subiendo los impuestos, sino con afinidad, tenemos que trabajar con el conjunto de municipios del área metropolitana». «Para eso, presionaremos para que la segunda circunvalación y las carreteras que conectan estén terminadas», afirmó Salvador, que también recordó el cierre del anillo, algo que buscarán hacer «cuidando el medio ambiente, que no detiene la modernidad, todo eso forma parte del futuro, hacen falta otras vías de movilidad como la del metro. No es incompatible trabajar el desarrollo con cuidar el medio ambiente». «Tendremos que hacer parkings disuasorios, intentaremos conseguir que se recorten los tiempos de cuestiones fundamentales como el AVE», aseveró, «reivindicaremos que otras instituciones también pongan su cuota de la necesidad que tiene Granada».

«Si somos la ciudad de la ciencia, me habría gustado que el 5G llegase a Granada», reconoció Salvador, «vamos a pelear eso para el futuro». «Ser líderes en esto no es anunciar que en un solar vas a hacer Sillicon Valley, es conseguir que aquellos elementos que no tienen que ver con lo digital se incorporen también a la innovación y la tecnología», resaltó, «los emprendedores serán héroes granadinos». «Que nadie dé lecciones a nadie de alianzas, queremos rodearnos de buenas personas», pidió, «queremos favorecer todo lo que tiene que ver con lo público, pero también la colaboración público-privada». «Vamos a poner trabajo, humildad y honradez, a partir de ahí hace falta buscar aliados en el conjunto de la sociedad civil, queremos que vengan personas para aportar su talento y hacer que este Ayuntamiento esté permanentemente tocando al conjunto de la sociedad, que esté allí cuando alguien necesite sustento para poder desarrollarse. Tenemos que hacer muchas cosas y queda poco tiempo, este proyecto tiene el marco temporal de 2019 a 2031, serán los ciudadanos los que vean si se está haciendo bien o mal». «Nos vamos a dejar todo por conseguir lo que necesita Granada, vamos a aparcar diferencias y buscar los mínimos comunes denominadores. Salud, esfuerzo, humildad, trabajo y granadinismo nos esperan por delante, le pido a todo el mundo que tenga confianza», finalizó.

Así, Luis Salvador se ha convertido en el octavo alcalde de Granada al imponerse a Cuenca por catorce votos a trece. Del movimiento, todas las piezas salen descolocadas, alguna reforzada y alguna muy debilitada. Este último caso es el de Sebastián Pérez. Al término de la sesión de investidura, se abrazaba con el nuevo alcalde, si bien rechazó salir a hablar y desde las bases de su partido, plegado a las exigencias de Vox, se pide ya su dimisión. Se reforzó por otra parte la formación de Onofre Miralles, que impuso un decálogo a los otros dos partidos como condición para apoyarles y podría ver en breve cómo cae la pieza del número uno popular.

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