Podemos-IU pide al equipo de gobierno que inicie la redacción del Plan Albaicín
- La confluencia aboga por el comercio local, eliminar barreras arquitectónicas, ordenar el turismo y la rehabilitación de viviendas para asentar a la población en el barrio
La confluencia ha criticado la «parálisis» en la redacción del Plan Albaicín, que sustituirá al Plan Especial de Protección y Catálogo del Albaicín, actualmente en vigor y aprobado antes de que el barrio fuera declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.
Los concejales de Podemos-IU abogan por un nuevo plan para frenar la «situación de degradación y abandono» y defender «un barrio histórico con vida y no un parque temático».
El edil Francisco Puentedura asegura que el Gobierno municipal le está «dando la espalda» al Albaicín al tener paralizada la redacción del nuevo diseño urbanístico especial para la el barrio.
Para la confluencia, una de las medidas que debería contemplar el nuevo plan, para el que se cerró en agosto el plazo de presentación de alegaciones, tendría que ser la rehabilitación de viviendas para «garantizar las condiciones de vida digna de los vecinos, eliminar barreras arquitectónicas y humedades, adecuar el pavimento y asentar a la población en el barrio», según ha explicado la concejala Elisa Cabrerizo.
Ordenamiento de los equipamientos públicos para que el centro de salud y de servicios «estén cerca de los vecinos», dar uso a los equipamientos culturales como Casa Ágreda, Carmen de los Negros o la Casa del Almirante, recuperar el parque lineal de las murallas, regular el uso para que «no todo sea hoteles y restaurantes», proteger el comercio de proximidad para que los vecinos puedan hacer su vida en el barrio o mejorar el transporte público son algunas de las propuestas que al grupo municipal del Podemos-IU le gustaría ver incluido en la redacción del nuevo Plan Albaicín.
«Morir de éxito»
La edil Elisa Cabrerizo ha mostrado también su preocupación de que el Albaicín vaya «a morir de éxito» y ha censurado las políticas municipales en materia turística al considerar que «no tienen en cuenta la densidad y las necesidades del barrio y están provocando la ocupación de todos los espacios públicos, la subida del precio de la vivienda y la pérdida del comercio local».
