¿Sabes quién fue Agustín Gómez Arcos?
La respuesta más habitual: ¡Agustín Gómez Arcos! Pues no me suena.
Y si os digo que escribió poesía, teatro y novela. También puedo decir que fue dos veces Premio Nacional Lope de Vega, en 1962 y 1966. Que fue Premio Goncourt en 1978. Que su obra es de estudio obligado en los liceos franceses, aunque aquí, en España, sea un escritor desconocido.
Nació en Enix (Almería) el 15 de Enero de 1933. Allí vivió su infancia y estudió hasta 1953, fecha que se va becado a estudiar Derecho a Barcelona.
Pero el teatro tira más de él que la abogacía y al tercer año de carrera lo deja y se va a Madrid, donde ya participa en los grupos literarios que discrepan del modelo cultural de evasión del régimen.
Habréis supuesto ya, que Agustín es republicano. Y lo deja patente en sus obras. Eso le valió para que los dos premios Lope de Vega le fueran retirados. La obra Diálogos de la herejía, Premio Lope de Vega en 1962, fue prohibida y solo la pudo presentar en 1964, pero muy censurada. Como lo fue Queridos míos, es preciso contaros ciertas cosas, premiada en 1966 que la censura prohíbe expresamente su presentación.
No me siento yo cualificado para entrar a hablar de sus características literarias, aunque os recomiendo su lectura. Pero sí quiero seguir contando algunas otras cosas de su ajetreada vida.
No tenemos perdón por envidiosos, vengativos y resentidos, por llevar al ostracismo, a un escritor de la talla de Agustín Gómez Arcos. De sus quince obras de teatro, solo se estrenan tres. Cuando ya era un escritor galardonado en varios certámenes literarios: Premio Nacional de Narraciones Breves El último Cristo. Elecciones Generales Primer Premio en el Festival de teatro Nuevo en 1960. Diálogos de la herejía también fue finalista del Premio Nacional Calderón de la Barca en 1962. Premio Nacional de Literatura Dramática con su obra Los gatos.
Su vida es insoportable en España, censurado, rechazado por los culturetas del momento, víctima de la posguerra y de esos vencedores que daban vivas a la muerte frente a la cultura, decide exiliarse, primero en Londres y después en París, donde llega en Junio de 1968, en plena resaca de aquel Mayo francés.
Trabaja en varios oficios para vivir pero no deja de escribir y representar algunas de sus obras. Es así como se da a conocer y como lo invitan a escribir novela, y surge el Gómez Arcos novelista que no deja de cosechar premios: El cordero carnívoro en 1975, Premio Prix Hermès; María República en 1976; Ana no, galardonada con el Prix Thyde Monnier en 1977 y el Prix Roland Dorgelès en 1978 y traducida a 16 idiomas; en 1978 fue Premio Goncourt con su novela Escenas de caza (furtiva). Son 14 novelas, eso sí, escritas en francés, lengua que domina como para recibir en 1985 la condecoración Caballero de las Artes y las Letras de Francia y en 1995, el grado de Oficial. Pertenece a ese grupo de escritores españoles que se integran en la sociedad francesa como Jorge Semprún o Fernando Arrabal, pero que no quiso adquirir la nacionalidad francesa.
No vuelve a España hasta la muerte del dictador Franco y cuando esto ocurría, se le podía ver al medio día en el Café Gijón, con una infusión, su paquete de cigarros y su libreta. Pero olvidado en su pueblo, donde no volvió nunca. Aquí en Enix, se le dio su nombre a una calle y se le nombró hijo predilecto. Pero cuando leyeron su novela El pan, se recogieron firmas para retirarle estos “honores”. El pan fue su primera novela conocida, finalista del Premio Formentor. Algunos de sus vecinos se vieron representados en sus páginas y no se tuvieron que ver muy bien. Describir la posguerra española tiene eso.
Es por este tiempo que se le reconocen sus méritos literarios en España: el Parlamento andaluz hasta nombra una Comisión que trabajaría para incluir su nombre y su obra entre los nuevos clásicos andaluces. Pero ya se sabe, si quieres que algo no marche, nombra una comisión. Y el Instituto de Estudios Almeriense auspicio un premio anual con su nombre.
Autor favorito del presidente francés Mitterand, sigue siendo un escritor casi inédito y olvidado en España. Su nombre sigue sin figurar entre los grandes de la literatura española y sus obras, no las encontrarás en las bibliotecas de los institutos y me atrevo a decir que ni de las universidades.
Murió en París, el 20 de Marzo de 1998 y su cuerpo está enterrado en el cementerio de personas ilustres de Montmartre.
Posdata. Podéis encontrar sus obras en español en la editorial Cabaret Voltarire.