San Juan de Dios colabora con el Banco de Alimentos para contribuir a la inserción de colectivos en exclusión
- Entre los compromisos que adquiere la Orden con este convenio está apoyar las acciones específicas de formación e iniciativas de empoderamiento de los colectivos vulnerables, que viene desarrollando el Banco de Alimentos con sus profesionales
La Obra Social de San Juan de Dios ha firmado un convenio marco de colaboración con el Banco de Alimentos de Granada con el objetivo de promover la inserción laboral entre los colectivos en exclusión social o en riesgo de padecerlo.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios adquiere así el compromiso para colaborar con el Banco de Alimentos de Granada en el desarrollo del proyecto de Inserción Laboral -que realiza con el apoyo de la Junta de Andalucía-, con las entidades a las que viene apoyando alimentariamente, para también realizar acciones específicas de formación e iniciativas de refuerzo personal de los colectivos vulnerables con sus profesionales proporcionando información de las personas usuarias de sus servicios que puedan ser candidatos para la formación anualmente. “Ambas Instituciones estamos altamente comprometidas, y trabajamos desde la solidaridad e implicación con las personas que viven en nuestra ciudad y en nuestros barrios, con necesidades visibles y tangibles, que sufren algún tipo de marginación, pobreza o exclusión social”, explica la responsable del Área de Desarrollo Solidario de San Juan de Dios, Inés Riera. “Pese a la leve mejoría económica respecto de los años anteriores, las consecuencias de esta crisis actual están teniendo un importante efecto sobre la población, especialmente sobre aquellos colectivos sociales más vulnerables y frágiles que se encuentran muy cerca de nosotros”.
Entre las actividades que se llevarán a cabo estará la realización de talleres que fomenten el empoderamiento de estas personas para aumentar sus capacidades vitales y prepararlas para la adaptación a su entorno. Desde San Juan de Dios y el Banco de Alimentos de Granada se ofrecen un conjunto de actuaciones y recursos para la atención, rehabilitación y reintegración global y progresiva a personas y familias más desfavorecidas y en riesgo de exclusión social en nuestra ciudad. “El objetivo es poder aportar a estas personas, no sólo una solución de emergencia de carácter alimentario o de higiene, sino también desarrollar actuaciones de inserción social que les den un impulso también emocional”, asegura Riera.
Para conseguir una buena implantación del programa, tanto San Juan de Dios como el Banco de Alimentos realizarán un seguimiento exhaustivo de las necesidades formativas de estas personas y se establecerán protocolos de actuación unificando criterios para un mayor éxito entre los usuarios.
Andalucía es la segunda región más deprimida de España (sólo después de Extremadura), según el informe de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) 2019. El 38,2 por ciento de la población andaluza vive en riesgo de pobreza y de exclusión social -3,2 millones de andaluces- a 12 puntos de la media nacional.
Así, el 68, por ciento de las personas en Andalucía llega con dificultad a final de mes y una de cada cuatro lo hace con muchas dificultades.
En Andalucía 670.000 personas viven en condiciones de privación material severa, es decir,no pueden mantener la vivienda con una temperatura adecuada, un 10 por ciento de los menores en situación de pobreza no puede consumir cada dos días una comida de carne, pollo o pescado y el 6,2 por ciento de la población no puede permitirse una comida de proteínas cada dos días. Además, unas 560.000 personas reciben una pensión cuyo importe es inferior al mínimo.
En esta línea, desde la Obra Social de San Juan de Dios con el apoyo de la Fundacion Banco de Alimentos de Granada, se atienden tres aspectos fundamentales: paliar las necesidades alimenticias de personas con escasos recursos económicos o en riesgo o situación de exclusión social; contribuir a mejorar la calidad de vida de estas personas y familias atendiendo sus necesidades básicas, urgentes y puntuales; y promover y favorecer la participación voluntaria para una mayor integración social.