San Juan de Dios propone la especialización de profesionales sanitarios que abordan los procesos de final de vida
- La Orden Hospitalaria reúne en Granada a expertos en Ética y Bioética para reflexionar sobre aspectos de gran relevancia a la hora de valorar las intervenciones que los profesionales sanitarios deben plantearse en el cuidado de pacientes que afrontan su propio proceso de desaparición
San Juan de Dios celebra en Granada una jornada de estudio bajo el título ‘Ética de los Cuidados al Sufrimiento Refractario en el Final de la Vida’. El departamento de Ética de la Provincia de España celebra este encuentro los días 29 y 30 de marzo en el Hospital San Rafael de Granada, un foro para la formación de profesionales médicos y de enfermería en el que podrán contrastar sus experiencias respecto a los cuidados al final de la vida, un área en el que la Orden Hospitalaria es referente en España desde que la introdujera en sus centros en los años 80.
Que la muerte forma parte de la vida es una información que cada individuo da por sentada. Sin embargo, llegado el momento de afrontar esta situación –bien porque se acerca el propio final, bien porque se acerca el de un ser querido- las personas carecen de herramientas para hacerlo de una manera humanizada que permita sostener el equilibrio emocional en esos momentos, porque no hay un entrenamiento ni un aprendizaje. Aquí, “el profesional ha de estar preparado para mediar en ese proceso, para que las personas no se vean desbordadas por el miedo, la angustia o la pena y se pueda encontrar un equilibrio emocional, porque nadie nos ha formado para afrontar humanamente nuestra muerte o la de un ser querido” apunta el director del departamento Provincial de Ética de la Orden Hospitalaria en España, José María Galán.
Atendiendo al modelo de atención de San Juan de Dios, en el que la institución sitúa a la persona y su contexto en el centro de todo proceso, el paciente debe ser el protagonista de su proceso y, en muchas ocasiones, los familiares toman decisiones por él. “Los pacientes suelen conocer sus diagnósticos, pero no siempre sus pronósticos, más aún si son malos, como pronósticos de vida cortos. En muchos casos, la familia decide como medida de protección no abordarlo con el enfermo. Esa desinformación influye en la toma de decisiones del paciente, porque no saber que estás al final de tu existencia te hace situarte de una manera ante la vida que sería diferente si lo supieras”.
Por ello, con estas jornadas San Juan de Dios pone de relieve que el contexto de cuidados donde se va a producir el final de la vida de un paciente requiere de unas aptitudes éticas por parte del profesional de la salud basadas en la alteridad, la empatía, en cuidar una serie de aspectos relacionales que van más allá de la pura toma de decisiones que responden a los principios de autonomía o justicia y que tiene que ver más con la vinculación del profesional con el paciente. “Los profesionales de la salud debemos poner en valor todo aquello que va más allá de lo somático: los cuidados emocionales, psico-espirituales, religiosos y sociales”, explica Galán, que insiste en que el profesional no debe que aplicar directamente las medidas que considere oportunas, sino que debe conocer el mundo de necesidades en valores, creencias y criterios que tienen las personas. “Hay que estar atentos a lo que el paciente quiera, pero no solo a lo que le vamos a aplicar como tratamiento, sino al acompañamiento humano, psico-socio-espiritual y religioso que requieren los pacientes y su familia. Tenemos que ponernos en su piel, comprender la situación que está pasando, escuchar qué es lo que le está ocurriendo para abordar esa situación. Esta dimensión va más allá de lo puramente científico, técnico, biomédico y psicomático, y se sitúa en un ámbito existencial”.
Durante dos días, expertos en la Ética del cuidar en la etapa final de la vida analizan los elementos éticos más relevantes ante el sufrimiento refractario en estos procesos y el modo de aliviarlos. Galán subraya que esta jornada “debe servir para profundizar en aspectos éticos como valorar si la autonomía del paciente puede estar condicionada por el sufrimiento y puede influir o no sobre los deseos de adelantar la muerte en cada caso concreto.”
Entre los ponentes, destacan profesores de ética de renombrado prestigio como Ángel Hernández, presidente de la Comisión Deontológica del Consejo Andaluz de Colegios de Médicos que trata la perspectiva legal y ética sobre la eutanasia y el suicidio asistido; Francisco Alarcos, director de la Cátedra Andaluza de Bioética, que trata el tema de la objeción de conciencia personal e institucional; Montse Esquerda, directora del Institut Borja de Bioètica, que aborda la toma de decisiones compartidas o Carmen Massé, profesora de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, que expone el tema de ética cristiana y abordaje espiritual.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios es una institución sin ánimo de lucro y de carácter internacional con la misión de curar y cuidar a las personas más desfavorecidas, situándolas en el centro y atendiendo su dimensión física, psicológica, social y espiritual.
Con casi 500 años de experiencia en el cuidado y protección de las personas enfermas y en exclusión social, la Orden Hospitalaria continúa su compromiso sanitario, sociosanitario y social inspirándose en los mismos valores que llevaron a su Fundador, San Juan de Dios, a revolucionar la atención hacia las personas que más lo necesitaban, dignificando al ser humano sea cual sea su condición.
El concepto de Hospitalidad de San Juan de Dios ha traspasado todas las fronteras. En nuestro país, la Provincia San Juan de Dios de España cuenta con una red de 80 centros sanitarios, sociales, sociosanitarios, docentes y de investigación que atienden a casi un millón y medio de personas anualmente. Está integrada por 180 Hermanos, 15.000 profesionales, casi 3.500 personas voluntarias y numerosos donantes y bienhechores.
La presencia y actividad internacional de San Juan de Dios se lleva a cabo en los cinco continentes a través de 405 centros en los que se ofrecen más de 37.700 camas o plazas. Para ello, son 65.000 profesionales los que prestan más de 35 millones de atenciones cada año. Además, cuenta con 1.020 Hermanos y más de 25.300 voluntarios/as.